Análisis de The Drowning (iPhone, Android)

Con la aparición de los dispositivos táctiles, muchos géneros titubearon a la hora de dar el salto. Géneros asentados en el mundo de los videojuegos como la conducción o la estrategia, dieron rápidamente el salto, adaptando sus esquemas jugables sin demasiados problemas. De hecho, en el caso de algunos títulos, incluso se beneficiaron de manera evidente con el cambio. Otros, como los títulos de acción en primera persona, corrieron distinta suerte. Por una parte, intentaron replicar el mismo sistema de control analógico que, hasta la fecha, les había dado resultado en consolas. Pero no funcionó.

Estos controles eran engorrosos, y obligaban al jugador a realizar maniobras incómodas y poco prácticas con sus dedos, algo que repercutía directamente en el devenir correcto de la jugabilidad de todos y cada uno de los juegos que coqueteaban con ese sistema.

Ahora, títulos como el reciente Guerra Mundial Z, o el presente The Drowning, presentan un nuevo sistema de manejo bastante inspirado, que combinado con determinadas facetas del anterior control digital, consiguen trasladar una experiencia más rica y divertida en dispositivos como el iPhone, el iPad o el gadget Android de turno.

The Drowning -título procedente del estudio sueco Scattered Entertainment-, nos muestra una brillante y absorbente presentación, una jugabilidad bien pensada y un desarrollo francamente discutible.

El derrumbe de la civilización tal y como la conocemos

The Drowning arranca fuerte, con una emocionante secuencia en la que el juego, nos presentará el oscuro y caótico futuro que le espera a la humanidad. The Drowning coquetea con la idea de una brutal pandemia que asolará en la humanidad tras una catástrofe ecológica sin precedentes, relacionada de manera evidente con la desaparición de las reservas de petróleo en todo el mundo. Los seres humanos supervivientes, al menos los que no han sido infectados y convertidos en peligrosas criaturas ávidas de sangre, sobreviven como pueden, intercambiando objetos entre ellos y utilizando los más variados métodos para salir adelante. El argumento principal en The Drowning se disipa muy pronto, en parte debido a su especial desarrollo -digamos que no es un juego tradicional o demasiado lineal en dicho aspecto-, dejándonos con ganas de conocer un poco más tras su excelente planteamiento.

Un control excelente para un desarrollo monótono

Centrándonos en el plano jugable, hay que destacar que al igual que Guerra Mundial Z, The Drowning nos presenta el que podría ser el camino a seguir en cuanto a controles táctiles para juegos en primera persona. The Drowning se podría encontrar entre el término medio habitual para un shooter on rails -ese en el que no tenemos un control directo sobre el personaje- y el conocido y citado control táctil. Es decir, en The Drowning podemos elegir el destino a seguir pulsando en la pantalla -como si hablásemos de un point and click- y dispar y elegir objetivo juntando -o aproximando- dos de nuestros dedos. Al mismo tiempo, tenemos un botón para girar 180º, ayudándonos a voltear en cualquier momento si nos encontramos rodeados.

El sistema está muy bien pensado, y funciona a la perfección, y al igual que en Guerra Mundial Z, permite una mejor interacción con el entorno y los incesantes enemigos. En The Drowning quizás encaje de una forma más directa, debido en parte a la nula exploración del título, que se centra más en la consecución de grandes puntuaciones y récords -así como en la recolección de algunos objetos-, que en la superación de niveles o la resolución de puzles. El ágil control táctil de The Drowning -que también ofrece otras alternativas más clásicas- es uno de sus mayores aciertos, y a la postre, uno de sus mayores atractivos.

En cuanto a desarrollo, The Drowning, como título free-to-play, está terriblemente encorsetado en niveles con una duración concreta y una delimitación en cuanto a tamaño muy clara y definida. Lo que podría dar la impresión de ser un survival horror en primera persona, acaba siendo un machacante juego de acción y supervivencia en rondas en base a puntuación y defensa de zonas, consiguiendo puntos y experiencia por cada criatura abatida. Si somos diestros y conseguimos activar el modo frenesí, duplicaremos la puntuación resultante. Eso sí, habrá que tener una mira y una latencia en los disparos casi perfecta. Los infectados tienen una rapidez contrastada, y nos rodearán a la mínima de cambio, con lo que deberemos mantener siempre una posición segura -y utilizar el botón de 180º a la mínima que escuchemos el característico lamento gutural de estos- para no perecer en nuestro intento de supervivencia.

La recompensa irá en función de nuestro éxito. Si hemos logrado una gran cantidad de criaturas e infectados abatidos, y si estos han caído con tiros perfectos y bien dirigidos hacia sus respectivas cabezas, pues mejor. Los premios son variados, desde armas, a potenciadores de salud o potencia, pasando por elementos especiales como botiquines, pastillas, combustible o piezas para vehículos -que nos ayudarán a movernos a otro nivel-. Básicamente, The Drowning da la impresión de ser un juego bastante monótono, repetitivo. Pasaremos gran parte del tiempo esperando ser recompensados con ese objeto que nos falta -huelga decir que también hay cierto factor suerte al respecto en esto de lograr premios-, y repitiendo una y otra vez niveles en busca de la puntuación perfecta.

Ya sea deambulando por los pequeños y estancos niveles, o protegiendo nuestra posición de las oleadas de criaturas, The Drowning muestra rápido sus cartas, agotando al jugador en muy poco tiempo. Es una lástima, porque todo lo construido en los primeros minutos de su desarrollo, se derrumba a la media hora de juego. Si a eso le sumamos unas políticas de micropagos bastante acuciadas llegados a cierto punto del desarrollo, lo cierto es que no pasaremos demasiado tiempo jugando una vez se nos pase el llamado "furor inicial".

Brillante y consistente en su apartado audiovisual

The Drowning destaca, aparte de por su control, por su increíble y consistente apartado técnico. No solo luce un diseño artístico y visual tangible y cuidado, también consigue traspasarlo de forma excelsa a nivel gráfico y sonoro en la pantalla de cualquier dispositivo compatible. No exageremos si decimos que The Drowning es una de las aplicaciones más lustrosas e imponentes de los últimos meses, con unos modelados, unas texturas y un sistema de iluminación imponente. Tanto las criaturas, como los escenarios -que son variados, y van desde las típicas playas apocalípticas a los habituales parajes desolados-, están muy bien recreados y lucen de forma impresionante en dispositivos como el iPhone 4S, el iPad con pantalla retina o el iPhone 5 -usados durante el análisis del juego-, mostrándonos efectos únicos y muy logrados. El motor Unity -sobre el que está desarrollado- ofrece versatilidad y presencia, y The Drowning parece que le saca provecho hasta el último píxel.

Las animaciones y el sonido quizás estén varios peldaños por debajo de lo esperado, pero también rayan a un nivel notable. Hay varios efectos de sonido muy buenos -como el de las criaturas, o el de las variadas armas-, que aumentan en presencia, pegada y potencia si usamos cascos... O realizamos AirPlay con el dispositivo compatible y nuestro televisor vía Apple TV. La app se encuentra completamente en inglés, tanto en textos, como en cuanto a voces.

Conclusiones finales

The Drowning empieza bien -su introducción y sus primeros minutos son muy inspirados-, pero promete demasiado y más tarde, una vez descubrimos su marcado sistema de juego -influenciado por la vertiente imperante del free-to-play-, se desinfla. Es, desgraciadamente, demasiado repetitivo y monótono, sin ningún tipo de aliciente más allá del desbloquear el objetivo o el premio que nos falta para seguir avanzando. Y eso, cansa hasta al más experimentado. Goza, eso sí, de un control táctil bien pensado y planificado, y cuenta a su vez con un apartado gráfico brillante. ¿Son suficientes atractivos de cara al jugador? No lo creemos, pero sí son sus mayores alicientes a la hora de, al menos, darle una oportunidad descargándolo e instalándolo en nuestro dispositivo preferido. No hay que olvidar que es un juego completamente gratuito. Al menos, de primeras.