Análisis de Pokémon Ranger: Trazos de Luz (NDS, Wii U)
No cabe la menor duda de que la franquicia Pokémon ha sido una de las niñas mimadas de Nintendo casi casi desde sus orígenes. Además, casi todo lo que ha tocado el nombre Pokémon ha resultado ser éxito en ventas, unas veces más merecidas que otras, indudablemente, pero en términos globales siempre ha habido calidad en todo lo que rodea a este curioso mundillo. Así, y ciñéndonos más en los videojuegos, podemos encontrar experimentos que, sin alejarse mucho de la tónica principal que siempre le ha caracterizado de Hazte con todos, han sacado partido tomando otros referentes como punto de partida, y siempre con cierto nivel de éxito. A todos nos suenan nombres como Pokémon Snap, el título que nos animaba a capturarlos a todos mediante fotografía, Pokémon Pinball, en donde había que completar la colección a base de rebotes y flippers, o los famosos Pokémon Stadium.
Pokémon Ranger es otro de los derivados de la serie que irrumpió en el mercado hace unos tres años y medio, y sorprendió a propios y extraños por su concepto de juego, que lejos de capturar pokémon salvajes y meterlos dentro de la pokéball, tenía un objetivo más altruista: había que ganarse la amistad de los bichos mediante la realización de ciertos movimientos en la pantalla táctil. La idea cuajó bien gracias a una trama convincente y elaborada.
En la segunda parte, Shadows of Almia, la experiencia volvía a repetirse siguiendo los mismos patrones de su predecesor, variando únicamente la historia y prácticamente dejando intactos el resto de elementos jugables. Ahora, con Trazos de luz parece que vuelven a repetirse muchos patrones, sin embargo ofrece algunas novedades que implican un tímido pero firme paso hacia delante en la mejora de la experiencia de juego.
Pichu Kelele contra los Nappers.
Encarnamos a un Pokémon Ranger que, en un alarde de valentía se interpone entre un ataque enemigo y Brisa, una compañera de oficio, lo cual provoca nuestra caída al mar del archipiélago de Oblivia, un lugar pacífico y reserva natural de un gran número de pokémon. Allí descubriremos que los Nappers están capturando a todos los pokémon salvajes con algún oscuro y retorcido fin. Nuestra labor será, como no, proteger a los vecinos de las islas, desbaratar los malévolos planes de nuestros nuevos enemigos y devolver la paz a los pokémon de la zona.
La trama se abrirá paso a través de las diferentes islas, mostrándonos escenarios no muy complicados en cuanto a desarrollo y puzles, menos todavía cuando contamos con un radar que nos indica posición, mapa de la zona y posibles salidas, pero con cierto nivel de belleza y trabajo en cuanto a detalles. El juego se desarrolla como un juego de rol normal y corriente, lejos del sistema "cuadriculado" tan característico de los pokémon tradicionales. Esto quiere decir que podemos caminar en cualquier dirección, y podremos ver a los pokémon deambulando por ahí.
En el momento que nuestro personaje toca a un bicho, tiene lugar un combate, pero en vez de lanzar nuestra pokéball y hacer movimientos de ataque y defensa, tendremos que utilizar nuestro capturador, que manejaremos mediante el stylus. El objetivo es hacernos amigos del pokémon en cuestión, y para ello sólo hay que realizar círculos a su alrededor que le transmitirán nuestros sentimientos de amistad y que le harán ver que nuestras intenciones no son malas.
Desde luego que el pokémon se resistirá, bien moviéndose continuamente, bien realizando ataques, cualquier cosa con el fin de cortar la circunferencia que estamos realizando, cada vez que lo consiga restará potencia del capturador, y aunque no escasea la forma de recuperarle energía, sí que habrá que andar con cierto ojo. Una vez hayamos ganado su amistad, se registrará en un directorio (recuerda: hazte con todos) y nos seguirá caminando, lo que deriva en una situación un tanto curiosa cuando nos hemos granjeado un equipo completo y tenemos unos cuantos pokémon siguiendo nuestros pasos, aunque como novedad en esta tercera entrega pokémon, existe la posibilidad de ocultarlos por si nos molesta tanto movimiento a nuestro alrededor. Cada captura se puntúa en función del tiempo que tardemos y la velocidad de nuestros trazos, resultando en un valor global que varía desde rango E hasta rango S, y que a su vez repercute en los puntos de experiencia que vamos consiguiendo.
Otra de las novedades importantes de Trazos de Luz respecto a los dos títulos anteriores es un pequeño pichu que nos acompañará a partir de cierto momento de la aventura. Este pokémon tiene un ukelele que no dudará en utilizar cuando surja la opción en pleno combate. Las notas que salen de su instrumento ayudarán a tranquilizar al pokémon rival, lo que facilita –si es que ya no era lo suficientemente sencilla– la tarea. Cada miembro de nuestro equipo será de un único uso según ciertas características afines. Por ejemplo, si nos encontramos con un tronco de árbol en nuestro camino que nos impide el paso, sólo tendremos que revisar si alguno de nuestros animales es capaz de cortarlo.
Una vez que hayamos utilizado al pokémon, éste se irá de nuestro lado, dejando su hueco libre para otro que se nos una tras el correspondiente combate. Por supuesto, siempre podemos cambiar a alguno de nuestro equipo por otro con el que acabamos de pelear, ya sea por gusto o porque la aventura así lo requiere. También habrá una presencia importante de pokémon legendarios; Raikou, Celebi, Latios, Latias, Ho-oh, Regigigas y muchos más harán acto de presencia durante la aventura e incluso podremos aprovecharnos de sus servicios en algún caso gracias a los glifos, que son una serie de símbolos que actúan a modo de invocadores, de tal manera que, si por ejemplo queremos subirnos a lomos de Suicune, sólo tendremos que realizar su correspondiente glifo en la pantalla táctil para que haga acto de presencia.
A medida que vamos progresando en la aventura, vamos cumpliendo misiones que se traducirán en "Puntos Ranger" que más tarde podremos utilizar para mejorar nuestro capturador, y los combates en los que consigamos rango S también tendrán su recompensa en forma de un punto ranger. Como buen juego de rol, nos iremos encontrando con personajes que necesitan de nuestra ayuda para labores que poco o nada tienen que ver con la trama principal, actuando a modo de misiones secundarias. La novedad radica en que ahora podremos atender varias al mismo tiempo, sin la limitación de tener que acabar una para poder pasar a la siguiente tal y como sucedía en las anteriores aventuras ranger.
El premio por atender estas submisiones son más puntos ranger. Otro detalle que muchos agradecerán, radica en el sistema de potenciar el capturador, y es que si en algún momento nos sentimos incómodos porque le hemos subido muchos niveles a la longitud del trazo (por ejemplo), podemos bajarlo de nivel y adaptarlo a nuestro estilo de juego, aunque habrá que andarse con cuidado porque perderemos los puntos que hayamos invertido en mejorar nuestro capturador. Además del juego principal, hay un modo multijugador en el que podremos completar más misiones con la ayuda de hasta tres amigos más, cada uno con su correspondiente copia de juego. Dichas misiones se van desbloqueando a medida que vamos completando la aventura, aunque también tendremos a nuestra disposición aventuras que podremos descargar vía wi-fi. Estas últimas nos darán acceso a pokémon legendarios que luego podremos traspasar a los últimos juegos de pokémon (soul silver, perla, etc.) que poseamos.
Conclusiones
Pokémon Ranger Trazos de Luz sigue las pautas marcadas en anteriores entregas, mejorando algunos detalles y añadiendo elementos que sin duda mejoran la experiencia del jugador. Es un juego que está enfocado de una manera clara hacia un público de corta edad, que sin duda agradecerá la sencillez del control, sobre todo a la hora del combate, aunque los amantes del mundo pokémon también sabrán apreciar este tipo de aventuras, enfocadas hacia otro estilo de rol pero con los pokémon y su lema como uno de los pilares centrales del juego.
Además, la posibilidad de hacerse con legendarios muy difíciles de conseguir, como Deoxys, es un plus si uno pretende hacerse con la colección completa de pokémon por medios propios, lejos de bichos de dudosa legalidad que pululan en los intercambios vía Pokémon GTS. La trama también tiene sus sorpresas y giros argumentales que mantendrán el interés hasta el final. Por el contrario, tras haberse pasado el modo historia, que puede ser en aproximadamente unas 20 horas, no queda mucho más aparte de la descarga de las misiones secundarias de Nintendo, por lo que aunque deje un buen sabor de boca lo más probable es que no vuelva a tocarse durante una buena temporada.