Análisis de Donkey Kong Jungle Climber (NDS)
Hará un par de añitos, salió a la luz para la veterana Game Boy Advance una de las aventuras de Donkey Kong más originales en cuanto a concepto de las que hubiéramos visto hasta el momento, al menos en lo que al género de la acción y las plataformas se refiere: Donkey Kong: King of Swing. De nuevo, nuestro simio favorito vuelve a las portátiles, esta vez a la Nintendo DS, en una magnífica secuela de aquel peculiar título. El concepto del juego fundamentalmente es el mismo, pero esta vez hará uso de la doble pantalla y contará con unas cuantas mejoras en lo que se refiere a la jugabilidad y al manejo de los personajes.
Un gran primate se balanceaba sobre la tela de una araña…
La premisa de Donkey Kong: Jungle Climber, como ya hemos dicho, es la misma que la de Donkey Kong: King of Swing. El objetivo del juego será ir superando una pantalla tras otra a base de balancearse, agarrándose a casi cualquier objeto del escenario, girar sobre nosotros mismos y saltar de plataforma en plataforma. Utilizaremos para el control del personaje, fundamentalmente, los botones L y R, que nos servirán tanto para caminar a izquierda y derecha como para agarrarnos de los salientes que poblarán los escenarios del juego con las manos respectivas, girando hacia la izquierda o hacia la derecha según la mano con la que nos hayamos agarrado, y soltándonos para saltar de un saliente a otro.
La historia del juego es bastante típica: Donkey Kong y sus compañeros de aventuras descansan plácidamente durante sus vacaciones en la playa hasta que descubren una banana gigante en lo alto de una montaña. Donkey Kong sale en su búsqueda, pero en el momento en que llega hasta ella, surge el drama: King K. Rool, el villano de turno, junto a la banda de los Kremlings, roba esta banana gigante, la Crystal Banana, que resulta ser un artefacto alienígena el cual le otorgará el poder para dominar el mundo. Así, nuestra misión será rescatar la preciada banana, ayudados por un extraterrestre muy curioso en forma de plátano y por nuestro incansable compañero de aventuras, Diddy Kong.
El peculiar sistema de control de juego hace que los escenarios sean de un diseño, ciertamente, original: generalmente, las localizaciones tendrán un desarrollo vertical, y deberemos de ir escalando los salientes hasta llegar a la meta de cada pantalla. Al principio del juego, así como durante el desarrollo del mismo, contaremos con divertidos tutoriales que nos explicarán los fundamentos del control del juego, cosa muy de agradecer y que, por otra parte, ya se encontraba en la anterior entrega para Game Boy Advance.
Como ya hemos dicho, con los botones L y R se controlará nuestro personaje en la mayoría de los casos. Así, deberemos de dominar el tiempo de giro de nuestro personaje, así como la dirección, para desplazarnos sin problemas por el mapeado. Nos podremos colgar de un sinfín de plataformas, así como de algunos objetos que nos ayudarán a desplazarnos por el terreno, como girasoles gigantes que nos harán saltar grandes distancias o enormes ruedas de piedra que deberemos de hacer rodar para movernos de un lado a otro.
Con el botón A, nuestro personaje dará un salto con voltereta que nos servirá para atacar a nuestros enemigos y romper algunos barriles. Cabe decir que pulsando L y R a la vez también saltaremos, pero este salto no nos servirá para atacar. Por otra parte, habrá enemigos que no podremos destruir con la voltereta sin más, porque tendrán pinchos o dientes contra los que no podremos hacer nada, aunque tendrán puntos débiles por donde sí podremos atacarles. También dispondremos de una función en la pantalla táctil, ya que pulsándola podremos realizar un ataque especial en el que Donkey Kong flotará libremente unos instantes por el escenario, destruyendo todo lo que encuentre a su paso. Para poder activar este ataque, deberemos de haber recogido previamente un cierto número de joyas, que se acumularán en un contador en la esquina inferior derecha de la pantalla superior de la consola.
Contaremos con la ayuda de nuestro inseparable amigo Diddy Kong, el cual cargaremos a nuestra espalda y nos será especialmente útil en muchas ocasiones. Podremos lanzarlo para coger objetos que estén fuera de nuestro alcance, así como podremos recoger ciertos objetos especiales que nos ayudarán en nuestra empresa, como un martillo que Diddy manejará para romper cuanto encuentre a su paso o un par de alas que utilizaremos para volar de un lado a otro del escenario. Estos objetos tendrán un tiempo limitado de uso, a partir del cual volveremos al control normal de nuestro personaje.
Tendremos en el juego los típicos barriles-cañón de todas las entregas de nuestro simiesco héroe, los cuales nos desplazarán rápidamente de un lado a otro. También contaremos con las clásicas bananas, que recogeremos por todo el escenario. Por cada cien bananas que recojamos, se nos dará una vida. Podremos recoger, también, además de las joyas anteriormente citadas, monedas que nos darán mayor puntuación, así como las cuatro letras de la palabra KONG, hecho que nos dará una vida extra. Por último, tendremos los barriles de combustible, que nos servirá en el mapa de los mundos en el que nos desplazaremos de un nivel a otro (como en los clásicos de la serie Donkey Kong Country) para volar con Funky Kong a otras localizaciones del mapa.
El juego, como ya hemos mencionado, se desarrollará en las dos pantallas de nuestra consola, aunque en general siempre veremos a nuestro héroe en la pantalla superior. La pantalla inferior, curiosamente, en algunas ocasiones nos mostrará el escenario que se encuentre por encima de nosotros, o en ocasiones el que se encuentre justo debajo de nosotros. Esto hace que siempre tengamos un ojo en las dos pantallas, y da un punto de variedad al juego, ya que deberemos de descubrir por qué lugar del escenario deberemos de acceder a la zona que veremos en la pantalla inferior de nuestra consola.
Este sistema de disposición de las pantallas hace que en algunas partes del juego, las que acontecen en la dimensión alienígena, Donkey Kong se desdoble entre las dos pantallas y debamos de controlar los dos personajes a la vez. Este modo de juego es de lo más original del título, y hacer que los movimientos de los personajes coincidan será todo un reto para los jugadores más osados.
Tendremos gran variedad de escenarios: nos moveremos por paisajes de jungla, llenos de vegetación y majestuosas ruinas, nos moveremos por escenarios de cristal en dimensiones paralelas, tendremos escenarios submarinos, así como por otras localizaciones como cavernas o castillos encantados. Encontraremos, por tanto, una gran cantidad de localizaciones durante el juego, cada una con unas características y unos objetos que nos obligarán a devanarnos los sesos para descubrir cómo utilizarlos para superar el nivel.
Aparte del modo Aventura, el modo principal del juego, Donkey Kong: Jungle Climber cuenta con un modo Reto, en el que podremos jugar a varios minijuegos que encontraremos en algunos momentos durante el juego, en los que deberemos de utilizar, de nuevo, los botones L y R de nuestra consola para manejar a nuestro personaje. Contaremos, también, con un apartado de extras, en el que podremos volver a ver los tutoriales del juego y las animaciones pertenecientes a la historia del mismo que ya hayamos visto. Además, contaremos con un repertorio de Trucos que deberemos de ir desbloqueando a medida que el juego avance, con los que podremos conseguir mayor número de vidas para nuestro héroe o algunas habilidades especiales.
Finalmente, el juego cuenta con un modo multijugador en el que podremos jugar a dos minijuegos para cuatro jugadores mediante la red local de nuestra consola: "Trepa, Trepa", en el que deberemos de llegar antes que nuestros rivales a la meta en la parte superior del nivel; y "Barrel Race", en la que nos subiremos a unos barriles-cohete y deberemos de competir contra nuestros contrincantes para llegar los primeros a la meta.
Apartado técnico.
Gráficamente, Donkey Kong: Jungle Climber es un título muy generoso y detallado. Los escenarios cuentan con multitud de objetos con los que podremos interactuar, así como molestos enemigos de los que deberemos encargarnos adecuadamente. El tamaño de los personajes es muy correcto, y cada modelo está bastante detallado. El modelo de los personajes y de algunos objetos del escenario está realizado en tres dimensiones, aunque el desarrollo general de la aventura es bidimensional. Por otra parte, las animaciones que acompañan la narración de la historia son de mayor tamaño, y están realizadas con todo lujo de detalles, pudiendo observar el torso de los personajes que dialogan mientras leemos sus líneas de texto. También los fondos cuentan con multitud de elementos, cosa que favorece mucho al aspecto visual del conjunto.
La banda sonora del juego, así como los efectos de sonido, son también dignos de mención. Los temas del juego tienen mucho ritmo, son marchosos, divertidos y acentúan el carácter desenfadado del título. Los efectos sonoros y las voces de los personajes son variados y de mucha calidad: oiremos a Donkey y a Diddy gritar y gruñir de muy diversas formas durante el juego, y durante las conversaciones entre los personajes escucharemos algunas voces las cuales, aunque no están en ningún idioma comprensible, dan un toque de simpatía a la narración de la historia.
La jugabilidad es todo un lujo. Se han mejorado muchos aspectos del control del personaje respecto a la entrega para Game Boy Advance, como, por ejemplo, el hecho de que no haya que cargar energía para atacar a nuestros enemigos, dando mucho más dinamismo al juego. Además, se han añadido algunos elementos muy interesantes, como la cooperación con el personaje de Diddy o la acción a doble pantalla. Aunque la pantalla táctil prácticamente no la utilizaremos durante el juego, y las funciones del micrófono y de la red wi-fi de nuestra consola no se aprovechan (esta última únicamente la utilizaremos para jugar a dos minijuegos mediante la red local), Donkey Kong: Jungle Climber es un título muy recomendable. Probablemente nos costará habituarnos un poco al manejo de los controles, debido a su peculiaridad, pero, una vez nos hayamos hecho con ellos, podremos disfrutar de una aventura de lo más original y divertido.
Conclusión
Donkey Kong: Jungle Climber es un título que vale la pena jugar. Su original manejo, añadido a un excelente apartado gráfico y un desarrollo la mar de divertido, harán que el juego nos mantenga pegados a la consola horas y horas, hasta acabar con los veinticinco niveles con los que cuenta la aventura. Es un juego fundamentalmente para un solo jugador, y no aprovecha las características técnicas de la consola al cien por cien: sin duda, podría habérsele dado un papel más importante a la pantalla táctil, así como algún uso al micrófono, y se podría haber mejorado el juego multijugador. Aún así, el juego es excelente y muy recomendable para todo tipo de jugadores.