Análisis de Heroes of Mana (NDS)
La saga del Maná, o Seiken Dendetsu como se conoce por tierras japonesas, lleva ya varios títulos en diferentes plataformas, todos basados en los fundamentos del rol puro y duro, pero con batallas en tiempo real, cosa que lo diferenciaba de otros títulos dentro del mismo género. Koichi Ishii, creador de la serie, prometió ya hace tiempo que renovaría el aspecto y el sistema de juego de la misma en pos de novedades que le dieran frescura a los posteriores títulos de la saga. Finalmente, y después de ya algún tiempo demandando por parte del público dichos cambios, parece que nos encontramos ante un título sustancialmente diferente a lo que la saga del Maná nos tiene acostumbrados.
Esta vez, junto a Koichi Ishi y a Square-Enix encontramos a otro importante estudio: Brownie Brown, responsable de títulos de la talla de Magical Starsign, también para la Nintendo DS. Ante un equipo como el que precede, es de esperar que Heroes of Mana sea un juego de gran calidad a nivel gráfico y sonoro.
Por otro lado, el hecho de ser un titulo que se aleja tanto de los cánones de la saga es una apuesta difícil y, la verdad, al final no parece haber salido muy favorecido con el cambio.
La historia de Heroes of Mana.
Roget es un soldado de Pedda, una tierra pacífica y comerciante del reino de Fa’Diel. Junto a un equipo de exploración, se dirigen a la tierra de los Hombres Bestia a investigar una posible sublevación y amenaza de guerra por parte de los mismos. Nuestros héroes se verán pronto inmersos dentro de un complot que les tacha de traidores en su propia tierra y que, finalmente, les lleva a defender al que en un principio era su enemigo. A lo largo de la aventura, a nuestros héroes se les unirán diferentes personajes que, al igual que ellos, han sido desheredados de sus respectivas tierras, pero que sobreviven con el único objetivo de enfrentarse a la nación de Pedda, que se ha alzado contra todo pronóstico para dominar el reino, y derrotarla para volver a instaurar la paz en Fa’Diel.
El Espejo Oscuro es el causante del levantamiento de Pedda, y la razón por la que los ocho Espíritus del Maná se unirán a nuestro grupo en la aventura. Tardaremos tiempo en empezar a comprender la trama argumental, ya que los primeros capítulos del juego nos servirán únicamente como tutorial para las funciones básicas del juego y de introducción para los diferentes personajes que nos acompañarán en nuestras andanzas. La historia es predecible y los giros inesperados brillan por su ausencia. La verdad es que el juego goza de mayor longitud (a pesar de no ser excesivamente largo) gracias a la gran cantidad de misiones secundarias que deberemos cumplir, además de la trama principal del argumento, para seguir con la aventura. La historia, en fin, no es nada del otro mundo: una historia épica y caballeresca llena de tópicos.
Gráficos y sonido.
La historia, pese a todo, ocupa un lugar muy importante en el desarrollo del juego, y veremos largos párrafos de diálogo, acompañados en ocasiones de algunas animaciones de bastante calidad. Pese a todo, los diálogos y textos vienen acompañados de imágenes totalmente estáticas e invariables de los personajes que intervienen en los mismos, repitiéndose de manera abusiva durante gran parte del título.
En lo que respecta a la acción del juego, nos moveremos en un espacio tridimensional por el que nuestros héroes podrán desplazarse libremente. Eso sí, no contaremos con ninguna posibilidad de exploración durante el juego, ya que el desarrollo de la aventura es totalmente lineal y el argumento nos lleva de un lado a otro de la historia sin darnos elección a cambiar el camino a seguir.
Podremos girar la cámara a un lado y a otro, cosa que facilitará el acceso a los personajes con el stylus cuando queramos seleccionarlos, hecho difícil cuando éstos se aglomeran en grandes grupos durante las escenas de lucha, y marcarles un objetivo en el escenario. El tamaño de los personajes es, ciertamente, pequeño, y aunque los modelos se diferencian bastante unos de otros, en el fragor de la batalla nos costará distinguirlos entre sí.
Por otra parte, el hecho de que se produzcan ralentizaciones durante las batallas con varios enemigos hace que el juego pierda muchos enteros. Además, en ocasiones no veremos con claridad la acción que se está desarrollando entre personajes muy cercanos entre sí, y podremos perder la vida de algún personaje principal por no haber podido ver claramente lo que estaba pasando en el medio de una batalla. Los gráficos del juego, pese a todo, son coloridos y de aspecto notable, pero son poco prácticos a la hora de distinguir la acción sobre el terreno sobre el que nos movemos.
Los escenarios sobre los que combatiremos representarán diferentes zonas de Fa’Diel. El diseño de los terrenos y la ambientación de los escenarios están bastante bien conseguidos, pero cabe decir que no hay ningún fondo que decore la parte externa al escenario, ni tan sólo un cielo que cubra las cabezas de nuestros héroes: sólo una densa textura oscura, sin ningún elemento más a su alrededor. Por otro lado, tampoco se echa demasiado en falta, ya que el diseño de los escenarios es suficiente para recrearnos la vista.
En lo que respecta a la música del juego, contamos con la banda sonora del genial Yoko Shimomura, autor de, entre otras, las bandas sonoras de la serie Kingdom Hearts. Así, en el título que nos ocupa, Shimomura nos obsequia con muchas y variadas composiciones durante el juego, así como en los menús de inicio y opciones dentro del mismo, todas ellas de gran calidad. Por otra parte, la total ausencia de voces y la absoluta falta de relevancia de los efectos sonoros, que pasarán totalmente desapercibidos para el jugador, es un aspecto que se debe reprochar al apartado sonoro, y más si contamos con una banda sonora de tanta categoría como la que adorna a Heroes of Mana.
Estrategia y rol no acaban de cuajar.
El hecho de tratarse de un título híbrido hace, en el caso de Heroes of Mana, que la jugabilidad general del juego se resienta notablemente. Como ya hemos dicho, no hay ni un solo ápice de exploración en todo el juego, ni siquiera podremos elegir nuestro próximo destino después de cada escena. No podremos adquirir armas, armaduras o accesorios, y nuestros personajes no podrán aumentar de nivel. De hecho, la puntuación que se nos dará al acabar cada batalla es sólo una puntuación numérica, inútil a no ser que queramos superarla la próxima vez que juguemos.
La mecánica del juego es simple, y el componente de estrategia se ve claro desde el principio del juego. Al desvelársenos parte de la historia durante la introducción de cada capítulo, pasamos a una escena de batalla, a la que nos transporta nuestra nave, la Nightswan. Después de elegir los cuatro personajes con los que queramos combatir, entraremos en el escenario de batalla. La pantalla superior nos mostrará un mapa general del terreno, mientras que la inferior nos muestra sólo una parte, sobre la que podremos movernos libremente para visualizar la acción de nuestros personajes y la nave Nightswan, auténtica protagonista de la acción.
Mediante la Nightswan, crearemos unidades de tierra para recolectar recursos y unidades de combate. Crearemos estas unidades mediante la utilización del maná, obtenido a partir de las piedras de Gaia y las bayas de Treant que encontraremos repartidas por los escenarios. El interior de la nave se divide en varios espacios en los que construiremos, utilizando las piedras de Gaia, los edificios que nos permitirán crear las diferentes unidades de combate, para las cuales necesitaremos del poder de las bayas de Treant. Para conseguir estos recursos, dispondremos de ciertas unidades recolectoras, que podremos utilizar sólo con construir el edificio respectivo, pero sin utilizar maná para crear las unidades en sí. A medida que el juego avance, obtendremos nuevas unidades, de mayor coste de maná pero más poderosas y útiles durante el combate. También contaremos con habilidades especiales, como la invocación de monstruos o la posibilidad de fortalecernos y curarnos a través de los Espíritus del Maná.
Los recursos se agotarán rápidamente, y deberemos escoger sabiamente qué uso les damos durante el combate. Dada la dificultad generalizada de los combates y las diferentes clases de enemigos con las que nos enfrentaremos, en muchas ocasiones la suerte será un factor muy importante a la hora de ganar una batalla. Por otra parte, la ausencia de inteligencia táctica por parte de los personajes protagonistas, una vez los dejamos en manos del control automático de la máquina (por ejemplo, cuando se enfrascan en una batalla, una vez les hayamos conducido a ella) puede volver los combates totalmente impredecibles y, a menudo, incontrolables.
Por otra parte, la importancia durante los combates de las unidades creadas en la Nightswan es mayor que la de los personajes protagonistas, ya que estos son, en un gran número de ocasiones, más un motivo de preocupación que otra cosa. En muchos casos, uno de los requisitos indispensables para superar un nivel es no dejar que tal o cual personaje muera, y en ocasiones, como ya hemos observado, eso puede resultar mucho más una cuestión de pura suerte que de una buena estrategia táctica.
En conjunto, el sistema de juego resulta simple de manejo pero frustrante e irritante por su falta de claridad durante las batallas y en ciertos aspectos de la jugabilidad, como el hecho de tener que repetir una y otra vez una escena por perder a determinado personaje. La dificultad de Heroes of Mana no sigue una curva ascendente regular y es muy variable durante el juego, siendo éste en ocasiones endemoniadamente difícil y, en otras, inexplicablemente sencillo. Por otra parte, la ausencia de un juego multijugador en condiciones – el multijugador está relegado a combates contra otro jugador que disponga también de la tarjeta de juego, y disponemos de la conexión wi-fi únicamente para almacenar y consultar puntuaciones – es otro factor que va en detrimento de la jugabilidad (y de la duración) del título.
Conclusión.
Heroes of Mana es un título generoso a nivel gráfico (pese a tener algunos fallos) y sobresaliente en su banda sonora, pero adolece de graves fallos en el aspecto más importante de cualquier juego que se precie: la jugabilidad. Una lástima, pues la renovación en el modo de juego de la saga del Maná era un hecho esperado por todos, pero que al final a dado pie a un título con demasiados fallos en el modo de juego como para poder disfrutarlo plenamente.