Análisis de Custom Robo Arena (NDS)

Los precedentes de la saga Custom Robo en Europa son escasos, si los comparamos con la disponibilidad de títulos basados en la misma que inundan el mercado de tierras niponas: sólo un título surgió en occidente para la Nintendo Game Cube, sin más pena que gloria, y pasando más bien desapercibido en la lista de títulos para dicha consola.

En esta ocasión, Nintendo ha apostado por un nuevo título basado en la misma saga, que tiene todos los números para (esta vez sí) convertirse en un título de éxito: dos experiencias de juego totalmente distintas en un mismo cartucho, combates vía Wi-Fi y robots personalizables son los ingredientes para el cóctel explosivo de Custom Robo Arena.

Una historia como cualquier otra…
El modo historia de Custom Robo Arena nos sitúa en un futuro no muy lejano donde la industria en auge en cuanto a tecnología se refiere es la de los Custom Robo: unos robots cuyas partes son totalmente personalizables e intercambiables, y que son controlados mediante la mente por el humano que los posee.

Estos robots son utilizados para diversas actividades, pero su éxito radica (como no) en su capacidad para la lucha.

Así, nos metemos en la piel de un joven efebo, novato como nosotros, al cual- después de un traslado familiar a una nueva ciudad- regalan un Custom Robo nuevecito, cosa que, por lo visto, nuestro protagonista deseaba desde hace ya tiempo. Así, empezamos la historia en nuestro primer día de colegio, con nuestro nuevo Custom Robo y toda una aventura para descubrir. Junto al Custom Robo, se nos da también el garaje donde realizaremos el mantenimiento del mismo (limpieza, cambio de las diferentes partes del robot, etc.).

Y con paso alegre nos dirigimos a nuestro nuevo colegio para descubrir, asombrados, que todos nuestros compañeros conocen la existencia de los Custom Robo, y no sólo eso, su sino que casi todos poseen uno o varios modelos de robot. Así, conoceremos a nuestros dos compañeros de aventuras, Dennis y Liv, los cuales nos iniciarán en todo el mundillo de los clubes y competiciones de Custom Robo, así como nos enseñarán donde podemos encontrar accesorios para los mismos…

Y así, nos veremos envueltos continuamente en nuevos combates, tanto contra los personajes que la historia nos pone por delante como contra los diferentes personajes que podemos encontrar dispersos por el mapeado. La historia no da mucho más de sí: un novato (nosotros) con unas cualidades excepcionales (sic) en el control de los Custom Robo, al cual hay que guiar hasta el éxito en los diferentes torneos y competiciones que se nos presenten. Pero, aunque la historia es sencillita y no encontraremos ningún giro inesperado en el guión de la misma, resulta divertido ir de un lado a otro derrotando a todo el que se nos ponga por delante, desbloqueando así nuevas zonas del mapa (lo que representa un avance en la historia y, por supuesto, nuevos combates).

También es necesario resaltar el hecho de que al ir ganando combates a lo largo de la aventura, nuestro poder adquisitivo se verá incrementado, con lo que nos será posible ir a las diferentes tiendas a adquirir accesorios para nuestro Custom Robo que nos hagan un poco más fácil la tarea de vencer a todos los contrincantes que aparecen en el juego. Cuanto mayor sea la importancia del contrincante contra el que nos enfrentamos, mayor será la compensación económica recibida tras la victoria.

En lo que a los combates se refiere, queda claro que son la parte más importante del juego. Cuando nos enfrentemos con alguno de los contrincantes que se nos ofrecen, surgirá un campo de batalla virtual delante nuestra en el que se desenvolverá el combate. Antes de comenzar el mismo, se nos dará la posibilidad de entrar en nuestro garaje o de ver el modelo y los accesorios de nuestro contrincante.

En el garaje podremos realizar varias acciones: podremos limpiar con diferentes tipos de gamuza a nuestro Custom Robo. Esta acción puede parecer bastante tonto, en principio, pero el sistema de enfrentamientos se ha desarrollado de tal manera que los robots se "ensucian" después de cada combate (sobretodo si el combate ha sido cruento y nos hemos llevado la peor parte), y con un robot sucio tenemos menos posibilidades de éxito, ya que la suciedad impedirá que las partes de nuestro robot funcionen al máximo rendimiento. Por tanto, stylus en mano, deberemos repasar continuamente las partes de nuestro robot de manera que quede limpito y reluciente.

Por otro lado, podremos cambiar las diferentes partes de nuestro robot: así, aparte del modelo en sí, podremos personalizar e intercambiar las piernas del robot, los propulsores con los que se desplaza por el aire, el arma básica y los cañones con los que tiraremos diferentes tipos de bombas. Y, finalmente, una opción no demasiado útil pero que tiene su gracia: podremos modificar la postura del robot en los diferentes escenarios que nos ofrece el juego, mediante la compra de éstos en las diferentes tiendas de accesorios que encontramos a lo largo de la aventura.

Una vez entramos en combate, vemos que el campo de batalla es pequeño, lo que ayuda a que el combate no pierda intensidad y que se desenvuelva en un tiempo relativamente corto. Seremos expulsados al campo mediante un cañón que podremos dirigir hacia diferentes lados del mismo. Una vez expulsados, comienza el combate. Los campos que nos encontramos en el juego son de diferentes tipos, aunque el esquema básico de los mismos siempre es igual: un campo de forma cuadrada de una sola planta, con diferentes objetos que harán de obstáculos o con los que podremos interactuar. Así, nos encontraremos con imitaciones de la Grecia clásica, con sus ruinas y sus columnas, un volcán en el que si caemos se nos restará vida, una localización futurista con cintas transportadoras que entorpecerán nuestros movimientos…

Los combates tienen un único objetivo: reducir a cero la vida del contrincante. Para ello, contamos con tres tipos de armas: una básica y dos cañones secundarios. A pesar de que las armas secundarias en ocasiones son de mucha ayuda, generalmente la mayor parte del tiempo nos dedicaremos a correr de un lado a otro persiguiendo al oponente para descargarle una intensa ráfaga de nuestra arma principal en los morros. La verdad es que la estrategia de combate, en ese sentido, se ve muy afectada, ya que la diferencia entre el arma principal y los cañones secundarios es, al principio, muy acusada, y estos últimos nos servirán más bien de poco. Menos mal que podremos personalizarlos durante el juego y, así, hacer un mejor uso de ellos.

El modo multijugador y vía Wi-Fi se basa exclusivamente en los combates entre Custom Robo de uno y otro jugador. Sólo podrán combatir dos jugadores a la vez (una lástima). En el caso de jugar con una sola tarjeta, podremos combatir entre dos jugadores y los dos podrán personalizar su robot, aunque no podremos elegir el campo donde queramos combatir. En cambio, en el modo multijugador con varias tarjetas o en el juego vía Wi-Fi, podremos personalizar nuestro Custom Robo, además de seleccionar los escenarios donde queramos combatir, el garaje que tendremos para modificar nuestro robot, y podremos también intercambiar modelos y accesorios con otros jugadores. Es una lástima que no se puedan cambiar los colores de los modelos, o personalizar las piezas más a gusto de cada jugador. El hecho de "tunear" el robot a gusto de cada jugador hubiera hecho de este sistema de personalización de los robots algo mucho más interesante.

Apartado técnico
Los gráficos en las batallas están bastante logrados: muy coloridos, con cámaras que se acercan o se alejan dependiendo de la distancia que medie entre los dos robots, texturas brillantes y gráficos muy bien conseguidos, aunque algo poligonales. El problema es que todos los escenarios y robots acaban pareciéndose demasiado entre sí. Por otra parte, los gráficos de la aventura son demasiado sencillos y adolecen de continuas repeticiones en el diseño de los diferentes personajes, sobre todo en los que no son de relevancia para la aventura. Al interactuar con los personajes claves de la misma, se despliega una ventana de diálogo en la pantalla superior con un modelo animado de nuestro interlocutor, bastante bien conseguido. A pesar de todo, en el modo historia no encontramos nada nuevo ni digno de mención respecto a la miríada de juegos de rol que pueblan el catálogo de la DS.

En cuanto a las músicas y los efectos de sonido, tampoco hay nada destacable. Melodías intensas en los combates, pero muy repetitivas durante todo el juego, se combinan con unos efectos de sonido bastante sosos. Una lástima: este apartado podría haberse cuidado mucho más.

La jugabilidad si está muy lograda. Haremos uso de la pantalla táctil en el garaje, a la hora de personalizar y realizar el mantenimiento a nuestro Custom Robo, así como para girar las cámaras en el escenario que elijamos para mostrar a nuestro robot y donde podremos moverlo a nuestro antojo. Los combates, en cambio, harán uso de la cruceta y los botones: A para saltar, B para utilizar el arma principal y L y R para los cañones secundarios. Sencillo, pero efectivo. El botón X se utiliza para realizar un movimiento de ataque cuerpo a cuerpo con el robot, pero podríamos haber pasado perfectamente sin él. La verdad, en lo que respecta a la lucha en sí, podría haberse mejorado mucho el sistema de combos, porque la verdad es bastante simple y en el mejor de los casos lograremos encadenar sólo tres golpes a la vez.

También el manejo del protagonista durante la aventura se hará a través de la cruceta, con el botón A para interactuar con los otros personajes u objetos. El botón X abre el menú de pausa del juego en el que podremos cambiar las Opciones, guardar la partida, ver nuestro inventario o una lista de notas explicativas y vídeos sobre los Custom Robo.

Conclusiones
En definitiva, un título interesante y bastante logrado, aunque con algunos defectillos que, de haberlos tenido en cuenta, podrían haber hecho de él un título excelente. El hecho de mezclar el género de rol con los combates entre robots es una buena apuesta, pero al no tener una historia demasiada consistente y al ser todos los combates demasiado parecidos entre sí, puede llegar a cansar después de varias horas de juego.