Análisis de Pokémon XD: Tempestad Oscura (GameCube)
El filón de esta saga no ha sido aprovechado del todo bien en las consolas domésticas, pues tanto Nintendo 64 como GameCube han recibido juegos que se acercaban bastante poco a la auténtica esencia de estos títulos, es decir, el rol. No es que títulos como Pokémon Snap sean de baja calidad, pero es innegable que los seguidores de la saga demandaban un auténtico juego de rol en sus consolas domésticas, y no fue hasta Pokémon Colosseum cuando sus peticiones fueron transformadas en un videojuego de mano de Genius Sonority, del que ahora nos llega su continuación.
Tempestad oscura tiene lugar cinco ańos después de los hechos acaecidos en Pokémon Colosseum, cuando un gigantesco pokémon oscuro ataca a un navío en mitad del océano, secuestrándolo, un barco que transportaba muchos pokémon oscuros, que, como recordaréis, son pokémon que han perdido sus sentimientos y se muestran agresivos hacia las personas, además de resultar mucho más poderosos que los pokémon benévolos. El objetivo detrás de este ataque parece claro: crear un ejército maléfico para dominar el mundo.
El protagonista, un joven entrenador con un gran potencial, y que va siempre acompańado de su Eeve, vive tranquilamente mientras su madre investiga el método para devolver a los pokémon oscuros a su estado natural, pero pronto el laboratorio será atacado, y el joven entrenador deberá empezar una carrera para detener los planes de la malvada organización que se esconde detrás de todos estos hechos.
Como es habitual en la saga, empezaremos acompańados de un único pokémon, en este caso el Eeve al que hacíamos referencia antes, y para aumentar nuestro número de aliados tendremos que localizar los pokémon oscuros que lleven los diferentes entrenadores, para robárselos durante la batalla. Una vez nos hayamos hecho con él, deberemos purificarlo manteniéndolo en nuestro equipo y usándolo en las diferentes batallas, pero también podremos usar la cámara de purificación que simplifica el proceso. Esta cámara es accesible desde cualquier PC que encontremos en el juego, aunque el proceso no se iniciará realmente hasta que no vayamos al cuartel general de investigaciones. En esta cámara podremos purificar hasta nueve pokémon; para ello, los meteremos en un hueco y los rodearemos con cuatro pokémon normales. Toda una serie de variables determinarán cuánto tiempo durará el proceso, aunque por suerte podremos dedicarnos a otras cosas mientras nuestro pokémon son devueltos a la normalidad.
El juego presenta también la opción de conseguir pokémon salvajes, es decir, que no pertenezcan a ningún entrenador, pero la integración de este sistema difiere sustancialmente con respecto a las versiones portátiles. En Tempestad oscura tendremos que dejar cebos para capturar al pokémon salvaje que se sienta atraído; una vez tengamos uno en la zona, nuestro PDA (Pokémon Digital Assistent) nos avisará de que hay un pokémon, y podremos ir hacia allá con la intención de capturarlo. Esto, sin embargo, está limitado a tan sólo tres zonas del juego, lo que restringe bastante su aplicación.
Para ir consiguiendo mayor experiencia en el juego, dado el limitado acceso a pokémon salvajes, podremos enfrentarnos múltiples veces contra los diferentes entrenadores que hay en el juego. Los combates suelen ser de dos contra dos, es decir, de dos pokémon simultáneamente en cada bando de los hasta seis que podemos llevar en nuestro equipo. Las batallas mantienen su accesibilidad y sencillo sistema de juego, de manera que no es necesario ser un experto en la saga para hacerse con el control de manera rápida. Los primeros combates son rápidos y ágiles, pero según progresemos nos iremos encontrando con combates duros, largos, que requieran un planteamiento estratégico más elaborado. Por supuesto, dado que no podemos capturar los pokémon de los entrenadores salvo que sean oscuros, y apenas hay pokémon salvajes, uno de los factores más divertidos de los juegos para portátil, que es ir capturando a los diferentes pokémon luchando contra ellos debilitándolos, pero sin derrotarles, se pierde casi por completo.
El desarrollo del juego es bastante ameno, con una historia bien llevada y carente de todo dramatismo, pues mantiene el tono alegre y desenfadado de la saga. Con todo, el inicio es lento y tardaremos un buen rato en descubrir sus aportaciones a la saga. La aventura para un jugador es, eso sí, más larga que la de Pokémon Colosseum, algo de agradecer dada la brevedad de ésta, pero sin que signifique que se han descuidado las opciones multijugador.
Usando el cable link para conectar nuestra Game Boy Advance y nuestra GameCube, podremos traspasar datos a este juego de las ediciones Rubí y Zafiro, Verde Hoja y Rojo Fuego, así como de la más reciente Esmeralda, de manera que nos será posible importar nuestros pokémon de estos juegos para realizar combates con hasta tres jugadores más, necesitando cada uno su portátil, juego de Pokémon para portátil, y cable para conectar la GBA a la GCN.
Si no nos es posible optar por esa modalidad de multijugador, dados sus múltiples requisitos, podremos optar por el modo Batalla Rápida, donde hasta dos jugadores (frente a los cuatro máximos usando portátiles) podrán enfrentarse usando los mandos de control estándar de GameCube. Este modo es bastante limitado, ya que los pokémon son escogidos aleatoriamente, pero al menos nos permite enfrentarnos también contra la consola.
El juego recicla el motor gráfico de la anterior entrega del mismo modo que lo hace con su desarrollo y jugabilidad, es decir, ańadiendo escasas mejoras, la mayoría de las veces puramente anecdóticas, como cierta mejora en la iluminación y otros pequeńos detalles. Los pokémon se ven bien en tres dimensiones, pero sin mejoras con respecto a lo ya visto, e incluso algunos modelados parecen rescatados de los viejos Stadium de Nintendo 64 dada su notablemente baja cantidad de polígonos. No destaca ni en su vertiente artística ni en la técnica, aunque carece de fallos, con texturas acertadas en los entornos frente a unos personajes demasiado simplistas. Lo mejor, sin duda, los efectos gráficos derivados de algunos ataques, que, con todo, son bastante modestos. La música es variada, en la línea de otros títulos de la saga, pero el juego carece de voces, y los efectos sonoros de los gruńidos de nuestros pokémon parecen rescatados de las galerías de efectos de las ediciones portátiles. Algunas composiciones destacan, pero son las menos.
Pokémon XD: Tempestad oscura es un buen juego, sin alardes, que tiene en su nula evolución con respecto al título que ya disfrutamos hace un ańo sus principales problemas. Es, con todo, un videojuego entretenido al que si logramos ver no como un intento fallido de emular la experiencia de juego portátil en GameCube, sino como un enfoque diferente de ese mundo, nos dará buenas horas de diversión mientras disfrutemos de la aventura que nos cuenta.