Análisis de The Blockheads (iPhone)
En uno de nuestros escarceos con la App Store, donde siempre andamos buscando títulos diferentes con los que disfrutar -dispositivo iOS mediante-, nos encontramos, casi sin quererlo, rodeados de copias y títulos que simulaban ser Minecraft. El título de Markus "Notch" Persson no necesita de ninguna presentación a estas alturas de la historia, y pese a que muchos creen que su impacto en el mundo de los videojuegos comienza a desvanecerse a pasos agigantados, su universo y su comunidad parece más viva que nunca -solo tenéis que pasar por YouTube y observar los interminables vídeos que le hacen referencia o visitar cualquier de los activos foros de usuarios que brotan como setas-. En iOS -al igual que en consolas- encontramos una adaptación bastante completa del juego original, y aunque condensada de manera excesiva, traspasa de manera fiel el devenir del título -o al menos, lo que en principio era el objetivo original-. Volviendo a la masificación de juegos que intentan ser o se inspiran en el citado Minecraft, nos encontramos con The Blockheads.
The Blockheads puede parecer una de estas copias simétricas, pero nada más lejos de la realidad. El título de Magic Jungle intenta ser algo más que una simple app de corte similar, y nos ofrece una experiencia única bajo una perspectiva diferente.
Así que, si no te has cansado todavía de los cubos y de eso de picar cualquier material que se te cruce por delante, te invitamos a que pruebes esta curiosa y gratuita aplicación.
Un cambio de perspectiva
The Blockheads, como seguro que os podéis imaginar, es un sandbox. Un sandbox, donde principalmente, deberemos sobrevivir. Arrojado y abandonados en mitad de la nada, tendremos que aprender a desenvolvernos en un entorno, que en principio, no nos puede parecer hostil, pero que indudablemente, lo es. The Blockheads comenzará generando un vasto mundo de la nada, exclusivo y completamente aleatorio para cada jugador. Una vez le pongamos nombre, y escojamos a nuestro -o nuestra- protagonista, arrancaremos con nuestra aventura como "blockhead". En nuestra primera partida, nos encontramos desvalidos, y con una simple pala, en mitad de una llanura. A nuestro lado, un misterioso cristal brilla impertérrito. Lo primero que haremos, casi por instinto, y antes de que la noche caiga sobre nosotros, será construir un pequeño refugio. Ya sea cavando y destrozando bloques -¿os suena de algo?-, o derribando algunos de los árboles para hacer leños de madera, tendremos que descansar un poco y protegernos de los peligros que acechan en la noche. Más tarde, cuando comience un nuevo día, y una vez tengamos cubierta la imperiosa necesidad de dormir bajo techo -o gruta-, comenzaremos a cavar, buscar materiales, mezclarlos y proseguir con el sempiterno y habitual "crafteo" de este tipo de juegos.
En The Blockheads, no tenemos un objetivo marcado. Es decir, no encontraremos misiones ni objetivos a seguir o lograr. Podemos hacer, literalmente, lo que nos apetezca. Ya sea entablando una aventura a lo largo del ancho mundo -construyendo barcas para navegar por los interminables océanos del juego-, o buscando elementos con los que montarnos una mansión, en The Blockheads siempre, o casi siempre, estaremos haciendo algo.
El control y la interfaz de este The Blockheads es una buena muestra de que se ha pensado en la particular naturaleza como dispositivo del iPhone o el iPad, ya que es cómoda y práctica. A nuestra derecha, tendremos una lista de objetos, materiales -y desechos- que llevamos encima -con un simple toque podemos equiparlos o desecharlos, o si así lo creemos, combinarlos-. Arriba, en la esquina superior izquierda, veremos el contador de cristales -que nos permiten avanzar el tiempo para obtener resultados rápidos o que incluso nos pueden ayudar a crear piezas de trabajo únicas y perfectas que nos facilitarán mucho algunas tareas.
El desplazamiento es también sencillo, ya que solo debemos marcar hacia donde tiene que ir el bueno de nuestro blockhead, e irá. Sí, aunque todo suene a "demasiado Minecraft", una partida más o menos larga a The Blockheads nos enseña algunas de sus particularidades. Primero, decir que aquí no controlamos directamente a nuestro protagonista, ya que más bien, le damos órdenes. También podemos decir que The Blockheads, a diferencia de Minecraft, es un juego más colaborativo y enfocado al multijugador. En The Blockhead se premia y se aconseja que, ya sea mediante la colaboración de otros jugadores -a los que podemos invitar a nuestro mundo- o con la ayuda de un segundo personaje que creemos nosotros mismos, trabajemos en equipo. Más o menos lo que quería hacer Peter Molyneux en su juego de iOS, pero con mayor estabilidad y sentido.
La mayor parte del tiempo en The Blockheads, estaremos cavando, descubriendo complejos sistemas de cuevas y minas, y modificando y creando objetos con los que ser más eficientes. Al principio, nos abrumarán las posibilidades, pero poco a poco, iremos concretando tareas específicas y buscándonos una misión propia en la que nos sintamos cómodos. Habrá cosas que sean comunes a todos los jugadores como el cuidado del blockhead protagonista -repetimos, en un mundo que presume tener condiciones climáticas simuladas y cantidades ingentes de comida por ingerir, es una buena idea cuidar de él-, pero seremos nosotros los que marquemos el devenir del juego en todo momento. Y en cualquier lugar, dada la naturaleza portátil del título. ¿Queremos disfrutar del Polo Norte virtual del juego viajando por el ancho mundo? Podemos. ¿Preferimos levantar una mansión en mitad de un bosque, rodeados de flores y plantas? También tenemos dicha posibilidad. ¿Somos unos topos y disfrutamos cavando y obteniendo gemas y otros minerales de valor? Siempre podemos hacerlo. ¿Y si probamos a llevar el cauce del agua por aquí? Venga, vamos a intentarlo. Repetimos: no hay ni existen límites. La libertad de The Blockhead es su mayor ingrediente y característica.
De todas formas, y aunque hay muchos aspectos positivos, The Blockheads tiene ciertos puntos negativos. El control es bueno, pero en el iPhone, se resiente al mostrarnos poca visibilidad del escenario. Sí, se puede jugar, y sí, no tendremos molestia visual alguna, pero es mucho más cómodo y práctico jugar en el iPad. Hay que tener en cuenta que aquí no tendremos vista en primera persona, y que al tener que ver siempre desde una perspectiva en 2D todo el juego, conforme de más campo de visión dispongamos, mucho mejor para nosotros. Otro aspecto del que adolece, es el de un sentido correcto del tiempo. Aquí no nos referimos de los ciclos de día y noche -algo acelerados, pero no causan demasiada molestia-, sino de los tiempos que invertimos en crear y craftear algunos objetos: interminables. El crafteo es muy, muy lento. Y eso puede desesperar a más de un usuario que busque una experiencia instantánea y rápida en su terminal móvil -lógico, por otra parte-. Siempre tendremos la opción de usar los cristales, pero no es cuestión de abusar, ya que disponemos de un número muy limitado de los mismos, y si los usamos todos, deberemos... Pasar por caja para comprarlos.
El aspecto visual y técnico de The Blockhead es especial, y a su manera, único. El diseño artístico de Minecraft es claro y evidente, y las referencias visuales son patentes. Pero tanto la perspectiva en 2D -muy cómoda, pese a las reticencias iniciales- como su estabilidad gráfica, demuestran que partiendo de un mismo punto de partida se pueden hacer cosas similares aunque de una naturaleza final diferente. El mundo en el que se desarrolla The Blockhead, pese a estar construido en base a bloques y cubos, da la impresión de vivos, con extraños animales y criaturas deambulando por los escenarios bidimensionales y con un constante y bien cuidado diseño sonoro. El juego corre sin problemas tanto en dispositivos como el iPhone 3GS, como en los más recientes -como el iPhone 4S o el iPhone 5. Compatible con el iPad -recomendamos disfrutad de un juego así en una pantalla de más diagonal que la del iPhone, aunque sea el último- y con la red de logros de Game Center -es el sistema que se usa para contactar y entablar juego online con otros jugadores, así como para el chat de voz-. Eso sí, cabe destacar que todo está en un completo y perfecto inglés.
Conclusiones finales
The Blockheads, se nos ha revelado como una auténtica sorpresa. Es un juego infinito, lleno de cosas por hacer, divertido de jugar y completo en posibilidades. Su presentación, pese a las similitudes evidentes con Minecraft es poco menos que excelente, y su control, teniendo en cuenta las limitaciones de la pantalla táctil, funciona de una forma más que correcta. Quizás adolece de fallos relacionados con el tiempo de desarrollo de los objetos, y puede que no sea muy cómodo de jugar en pantallas pequeñas, pero son dos lunares que se pierden en una producción original y notable. The Blockheads es una aplicación completamente gratuita y universal, y está disponible en la App Store de Apple.