Análisis de Fast & Furious 5 (iPhone)
Videojuegos y películas, la eterna pregunta. Son pocos los aficionados a los videojuegos que recordarán títulos basados en licencias cinematográficas con agrado, siendo la mayor parte de obras productos inacabados cuyo único objetivos en acompañar a su hermano mayor en la gran pantalla. La quinta película de la famosa serie Fast & Furious no podía quedarse sin videojuego, aunque es curioso ver como la franquicia no ha tenido demasiados videojuegos dentro de la industria, siendo un producto bastante más fácil que otras alternativas que sí han llegado al mercado.
Decisiones comerciales aparte, estamos delante de un título de conducción bastante notable, que combina diversos aspectos de otros títulos para crear una experiencia de juego curiosa, y que gustará entre los seguidores de la velocidad extrema. Como no podía ser de otra manera, nuestro objetivo es llegar a la meta siendo el más rápido, pasando por escenarios tan variopintos como Rio de Janeiro y República Dominicana, entre otros.
Nuestra misión será escapar de nuestros perseguidores y llegar el primero a la meta durante los diez capítulos de la obra, tarea que, a nuestro gusto, podría haber sido un poco más retante para el jugador experimentado.
Como decíamos, la obra combina aspectos de otros títulos de conducción, como Burnout y su sistema de takedowns, ideales para salir airosos de una situación comprometida en la carretera. Por otra parte, también estarán presente los desastres inesperados, destrozando parte del escenario y obligándonos a tomar decisiones en pocos segundos, tal y como sucede en la fantástica puesta en escena de Split/Second. Y por último, pero no menos importante, la posibilidad de rebobinar en el tiempo para evitar un desastre que acabe con nuestra partida, que viene de perlas si estamos batiendo un récord y no queremos estampar el dispositivo contra el suelo. Todo esto se ha mezclado a la perfección para darle al jugador una experiencia lo suficientemente completa como para mantenernos enganchados durante un buen rato a la pantalla.
El control es digno de mención, fluido y sin demasiadas complicaciones. El coche acelerará automáticamente, dejando a nuestro libre albedrío el volante que controlaremos moviendo el dispositivo. Al principio puede ser un poco complicado, pero en un par de partidas el control será nuestro y estaremos quemando rueda sin problema. De lo único que tendremos que estar pendiente es del tiempo, nuestra posición y obtener la nitroglicerina necesaria para tener un buen turbo en caso de que nuestros contrincantes vayan por delante nuestro. Punto a favor el hecho de no contar con una interfaz que tape parte de la acción, evitando así posibles accidentes ocasionados por la mala visión o planteamiento de juego.
A medida que vayamos superando capítulos tendremos acceso a nuevos contenidos que podremos desbloquear en la tienda previo paso por caja, evidentemente. El tema de la modificación de coches es indispensable en una obra que trata los vehículos como si fueran recetas de cocina, por lo que tendremos paquetes de personalización y coches a los que llevar al taller para evitar quedarnos en la cuneta. La obra la completa un modo online en el que podremos competir con hasta 10 jugadores simultáneamente, aunque en algunas hemos visto serios problemas de retraso.
El apartado técnico de la obra es digno de mención, con un motor gráfico que aguanta el tipo sin problema ofreciendo unos vehículos bastante detallados, con reflejos, así como unos escenarios que, si bien es cierto no podremos pararnos a ver con detalle, son más que convincentes. No existe un sistema de colisión de daños, pero tampoco se echa de menos durante la partida. Quizá el único punto en contra en cuanto a la parte técnica se refiere son sus cargas entre carrera y carrera, bastante más elevadas de lo normal en un videojuego de este tipo y que por desgracia rompe con la estética arcade, haciendo pesado jugar durante varias carreras -algunas durarán menos de tres minutos- seguidas.
En definitiva, un título de carreras muy a tener en cuenta si somos adeptos a este género tan explotado. Tanto si somos seguidores de las aventuras de Vin Diesel y compañía como si no, es una buena obra que nos aportará horas de diversión al volante. Está disponible para iPhone, iPad e iPod al mismo precio, 3,99€.