Análisis de Spy Mouse (iPhone)
Firemint nos ha ofrecido ya algunos magníficos títulos de distribución digital para iPhone y otras plataformas que han captado ese aspecto intenso y directo, muy arcade, del juego móvil, títulos que son muy divertidos para partidas breves pero con suficiente encanto como para echarnos también unas extensas partidas, como Flight Control.
Ahora nos ocupa Spy Mouse, un título que parece beber de dos grandes referentes: el propio Flight Control junto a algunos elementos estructurales de Cut the Rope, y que se convierte, de hecho, en la primera nueva marca lanzada por el estudio desde 2009, haciendo ya bajo el amparo de Electronic Arts, que los adquirió en mayo.
Se trata, en esencia, de un juego de puzles en el que controlamos a un simpático ratón cuya mayor vocación como espía se traduce en la melodía que escuchamos al completar cada una de las fases del juego.
Debemos trazar el camino del ratón para que recoja los diferentes trozos de queso y, solo después, dirigirnos a la salida. Por supuesto, poco a poco se van incorporando múltiples peligros, como gatos que van patrullando la zona, zonas secretas que debemos descubrir, etc.
Los gatos cuentan con diferentes habilidades, teniendo que usar el entorno para poder salirnos con la nuestra. Un ejemplo muy temprano es conseguir engañar a un gato para que se lance a por nosotros y acabe estrellándose contra la pared, o asomarnos por una esquina para atraer su atención y salir corriendo para bordear una estructura y poder escapar mientras le hemos hecho ir por otro lado.
Lo importante es que cada fase del juego es diferente, en un proceso de reinvención continuada que se acentúa una vez hemos superado el primer conjunto de niveles, que hacen las veces de tutorial. Un primer aproximamiento, por tanto, puede hacer que el jugador se lleve una sensación errónea de que todo el juego es igual, pero eso es un error que el usuario no debe cometer.
Para el jugador experto, las fases iniciales a modo de tutorial resultan poco prácticas e intensas hasta tal punto que, en realidad, todo lo que se no enseña se podría haber planteado en una única fase, pero hay que tener en cuenta la vocación de este título por ser accesible. Por tanto, superar estos primeros niveles iniciales, de contacto, es un trámite necesario para descubrir, una vez los dejamos atrás, que hay una inventiva destacable en el planteamiento de los retos para el jugador.
Con todo, es un juego muy fácil de superar, y pese a que hay una buena cantidad de niveles, por su rápida resolución no es tampoco un título largo. En el lado positivo, en cada fase hay tres medallas por conseguir y eso sí puede suponer un buen reto, sobre todo cuando estamos en niveles avanzados. Así se consigue un juego que casi cualquiera podrá terminar, pero que exige dedicación y esfuerzo para conseguir puntuaciones realmente dignas de elogio.
En el aspecto técnico y artístico el juego resulta simpático, con un estilo visual que a veces nos recuerda a los dibujos animados de Hannah-Barbera, algo que sucede también con las melodías, sobre todo con esos toques de espía que se incorporan al terminar las fases.
Los jugadores deben tener en cuenta una cosa: incluye un muy molesto y estúpido sistema de cobrarte desde dentro del juego. Aparece, de vez en cuando, un gato que nos ofrece ayuda. Pero resulta que si aceptamos se para la partida, nos saca del juego, nos lleva a iTunes, y nos invita a realizar la compra de Kiska. La situación ha sido tan molesta que la última actualización del título se ha reducido su aparición a solo una vez al día como máximo, lo que reduce su intrusismo, molesto e injustificable, aunque seguimos encontrando insultante que no se hable abiertamente de realizar una compra y que, encima, va a cortarnos el ritmo de juego. Sería más honrado decir lo que es desde un primer momento, sobre todo porque el oscurantismo con el que se trata es insultante y mucho nos tememos que algún niño (con padres irresponsables que no hayan configurado el control parental, ciertamente) acabará cobrando el contenido sin saber qué está haciendo.
Conclusiones
Spy Mouse es, ante todo, un juego rápido y directo que sigue la línea sobresaliente de Firemint. Resulta muy entretenido, y la inventiva de las diferentes fases que lo componen anima a seguir jugando un fase más… y luego otra, y otra. Cuando las hemos superado, conseguir todas las medallas y terminar las fases con cada vez mejor tiempo será también un incentivo muy destacable para el jugador que disfruta de explotar al máximo sus títulos. Es ahí donde Spy Mouse muestra todo su potencial y reclama su puesto como un videojuego desenfadado y muy interesante que puede convertirse en uno de los nuevos bombazos de la App Store.