Análisis de Henry Hatsworth (NDS)

En ocasiones, tenemos la suerte de presenciar uno de los grandes milagros de la industria del videojuego: combinando dos preceptos jugables que, a priori, no son en absoluto originales por sí solos, obtenemos un juego no sólo original, sino extremadamente divertido y adictivo. Claro, la combinación en sí no tendría nada de extraordinaria si no fuera porque, al menos en el juego que hoy nos ocupa, ha sido realizada con enorme maestría por el equipo de EA Tiburon. Henry Hatsworth en La Aventura Rompecabezas es, sin duda, una de las mejores sorpresas del año para la portátil de Nintendo: no sólo su concepto jugable original y rico es excelente, sino que su historia, contra todo pronóstico, es fresca y divertida, con toques de humor por los cuatro costados.

El traje más elegante del mundo

La historia nos meterá en la piel de Henry Hatsworth, un veterano explorador inglés que, como quien no quiere la cosa, da con un sombrero mágico que le permite visitar una dimensión paralela repleta de monstruos y tesoros. La gracia del asunto es que el susodicho sombrero, por lo visto, es parte de un traje mágico, el cual sólo puede ser llevado por el humano con más "percha" (esto es, el más elegante) del mundo. Así, nuestro héroe se embarcará en una aventura viajando por más de treinta niveles (divididos en varias zonas, cada una de ellas dentro de un escenario significativamente diferente al resto), enfrentándose a todos los monstruos que se le pongan por delante (que no serán pocos), aparte de a su eterno oponente, el codicioso Weasleby, quien no dejará de darnos la murga cada cierto tiempo, contratando a los enemigos finales más terribles para que nos arrebaten las piezas del traje, o enfrentándose él mismo con nosotros para evitar que prosigamos con nuestra aventura.

Hasta aquí, la aventura de nuestro carismático explorador podría ser, simplemente, un juego de acción y plataformas cualquiera. De hecho, es así, al menos en la pantalla superior de nuestra consola. La gracia del asunto es que, a medida que vayamos eliminando a nuestros adversarios, éstos descenderán a la pantalla inferior de nuestra consola, convirtiéndose en bloques que deberemos de eliminar en un juego de puzles de corte bastante clásico. En éste, deberemos de eliminar los bloques que vayan ascendiendo paulatinamente combinándolos en filas o columnas de tres o más bloques del mismo color, moviéndolos lateralmente y dejando que caigan sobre los espacios vacíos. Como los enemigos bajarán convertidos en bloques a la pantalla de abajo, lo único que deberemos de hacer es combinarlos con el resto de bloques del mismo color para acabar definitivamente con ellos.

Si nos despistamos y dejamos que nuestros enemigos salgan de la pantalla inferior, éstos entrarán de nuevo en el mundo de las plataformas, en la pantalla superior, y nos atacarán convertidos en bloques inmunes a nuestros ataques, por lo que deberemos de esquivarlos hasta que decidan dejar de molestarnos. Si sólo se nos escapa un enemigo, no nos dará demasiados problemas. Pero tener varios de estos bloques inmortales atacándonos mientras deambulamos en escenarios plagados de enemigos puede resultar ser un auténtico problema.

Por otra parte, dentro del puzle tendremos también bloques que nos otorgarán habilidades especiales, como un rayo que eliminará a todos los enemigos que se encuentren en pantalla, corazones que nos recuperarán la salud o, incluso, sombreros que nos darán una vida extra. Para jugar en el mundo de los puzles, deberemos tener en cuenta que contaremos con una barra de energía, el rompecabezómetro, que irá consumiéndose mientras estemos jugando en la pantalla inferior, y que únicamente rellenaremos eliminando enemigos en forma de bloque. Por otro lado, contaremos con una barra de energía que nos dará la posibilidad de convertirnos en un Henry Hatsworth mucho más joven, ágil y fuerte (esto es, poseído por los poderes del traje mágico) en caso de que esté convenientemente llena. Para rellenarla, lo único que deberemos de hacer es eliminar bloques en el puzle, del tipo que sean.



Esta barra también nos servirá para poder utilizar nuestro trabuco, que nos permitirá disparar proyectiles a nuestros enemigos más alejados, u otras armas arrojadizas, como es el caso de las destructivas bombas. Por otra parte, cuando tengamos llena completamente esta barra de energía, podremos invocar a un fantástico mega-robot de combate, entrando en lo que viene a denominarse en el juego como Hora del Té. Con este robot, nuestra fuerza física será mucho mayor, aunque no nos moveremos con tanta agilidad. Por otro lado, a medida que vayamos avanzando en la aventura, desbloquearemos movimientos especiales y poderes del mismo, como un espectacular rayo que acaba con todo lo que encuentra a su paso.

Según vayamos avanzando en la aventura, iremos recogiendo diferentes partes del traje, las cuales nos otorgarán diferentes habilidades y poderes que nos harán más fácil la resolución de la aventura. Por ejemplo, el pantalón nos permitirá colgarnos de las paredes, permitiéndonos acceder a lugares que, de otra manera, nos serían imposibles. Por otra parte, desde el inicio de la aventura tendremos la posibilidad de acceder a una maravillosa tienda, donde podremos comprar mejoras para nuestro personaje, aplicables tanto para el mundo de las plataformas como para el del puzle, mejorando la capacidad de ataque de nuestro héroe o aumentando la capacidad del rompecabezómetro, por ejemplo. Para comprar en la tienda deberemos de recoger el mayor número de joyas y tesoros que podamos en el mundo de las plataformas, las cuales conseguiremos eliminando a nuestros enemigos o abriendo los diferentes cofres que encontremos por nuestro camino.

El juego mantiene el mismo patrón de jugabilidad durante todos los niveles, pero en ningún momento se nos hace monótono. El hecho de que la dificultad esté muy ajustada, aparte de que la jugabilidad en sí varía continuamente debido a los dos sistemas de juego combinados, ya hace que el juego sea bastante adictivo de por sí. Pero la inclusión de nuevos enemigos en la historia, los espectaculares jefes finales o las diferentes habilidades que iremos consiguiendo harán que las más de diez horas de juego que nos ofrece el título se nos pasen volando.

Apartado técnico

Los gráficos del juego parecen sacados de la época de las plataformas de dieciséis bits, con un aire retro muy marcado, que también se trasluce en la jugabilidad del título. Pese a todo, el humorismo del que hace gracia este apartado es muy notable, y el colorido y el diseño de personajes y escenarios, además de la gran variedad de enemigos con los que nos encontraremos, hacen que no se nos haga monótono ni aburrido, en absoluto.

Por otra parte, la banda sonora del juego será una excelente compañía durante toda la aventura, tanto en el territorio plataformero como en los momentos en los que juguemos al puzle, gracias a los más de treinta temas musicales diferentes que tendremos a nuestra disposición. Por otro lado, los efectos de sonido son variados y simpáticos y, aunque no contaremos con ninguna voz digitalizada en el juego, los sonidos que escucharemos acompañando a los diferentes cuadros de diálogo de los personajes del juego son, francamente, simpáticos, y perfectamente reconocibles entre sí.

La jugabilidad del juego, controlada mediante los botones y la cruceta en la acción y las plataformas de la pantalla superior y mediante éstas o el lápiz táctil, según nuestra elección, en los puzles de la pantalla inferior, es excelente: sencilla y directa, apta para cualquier tipo de jugador. Eso sí, las poco más de diez horas que dura la aventura se nos antojan escasas, aunque la dificultad a la que nos enfrentaremos, y que paulatinamente ascenderá a medida que vayamos superando los diferentes niveles del juego, ha sido fantásticamente ajustada, recordándonos mucho a los títulos de acción y plataformas de hace poco más de una década.

Conclusiones

Como ya decíamos al inicio de este análisis, Henry Hatsworth en La Aventura Rompecabezas es una de las mayores y mejores sorpresas que nos ha dado la portátil de Nintendo durante este año. Su excelente y variado sistema de juego es su mejor baza para comprender su éxito de crítica y público, además de su divertida historia y su adicción sin límites, gracias a la combinación de dos de los conceptos jugables más entretenidos que hayan nunca existido: las plataformas y el puzle.