Análisis de Sudoku Master (NDS)

Los sudokus han ido labrándose su porvenir poco a poco desde sus primeras apariciones en los rotativos nacionales, hasta convertirse en el pasatiempo de moda durante el verano pasado, con las playas españolas llenas no sólo de turistas abrasados al sol, sino también de personas con revistas repletas de estos nuevos puzles, dejando atrás en muchos casos a los clásicos crucigramas y otros pasatiempos. El paso al soporte informático era el siguiente paso en popularizarse, y a día de hoy es tan fácil encontrar pequeñas maquinitas que sólo sirven para resolver sudokus como cientos de aplicaciones en el mundo de la web para intentar desterrar al solitario de su trono de pasatiempo predilecto del oficinista medio.

Desde luego, las interfaces son muy variadas, y las peor paradas suelen ser esas maquinistas, que –no podemos evitarlo- nos recuerdan a las que ofrecían clones de Tetris hace una década o quizá más. Y, de hecho, Sudoku Master no es el primer título para Nintendo DS en ofrecer estos pasatiempos a los usuarios, ya que el archipopular Brain Training da a sus usuarios un buen surtido de estos rompecabezas, con una interfaz de usuario limpia, clara y muy acertada.

El sudoku es un pasatiempo que es considerado popularmente como de origen estrictamente japonés, aunque sus raíces se remontan a los Cuadrados Latinos que creó el suizo Leonhard Euler en el siglo XVIII. Desarrolló su carrera como matemático en Rusia, y fue allí donde creó las matrices de n x n elementos, que usaría para el cálculo de probabilidades, y que son la base indiscutible de este puzle actual. Con todo, su versión actual se debe muy probablemente al estadounidense Howard Garns, que publicó en 1979 su primer pasatiempo llamado Number Place para la editora Dell Magazines, en una publicación neoyorquina.

No sería hasta 1984 cuando la editorial nipona Nikoli incluyó el primer pasatiempo de este tipo en su periódico Monthly Nikolist, y que rebautizó como Suji wa dokushin ni kagiru ("los números deben permanecer solos"), para ser rebautizado poco después con la abreviatura sudoku ("un solo número"), y apenas dos años más tarde se establecerían las normas fijas del rompecabezas: simetría y un máximo de cifras restringido a la treintena. Con el paso del tiempo, estas normas se romperían para crear rompecabezas más complejos. Así fue como este pasatiempo dio el salto, otra vez, a occidente, cuando en 1997 Wayne Gould empezó a preparar sudokus para el diario The Times, aunque no se publicaron hasta finales de 2004. Pero una vez se publicaron, muchos periódicos no tardaron ni una semana en lanzar sus propios sudokus.

Un sudoku estándar, de acuerdo a las normas que se crearon en su momento, es un cuadrado formado por 81 celdas como resultado de sumar las que se crean al componer una figura de 9 líneas de alto por 9 de ancho. Además, este cuadrado se compone a su vez de zonas menores, cuatro cuadrados de 9 celdas (3 líneas de alto por 3 de ancho), con la peculiaridad de que cada una de estas nueve zonas menores debe tener los números del 1 al 9. Paralelamente, cada línea de 9 x 9 debe tener los nueve números, sin dejar lugar a la repetición de estas cifras.

Sudoku Master ofrece, eso sí, un tutorial muy detallado para que todo el que lo desee pueda aprender a jugar correctamente, con independencia de si es la primera vez que ve un sudoku o si, por el contrario, quiere aprender algunas técnicas de resolución de estos puzles. Quien lo desee puede, asimismo, realizar una prueba de nivel para constatar sus progresos, pero éstas estarán disponibles según vayamos superando los diferentes sudokus que nos propondrá el juego.



El juego tiene cuatro niveles de dificultad: el nivel de práctica (con diez sudokus), y los niveles fácil, normal y difícil (con cincuenta sudokus cada uno), de manera que el título se compone de 160 puzles, una cifra más que respetable. Sin embargo, no todos los sudokus estarán disponibles desde el principio, y para poder acceder a ellos tendremos que acumular estrellas, que se nos dan al acabar cada sudoku en función de cómo ha sido de brillante nuestra actuación. Se trata de un interesante incentivo para rejugar los rompecabezas ya superados, aunque en ocasiones puede resultar a ser un tanto tedioso.

El principal problema de Sudoku Master, desarrollado por Hudson Soft, es que su interfaz de juego no es demasiado apropiada, muy especialmente después de haber probado la de Brain Training, que roza la perfección. La pantalla superior muestra el sudoku entero, además del nivel de dificultad y qué puzle es (van numerados), así como el tiempo de juego que llevamos y cuántas estrellas tenemos acumuladas. En la pantalla inferior, la táctil, volvemos a tener todo el sudoku, y un teclado numérico virtual como centro principal de la acción. Y es que en este título no podremos escribir sobre la pantalla para que simplemente se dibuje nuestro número, y, como veremos, el control es un poco tosco. Primero debemos pulsar sobre la celda en la que queremos escribir, y luego decidir si queremos escribir el número o tomar una anotación sobre cuál es el posible número. Para ello, habrá que pulsar en uno de los dos iconos que están sobre el teclado numérico al que hacíamos referencia antes, y a continuación sobre el número que queremos introducir.

Es cierto que a través del menú de opciones podemos cambiar este sistema de introducción de datos para optar por uno que sí nos permita escribir. Al hacerlo, el teclado numérico da lugar a un cuadrado en el que ya podremos dibujar el número que queramos, pero aunque esa zona esté divida en cuatro cuadros más pequeños no debemos llevarnos a engaño: tenemos que seguir escogiendo en los iconos superiores si queremos que sea el número definitivo o una de las cuatro anotaciones que podemos hacer. El problema de este modo de introducción de los números es que no es demasiado ágil y el reconocimiento de escritura suele dar muchos problemas (por ejemplo, al escribir un "5", nos puede salir un "8", un "9", un "3", pero difícilmente un cinco si no lo trazamos muy bien.)

El juego se complementa con una banda sonora para olvidar, repetitiva, sosa y carente de calidad tanto en el apartado técnico como en la composición. Por suerte, sólo podremos torturarnos con tres cancioncillas diferentes, aunque la mejor opción es bajar el volumen al mínimo y olvidarse de que existe. Algo similar ocurre con los fondos de pantalla: también hay tres, pero es mejor no mirarlos. Bueno, eso de que hay tres es bastante generoso, ya que no son sino una sucesión de signos de interrogación pululando por el fondo de la pantalla en tono azulón, rojizo o grisáceo.

Aunque la intención es buena, no es suficiente como para completar un buen juego. Sudoku Master tiene muchos sudokus, pero su interfaz queda muy por debajo de la que vimos en Brain Training... y eso que el juego ni siquiera se centraba en eso, y era, de hecho, sólo un extra para las versiones occidentales del título. La interfaz no parece muy bien pensada, y aunque el juego en sí no da para grandes alardes en ningún aspecto técnico ni audiovisual, se percibe cierta incapacidad para conformar un entorno agradable para el jugador y facilitar la realización de los puzles. Pese a todo, según vamos jugando los problemas de interfaz van quedando atrás al habituarnos a su sistema de juego, y el precio reducido acaba de conformar un título que, con sus fallos, es honesto en lo que ofrece, y, precisamente por esto, pocos compradores se sentirán defraudados. Si buscan un buen surtido de sudokus, y ya le han dado un buen repaso a Brain Training, éste es su juego.