Análisis de Spawn: In the Demon's Hand (Dreamcast)

Fue en el año 1992 cuando Todd McFarlane, de aquella uno de los mejores dibujantes de Marvel Comics, junto con Rob Liefeld, Eric Larssen, Jim Lee y otros, fundaba la editorial de comics Image, resentido contra la todopoderosa Marvel Comics. McFarlane era un dibujante que había destacado por el estilo espectacular que impuso en Spiderman (la cuarta colección de Spiderman, creada para su lucimiento, además de las ya existentes Amazing Spiderman, Spectacular Spiderman y Web of Spiderman). Entre las aportaciones de McFarlane al ya de por sí inmenso universo de Spiderman se encuentra Veneno (o Venom), uno de los personajes que más ha explotado Marvel en los últimos años. Todd McFarlane estrenaba en Image un comic creado, dibujado y entintado por él mismo. Ese comic se llamaba Spawn, y contaba la historia de Al Simmons, un soldado americano que hacía el trabajo sucío de la CIA y que fue asesinado por sus propios jefes, cuando vieron que empezaba a cuestionarse su trabajo (quién no cuestionaría arrasar aldeas y matar niños del sudeste asiático...). Simmons, un asesino despiadado, es condenado al infierno, y allí un demonio (el arconte del octavo nivel del infierno) llamado Malebolgia le ofrece un inocente trato: Vuelve a la vida a cambio de tu alma. Simmons, movido por amor a su esposa -ahora viuda- Wanda, acepta, sin leer la letra pequeña del acuerdo. Así renace Al Simmons, convertido en Spawn, sin recordar nada de su vida pasada, envuelto en un traje simbiótico que se alimenta de sus emociones y con un cuerpo completamente desfigurado y compuesto de necroplasma, una sustancia infernal. Poco a poco Simmons recupera su memoria, y se da cuenta de que han pasado 5 años -mientras el demonio se mea de risa en el infierno- y que su mujer se ha casado con su mejor amigo, y que tienen una hijita llamada Cyan. Así, tras unos cuantos fallos argumentales de principiante y unos cuantos retoques al argumento pasados unos números, nace Spawn, que se ha convertido en uno de los cinco comics más vendidos en los Estados Unidos en los años 90, que ya va por el número 99 USA y que ha engendrado una gran cantidad de series limitadas, series regulares paralelas y crossovers con otros personajes, como Batman. Además, ha salido una pésima película de imagen real, una serie de dibujos animados en los USA, un auténtico imperio juguetero que podéis encontrar de importación en cualquier tienda Norma y 3 videojuegos, uno para Super Nintendo, otro para Playstation y otro para Dreamcast. En Super Nintendo salió Spawn, un arcade de plataformas bastante mediocre, que vio la luz en nuestro país a finales del 95. En Playstation, Spawn: The Eternal, uno de los juegos más decepcionantes que he jugado en la consola gris, y por último nos llega a Dreamcast, de la mano de Capcom y convertido directamente del Arcade Naomi este Spawn: In The Demon's Hand, que es sin duda el mejor juego protagonizado por el tremendamente violento personaje de McFarlane. Spawn: In The Demon's Hand es un arcade de acción, al estilo Spike Out, aunque con unas características propias que lo bastante original. En primer lugar, el juego permite hasta cuatro jugadores tanto en cooperativo como en deathmatch, o si no tienes un colega a mano puedes jugar ayudado por un personaje controlado por el propio juego. El modo principal del juego es el Boss Attack, en el que tendrás que vencer a un poderoso jefe pantalla por pantalla, con la única limitación del tiempo; por supuesto que tendrás una barra de vida que se acabará -a veces muy rápidamente-, pero por cada vez que mueras te restarán tiempo. Este modo de juego tiene 14 fases, en las que te enfrentarás a todo tipo de personajes del universo Spawn, entre los que destacan OvertKill, el Guardian y los cuatro de los hermanos phlebicos (Vindicator, Vaporizer, Vacillator y Vandalizer). Además del jefe, tendrás que acabar con otros enemigos de menor poder, pero que te pueden molestar bastante -sobre todo si llevan una sierra mecánica-. Además del Boss Attack, está el modo Team Battle, el modo Battle Royal y el modo Tournament. El modo Battle Royal consiste en un todos contra todos a cuatro jugadores (o los que sean controlados por la máquina). El Team Battle es un dos contra dos, y el tournament consiste en una serie de batalals tanto Team Battle como Battle Royal, a elegir. El desarrollo del juego es muy sencillo: Tendrás tu barra de energía y tus items -hasta 4-. Podrás coger power-ups que incrementarán tu velocidad, tu poder de ataque y tu poder de defensa. En cuanto a las armas que podrás utilizar, cada personaje tendrá una serie de armas que podrá manejar, muchas de ellas en común con los otros personajes, y también unas armas de serie. Durante el juego encontrarás items y power-ups en cajas y cofres esparcidos por los niveles. Los gráficos del juego tienen un nivel muy bueno, con unos personajes bien modelados y animados, unos escenarios que le dan al juego la ambientación lúgubre del comic y unos efectos excelentes, como los de niebla y oscuridad que hay en algunos escenarios. Además, en ningun momento se pone brusco, una auténtica delicia gráfica. La música del juego es rock machacón, que tras pocas partidas se hace bastante monótono, pero que también ambienta bien el ritmo violento y activo del juego. Los efectos de sonido son bastante buenos, con unas armas muy ruidosas, lo que también puede llegar a cansar. He aquí tal vez el gran inconveniente del juego. El juego es en tercera persona, pero desde una cámara que rota libremente, y que en ocasiones puede resultar molesta. Aunque hay un botón para girar la cámara en primera persona, un segundo sin moverte lleva a la muerte en cualquier nivel del juego, y por los a veces molestos puntos de vista de la cámara, puede resultar difícil el movimiento del personaje por los niveles. Por lo demás, el juego tiene un nivel de dificultad bastante elevado -hay varios niveles, pero el nivel más bajo ya es de por sí bastante difícil-, y una curva de aprendizaje bastante exigente, cuya regla fundamental es "no te quedes quieto".

En cuanto al control, se utiliza la cruceta digital y los cuatro botones del pad, aunque los gatillos también hacen funciones de los botones del pad. Si se hubiesen mejorado algo los problemas de cámara e hiciesen un par de arreglillos más, el juego ganaría muchos enteros.

En el juego comenzarás con unos pocos personajes jugables, pero según vayas acabándote el juego con los personajes, el plantel subirá a más de 30, entre los que se incluyen buena parte de los jefes finales. La cantidad de items en el juego es bestial, destacando algunos ocultos y difíciles de encontrar como un comic de spawn, un bikini de acero (¿?) y alguna que otra arma de gran calibre.

Los modos de juego, aunque son pocos, sí tienen un gran valor, y las posibilidades multijugador son enormes, pudiendo hacer deathmatch, dos contra dos, jugar el modo Boss Attack cooperando...

Además, la cantidad de secretos del juego hace que tengas ganas de jugar de nuevo con otro personaje, porque cada personaje tiene sus pros y sus contras, y algunas de las armas son realmente curiosas.

En definitiva, Spawn: In the Demon's Hand es el mejor juego basado en Spawn que se ha hecho con mucha diferencia, y es una compra obligada para los fans del comic -entre los que me incluyo-. Para el resto de Dreamers, es un buen juego, con muchas posibilidades multijugador y un planteamiento con mucha acción, pero con algunos fallos que algunos soportarán, y otros no.