Análisis de Megaman Battle Network 3 Blue & White (Game Boy Advance)
Sea como sea, el caso es que Megaman -Rockman para nuestros amigos nipones- siempre ha estado ahí, a lo largo de los años y de las diferentes consolas que han ido saliendo a lo largo de ellos. De aspecto alegre, jovial y muy carismático, Megaman es el típico héroe japonés, y posee numerosísimos fans a lo largo y ancho del planeta. No en vano, ha protagonizado ya más de veinte títulos desde su estreno allá a finales de los ochenta (ya ha llovido, ¿eh?); algunos pocos conocidos, como Megaman Soccer (coincidiendo, y no por casualidad evidentemente, con el Mundial USA’ 94) y, lejos de quedarse ahí, también ha sido partícipe directo en títulos como los Marvel vs. Capcom. Y -siguiendo con la saga en sí- seguro que pocas pueden presumir de sacar al mercado tantas y tantas entregas sin que el interés por ella decaiga lo más mínimo. Pequeños detalles, personajes nuevos y alguna que otra novedad, eran tan solo excusas para que Megaman volviera a saltar a la palestra. Más tarde, con la llegada de los 32 bits, PlayStation acogía a nuestro azul amigo con la saga Legends (otra más, además de la original y la X que se habían dado anteriormente), con la principal novedad de que, esta vez, la aventura se desarrollaba en plenas 3D. El éxito no fue muy abusivo que digamos, pero el caso es que el chico de azul también tenía que intentar dar el salto a las 3D mientras mantenía la saga X en la popularísima gris de Sony. Y bueno, a resumidas cuentas, se trata de una curtida saga con juegos de calidad para todos los gustos y colores.
Dejando ya a un lado el repaso histórico, vayamos directamente a hablar sobre el juego que hoy nos ocupa. Sé que con esta postura voy a ir un poco a contracorriente a lo que debe ser el comienzo de un análisis, pero créanme que es casi una obligación comentar primeramente lo que, sin duda, es la principal lacra del título: la barrera del idioma. Y es que el texto es parte fundamental en el desarrollo de la aventura; un texto que en nuestras pantallas no aparece en castellano como en la inmensa mayoría de los títulos de cualquier consola hoy en día suele ocurrir, sino en inglés.
Fallo capital de Capcom, puesto que dadas las interminables corrientes de texto que se van dando a lo largo del juego, los mismos se nos antojan fundamentales de comprender. ¿Qué gracia tiene un RPG si no te enteras de qué va la historia? Básicamente por esta razón, nos parece un fallo imperdonable la indisposición de Capcom Europa a traducir al castellano un juego que a todas luces tanto lo necesita. Así pues, y como el que avisa no es traidor, os lo vamos dejando claro desde ya: si el inglés no es lo vuestro, deberíais pensároslo dos veces a la hora de hacerte con este Battle Network.
Una vez aclarado esto, que casi ha parecido más una conclusión que otra cosa (pero que debéis tomaros más como una advertencia), pasemos a lo que nos interesa. En Megaman BN3 nos encontramos en el año 200X, en la plena era internet. Tal cual de un Tamagotchi se tratase, ahora todo el mundo posee su PET (PErsonal Terminal), algo así como un teléfono móvil pero mucho más avanzado, hasta el punto de que te permite hacer cosas tan variopintas como ver la tele, leer el periódico, hablar por teléfono, y hasta tener tu propia mascota virtual, llamada Net Navi, que viene a ser un programa de navegación imprescindible para el funcionamiento del PET, y que te sirve de ayuda para realizar diversas tareas por internet. Y –siguiendo con esta particular comparación- si a los Tamagotchi los alimentabas con comida (virtual, claro), los PET se alimentan, en este caso, de Battle Chips, que les dan fuerzas para acabar con sus enemigos cibernéticos.
Pues bien, el personaje principal de esta historia es Lan (curiosamente, abreviatura de Red de Área Local en inglés), un chico que ya protagonizó los dos primeros capítulos de esta particular saga, y cuyo PET no es otro que Megaman, que ha pasado de ser un héroe robótico a una mascota virtual. Para los muchos que no estaréis al tanto, haremos una pequeña recapitulación de los anteriores capítulos. En Megaman Battle Network, la sociedad virtual estaba acechada por la organización terrorista WWW, encabezada por el malévolo Dr. Wiley, la cual fue vencida gracias a las heroicas hazañas del ya mentado protagonista de esta historia. En el segundo capítulo, tras la derrota de la WWW, un grupo de piratas informáticos conocidos como los Gospel comenzó a dar una seria de ataques a la red, destruyendo la unidad central de internet. Al final, gracias una vez más a la valentía de Lan y su Net Navi Megaman, Gospel fue derrotada y todo acabó con final feliz.
Pues bien, en esta tercera entrega no ha pasado ni tan siquiera un mes desde que Lan y Megaman derrotaran a los Gospel, y tras unas cortas vacaciones, ya comienza el nuevo curso, que es donde se nos sitúa al comienzo de la aventura. Allí, en plena clase, Lan y sus amigos charlan acerca de una reunión nocturna en la red, a la vez que el profesor nos va explicando los procedimientos básicos acerca del juego. Una vez acabada la clase, Lan marcha para casa, pero en su camino y en el de sus amigos se va a cruzar un personaje de curioso aspecto que les va a proponer acudir a una cita ineludible: un torneo para jóvenes luchadores, con un gran premio de por medio: el Grand Prix N1. A partir de aquí comienza todo en esta nueva aventura.
La jugabilidad de este Battle Network se ve sensiblemente empañada por la no traducción del título como he explicado antes, pero aún así se trata de un juego sumamente divertido y adictivo, aunque, lógicamente, lo sería aun más si pudieras entender el argumento del mismo sin saber inglés. Durante la aventura, has de alternar el control entre Lan y Megaman. El primero de ellos se encuentra en el mundo real mientras que el otro debe luchar contra las hordas de enemigos que amenazan el mundo virtual, equivalente a lo que nosotros conocemos como internet. Los quehaceres de cada mundo son muy distintos; en el mundo real prima la aventura con tintes de RPG, es decir, moverte por los diferentes escenarios visitando distintos lugares y charlar con los personajes que te encuentres en tu camino y demás. Por el contrario, en el mundo cibernético has de ir enfrentándote a todos los enemigos (que vienen a ser virus informáticos y demás escoria virtual) que se te pongan en tu camino mientras recorres caminos que, la verdad, se llegan a volver algo repetitivos cuando pasa un tiempo.
El sistema de combate, por su parte, requiere un punto y aparte. Los combates solo los encontramos en el mundo virtual, y transcurren en tiempo real, pero de una manera muy particular. Para empezar, éstos se pueden dar en cualquier momento -tal cual un RPG por turnos se tratase- mientras recorremos los numerosos caminos de la red de redes, y una vez comenzada la batalla, la pantalla se dividirá en dieciocho cuadros; la mitad para Megaman (que queda a la izquierda de la pantalla) y la otra mitad para los enemigos (al otro lado), y por los que ambos contendientes se van a mover. Entonces, lo primero que haremos será elegir los chips de combates que vamos a usar, que nos serán imprescindibles para la lucha, y los cuales podremos incluso combinar para realizar diferentes combos. Estos pueden ser muy diferentes, pues los hay desde armas (mega-cañoñes, bombas, espadas de luz) hasta otros con usos muy dispares (como el destruir una de las casillas de los enemigos y disminuir así sus posibilidades de movimiento). De este modo, la lucha transcurre entre esquivar los ataques de los enemigos y atacar nosotros, acciones que tendrás que realizar con rapidez y habilidad si quieres salir victorioso. Decir que aunque el sistema de combate parezca algo extraño, el caso es que es tremendamente adictivo y, en contra de lo que se pueda llegar a pensar en un principio, no llega nunca a cansar según transcurre la aventura, pues además Capcom ha tenido la genial idea de puntuar, por así decirlo, cada batalla que libres en el juego. De esta forma, datos como la rapidez con la que destruyas al enemigo se tendrán en cuenta.
Pasemos ahora a hablar del apartado técnico. Gráficamente, este juego se nos presenta, aunque excelente a líneas generales, algo irregular. Me explico. Como ya hemos comentado, el transcurso del juego se desarrolla entre dos mundos; el real y el virtual. Pues bien, por una parte nos encontramos con el mundo real, extraordinariamente bello a la vez que colorido, y que desprende numerosos detalles por todas partes, desde el mismo diseño de los personajes (grandes y detallados, para no desentonar con el conjunto) hasta los escenarios en sí. Por el contrario, todo el detalle, alegría y belleza del que éste está dotado es el que precisamente le falta al mundo cibernético, inevitablemente más soso y falto de detalles que su alterno, ya que está bastante bien reflejado en base a lo que la idea sobre cómo sería éste si existiese en realidad. En cuanto al sonido, ni las composiciones ni los sonidos FX son nada del otro mundo ni suenan demasiado bien (algo que comprenderás y notarás si acabas de jugar a un juego como Pokémon Rubí & Zafiro), pero el caso es que van acordes a los que siempre han sonado en un Megaman. Vamos, que cumplen sin más.
En fin, que poco más huelga decir, y lo poco que queda ya os lo imagináis. Ni más ni menos, nos encontramos ante un juego de notable alto, posiblemente de sobresaliente, e imprescindible para todo fan de la saga que sea precie, pero con un grave problema que es el ya comentado; insistimos, una verdadera lástima lo de los textos en inglés, porque sin duda se va a convertir en un factor determinante a la hora de adquirir el título, una incómoda situación que jamás debería darse. En cuanto a la diferencia entre las dos versiones, viene a ser un poco como el caso de Pokémon, ya que la única diferencia entre ambas son los diferentes chips que encontraréis en el juego, y que pondréis intercambiar con vuestros amigos que tengan la otra edición. También podréis unir vuestras GBA y enfrentaros entre sí, lo cual buscar a un amigo con otra versión diferente se convierte en una opción muy recomendable y que os puede dar horas y horas de diversión si tenéis un Cable Link de por medio. En definitiva: muy buenos gráficos, un sonido decente, una mecánica de juego que llega a enganchar, y un personaje con carisma e historia en el mundillo como es el incombustible Megaman. ¿Qué nos queda? Un juego excelente para el catálogo de la pequeña de Nintendo, no lo dudéis. Pero, ¿sabes inglés?.