Análisis de Street Fighter Alpha 3 (Game Boy Advance)
Llega hasta nosotros la conversión a GBA de uno de los últimos títulos CPS2 que tuvo a bien lanzar Capcom en el mercado Arcade. La saga Alpha fue una especie de "remedio" de cara a rentabilizar la marca SF mientras se preparaba la siguiente entrega, SF3. Esto se puede ver en las dos primeras entregas, que aunque con mucho mejores gráficos que el SF2 original (usaban CPS2) estaban lastradas por el reducido número de personajes y sobre todo lo poco depurado del sistema (en especial la primera entrega) que lo hacían estar lejos del baremo de calidad del original.
Este pequeño "bache" en el cual otras marcas como SNK cobraron adeptos a costa del poco esfuerzo de Capcom, se vio superado con joyas como Marvel vs Capcom o Street Fighter Alpha 3, siendo este ultimo el juego que hoy analizamos. Crawfish Interactive, su compañía desarrolladora, está dedicada al mundo de las portátiles en cuerpo y alma: de ellos son títulos como Ecks vs Sever o diversas demos técnicas que demuestran el potencial de la maquina. Además, es conocida que su relación con Capcom viene de lejos, cuando estos últimos les cedieron la licencia del SFA original para su conversión a GBC.
Street Fighter Alpha de Game Boy Color era sorprendente (y sigue siéndolo), ya que adaptaba una maquina casi de 32 bits a una consola de tan solo 8 de manera eficiente, haciendo hincapié en la jugabilidad por encima de los gráficos. En base a esta versión, Capcom cedió de nuevo a la compañía la licencia de la tercera entrega de esta saga de cara a su conversión en GBA. Y lo cierto es que, sabiendo lo bueno que era su antecesor, el resultado solo podía ser un éxito.
Lo primero que se valora primero en un juego es lo que entra por los ojos, esto es, los gráficos. Hay que decir que en SFA3 el juego entra bien directo, ya que luce los mejores gráficos vistos hasta ahora en un juego de lucha en portátiles. Los sprites de los personajes (en todas sus versiones de color) están trabajados y se mueven con una soltura que ya quisieran muchos. Los fondos igual, muy detallados en su gran mayoría y con muchos efectos, como lluvia, viento que afecta a las palmeras, gente... Pero sin duda, lo mejor del apartado gráfico son los movimientos, tanto en Turbo 1 como en Turbo 2, el juego va a una velocidad de vértigo sin ponerse brusco nunca. Los combos –y mucho más los especiales- son de una calidad admirable, y da gusto realizar el combo simplemente para ver la animación.
Pero el gran apartado técnico no se limita a los gráficos, pues el sonido en SFA3 tampoco se queda atrás. Melodías de la serie están presentes en el juego y todas ellas como de costumbre mantienen la acción y la intensidad de los combates a un alto nivel. Las músicas del menú cumplen su función de acompañamientos y todas las voces de los luchadores (que mira que hay luchadores…) son buenas y claras, aparte de decir algo en cada combo-especial.
Hasta aquí todo en teoría va muy bien, pero primer problema llega a la hora de luchar el primer enfrentamiento... y darnos cuenta de que el minúsculo tamaño de la cruceta de Game Boy Advance impide realizar nuestros ya conocidos de antemano combos, y sitúa el nivel de complejidad para hacer un mísero hadoken por poner un ejemplo, por las nubes. Los que tengan manos morcillonas ya pueden irse preparando para sufrir para hacer buenos combos... Aunque si ese fuera el principal problema de la cruceta tampoco importaría mucho, ya que le añade una dificultad extra al cartucho que muchos podrían tomar como positiva. Pero no, el hecho de que el tamaño de la cruceta sea tan reducido implica que a los quince-treinta minutos de estar jugando nos saldrá un horroroso dolor en el dedo gordo, de tanto forzarlo para intentar combos, que a menos que pausemos en alguna ocasión nos pondrá muy difícil el poder terminar el combate sin soltar la consola, sobretodo si éste ha sido bastante intenso. Aparte de los callos que puedan salir al jugar (similares a los de Capcom VS SNK 2: EO de GameCube, con el mismo problema) el hueso del dedo gordo estará resentido de forma importante, como para plantearse el volver a jugar al juego antes de un descanso considerable.
No obstante, el primer problema de los planteados tiene solución con la práctica y con acostumbrarse a la ridícula –no me cansaré de repetirlo– cruceta de GBA. Pero el segundo problema ya es más difícil de superar, y depende más de la paciencia y la fuerza de cada uno que de la práctica que pongamos. Por lo demás, toda la jugabilidad mantiene el estilo de la saga Street Fighter, con los típicos combos con combinación de teclas y los especiales, con la barra de energía (que no de vida) al máximo.
Una de las diversas opciones de combate entre las que podremos elegir, será la velocidad, escogiendo entre Turbo 1 o Turbo 2 y como es obvio siendo la segunda más rápida que la primera. La verdad es que no afecta demasiado a la jugabilidad este cambio, lo único que deberemos pensar bastante más rápido qué hacer y llevarlo a la práctica cuanto antes, o lo tendremos crudo. Gráficamente a esta velocidad el juego se mueve como es lógico más rápido, y cabe añadir no se aprecia en ningún momento ralentización alguna. Además, aparte de elegir la velocidad, podemos escoger el estilo de lucha, de entre tres modalidades: X-Ism, A-Ism y V-Ism. Las diferencias entre ellos están en los sistemas de combos especiales, pudiendo lanzar más, menos, más fuertes, con bloqueo... En el sistema V-Ism podremos acceder a los combos personalizados, en el cual tenemos unas sombras que imitan nuestros ataques golpeando también al rival.
Otro punto fuerte del cartucho son los modos de juego que posee, desde el típico individual de ir acabando con todos uno por uno hasta el Final Boss, pasando por el genial modo Versus, con el que podremos luchar contra un amigo con otro cartucho de SFA3 y un cable link. Y como siempre pasando por el Survival, en el que habrá que pasarse el juego con una sola barra de vida; uno para jugar contra el Final Boss (Final Battle); otro en el que tenemos un tiempo para matar a todos los contrincantes; y finalmente podremos combatir con un aliado controlado por la máquina o por un amigo y luchar contra los adversarios juntos, en el modo Dramatic Battle. Y por supuesto, el training para practicar los combos que no nos salen. Como siempre, algunos de estos modos solo los sacaremos jugando, desbloqueándolos.
Al principio del juego disponemos de nada más y nada menos que treinta y tres personajes, una cifra nada despreciable. Como en todo juego de lucha que se precie, irán apareciendo personajes secretos a medida que vayamos jugando. Aunque lo malo de que haya tantos personajes, es que tardas una eternidad en dominarlos todos, si es que a eso se le puede considerar algo malo, ya que alarga la vida del cartucho. No obstante muchos de los luchadores son clones casi idénticos de otros (cabe destacar la influencia de Ryu), por lo que el dominio se facilita controlando otros.
Terminando, resumimos que SFA3 es un buen juego de lucha, con unos gráficos nunca antes vistos en una portátil y con un sistema de control "Street Fighter", de los de siempre. Aunque a eso hay que añadirle el lamentable tamaño de la cruceta de GBA, que nos complicará mucho el jugar cómodamente, pero una vez superado ese handicap –que no es culpa del juego, sino de la consola-, podemos disfrutar de uno de los mejores juegos de lucha portátiles, prácticamente eterno y de calidad. Si te gusta el género cómpralo sin dudar.