Análisis de Carmageddon (iPhone, Android)
Si tienes más de veinte años -sobre todo si rondas ya la treintena-, y has estado jugando a los videojuegos durante casi toda tu vida, conocerás Carmageddon de primera mano, y serás consciente de todo el revuelo que causó el controvertido juego en su día. Carmageddon fue, desde su lanzamiento y concepción uno de esos juegos polémicos, con grandes dosis de violencia, que provocó tanta controversia en medios tradicionales, jugadores y consternados padres y asociaciones, que llegó incluso a ser completamente prohibido en multitud de países. Su impacto en telediarios, periódicos y debates fue tal, que la opción que se les ocurrió a los desarrolladores y distribuidores para evitar el bloqueo comercial al que se les sometió, fue la de sustituir la sangre roja y a los viandantes por zombis, por ejemplo en su versión para PlayStation. Todo un hito que en la época, dio luz a leyendas, trucos y chascarrillos variados, cada uno aportando su pequeño granito de arena a un juego que alcanzó la categoría de mito.
Ahora, varios años después -15 largos años para ser exactos-, y alguna que otra recopilación y supuesta re-encarnación a sus espaldas, Carmageddon desembarca en iOS con una adaptación del juego original.
¿El resultado? Pues descontando el factor nostalgia, terriblemente mediocre.
Conducción sangrienta
Carmageddon para iOS, es una adaptación 1:1 del clásico original de Stainless Games para PC. Con todas sus dosis de hemoglobina y trozos de carne. Nada más comenzar, aparte de darnos cuenta de que el juego conserva el mismo toque de humor negro que antaño, se nos pedirá escoger un nivel de dificultad para ponernos a tono. Antes de que haya enfados y demás frustraciones derivadas de nuestra incapacidad para tomar las riendas del juego, os diremos que estamos ante una aplicación muy, muy difícil, en cualquiera de las configuraciones, y la culpa, en su mayoría viene dada por un torpe y mal implementado control del que os hablaremos más adelante.
Carmageddon para iOS, nos oferta los dos míticos conductores de siempre -Max Damage y Die Anna- y los vehículos de antaño. En los primeros compases nos veremos limitados a escoger coche, pero poco a poco, y pericia mediante, podemos acceder a un garaje de lo más curioso y variado. Nuestra misión en Carmageddon, dependerá del tipo de carrera a la que queramos jugar, ya que el juego, mantiene los tres modos originales de victoria. Uno de ellos nos llevará a dar las consabidas vueltas alrededor de un trazado delimitado -aunque podemos tomar atajos y saltarnos algunos tramos-, otro a luchar y embestir a nuestros contrincantes en una especie de combate sobre ruedas y finalmente, tendremos la polémica opción de atropellar a cualquier peatón o animal -¿recordáis las famosas vacas?- que se nos cruce por delante de nuestro parachoques. El cumplir cualquiera de las tres variantes, nos llevará, inexorablemente, a la victoria. Eso sí, no hay que olvidar que tanto nosotros, como nuestros rivales, están atados al tiempo límite del cronómetro, que irá bajando poco a poco, y que marcará el final del juego hayamos o no hayamos cumplido nuestros objetivos.
Podemos aumentar su duración, añadiendo segundos extra cada vez que consigamos derribar y destrozar a algún contrincante, atropellar a cualquier peatón o realizar alguna que otra maniobra peligrosa y arriesgada. Como podéis imaginar, el ritmo del juego, y la naturaleza retorcida -aunque francamente divertida- del Carmageddon original sigue intacta. Pero, como también os podéis imaginar, jugar a Carmageddon en pantalla táctil no es tan fácil ni divertido como creíamos. Tal y como os adelantábamos al comienzo del análisis, el control de Carmageddon es un verdadero despropósito. Cuesta -y mucho- hacerse ante la recargada y agobiante interfaz, que aglutina botones por todos lados, restándonos visibilidad y haciendo muy complicado hacernos con el control del coche.
Si ya en el original, los coches tendían a hacer cosas extrañas, como derrapar en rectas o virar hacia direcciones concretas tras algún golpe, en iOS prosiguen dichas tendencias que para colmo, se ven agravadas por el mal control. Sí, se puede jugar, y sí, puede que tras un buen periodo de tiempo acabemos acostumbrándonos, pero creemos que la jugabilidad adaptada para iOS se podía haber llevado de una mejor forma. El resto de los apartados jugables, siguen intactos. No solo hablamos del enrevesado y enorme diseño de algunos de los circuitos para la época -eran grandes y variados, llenos de calles, curvas, terrenos pantanosos o saltos imposibles-, también lo hacemos al respecto de las parcas -aunque para la época, curiosas- opciones de personalización.
Y es que Carmageddon sigue atesorando aquellas rudimentarias opciones de configuración en los coches, donde podíamos invertir el dinero obtenido en las carreras para modificar nuestros vehículos -defensa, fuerza y ataque-, reparar sus averías -muy comunes- o personalizarlos a nuestro antojo. Los treinta coches desbloqueables originales del título para PC siguen estando ahí -aunque podemos comprarlos vía in-app para tenerlos sin hacer demasiado esfuerzo-, y es algo que se agradece.
A nivel gráfico, es una vuelta al pasado. Para lo bueno y lo malo. Gráficamente, Carmageddon sigue haciendo uso de los sprites para animar y recrear a los peatones, y sigue manteniendo los mismos modelados 3D de vehículos y escenarios, que francamente, mantienen en cierta manera el tipo. El juego se mueve -al menos en los dispositivos probados, un iPhone 4, un 4S y un iPad con pantalla retina de 3º generación- de forma correcta y más que fluida, dando una sensación de juego depurado y bien avenido en dicho aspecto. Puede que no sea demasiado impresionante, y que esté desfasado, pero es el mismo juego de siempre, y eso, los más nostálgicos, lo agradecerán. Está traducido al castellano, y por si fuera poco, mantiene los mismos gritos, sonidos y efectos que el original de 1997.
Conclusiones finales
Carmageddon para iOS es un calco del original, pero traspasado con poco acierto a la pantalla táctil del iPhone, el iPad y el iPod touch. Pese a que la esencia, las opciones, e incluso el apartado gráfico se mantienen, el control ha ido a peor, quizás por culpa de una mala interfaz. Es un hándicap a tener en cuenta, pese a que el factor nostalgia y las ganas de jugar al título perdido en cualquier lugar y hora gracias a la portabilidad de estos dispositivos, ponderan más a su favor. Sea como sea, y pese a su evidente fallo jugable, Carmageddon en iOS no es mala opción si se quiere disfrutar del juego que conmocionó al mundo y que añadió un plus de madurez a la industria que a día de hoy sigue vigente.