Entre la extensa plantilla de músicos que solemos hablar, hay una larga lista de grandes compositoras que han destacado en sus respectivas compañías, ya sea porque las han liderado o porque han terminado marcándose una fructífera carrera. El caso de hoy es uno algo menos común y también un tanto desconocido, pero la importancia se ve al instante.
Por supuesto me refiero a los trabajos de Yoko Kanno, un nombre muy conocido a estas alturas ya en la música japonesa pero que antes de dar el salto a la fama comenzó como uno de los primeros y principales talentos de KOEI. Hablaremos de aquellos videojuegos que nos dejó así como de la aclamada trayectoria que se ha ido labrando con el tiempo.
Poemas sinfónicos para la batalla
La vida musical de Yoko Kanno empezó bien temprano y de manera autodidacta a los mandos de un piano, algo que demuestra la importancia de la dedicación en este arte. A muy corta edad ya participaba en audiciones interpretando piezas clásicas, pero el primer salto no lo daría hasta realizar sus estudios de literatura en la Universidad de Waseda.
Su capacidad para transcribir –realizaba tareas complicadas como sacar secciones de solos de guitarra de Al Di Meola– y para tocar el piano hicieron que durante esa etapa universitaria se le abriesen las puertas para formar una banda, Tetsu 100%, y además trabajar en KOEI. La empresa de Yoichi Erikawa (aka Kou Shibusawa) era pequeña por entonces, y le pidieron que hiciera la música para lo que sería Nobunaga’s Ambition. Antes de que saliese aquella entrega en 1986 se lanzaría un año antes Romance of the Three Kingdoms, al que también acabó poniendo sus composiciones.
Muchas de las más icónicas piezas que han pasado por las tres décadas de ambas franquicias nacieron con Yoko Kanno. Desde el "Overture" de Nobunaga hasta el famoso "Yellow River ~ Yangtse River" o "Burning Mountain Hiei", todas con una fuerte influencia de la música tradicional asiática. En 1989 se empezaron a publicar sus primeros discos de bandas sonoras, incluyendo estas dos en el llamado Nobunaga no Yabou: Zenkokuban / Sangokushi así como los KOEI Original BGM Collection, distribuidos por el sello Polydor.
En los años siguientes dejó su huella en Genghis Khan, el original de 1987, la primera entrega de la serie Ishin no Arashi o Uncharted Waters y su secuela Uncharted Waters 2: New Horizons, en los que la temática de piratería y conquistadores daría pie a temas con magníficas reminiscencias mediterráneas y flamencas en "Portugal" o "Catalina", o cortes más propios del otro lado del charco como la bossa nova "Empty Eyes ~Emerald Sea~". Los álbumes de Polygram sobre aquellos juegos transforman algunas piezas en temas vocales en los que se cree canta la propia Yoko Kanno bajo nombres en clave (K-Project).
También trabajaría en Nobunaga’s Ambition II y en siguientes números de la saga hasta la sexta aparición en 1994 –los Romance pasaron a manos de Minoru Mukaiya y de otros músicos con los años– que sería su último trabajo para la compañía. Su legado ha sido crucial en la identidad musical de KOEI y se han lanzado álbumes fantásticos como ese KOEI Game Music Works: Kanno Yoko Collections, quizás el más recomendable de todos.
Años más tarde ha llegado a hacer algunas pocas colaboraciones puntuales en videojuegos, siendo la más importante en Ragnarok Online 2, el MMORPG coreano de Gravity Corp. lanzado hace tiempo. Sin embargo, más allá de eso y de haber trabajado en anuncios para compañías del sector como Nintendo, el éxito de su trayectoria ha continuado fuera de la industria que la vio debutar, a pesar de que como veremos no es un ámbito que pille demasiado lejos.
La reina de las BSO de anime
De forma paralela a lo que hemos comentado, la señorita Kanno fue labrando una carrera como teclista, arreglista y compositora tanto en Tetsu 100% como para artistas de pop del país nipón, una tarea que nunca ha dejado de ejercer. Pero el verdadero cambio de rumbo llegaría en 1992 cuando trabajó haciendo los arreglos para el tema final de la película de animación Porco Rosso, titulado "Once in a While, Talk of the Old Days". Participar en la obra de Ghibli sería el paso previo a lo que vendría a marcar toda su carrera años después.
En 1994, coincidiendo con su marcha de KOEI, se embarca en la composición de los dos animes que la terminarían de introducir por completo en ese campo: Please Save My Earth y por supuesto Macross Plus, quizás el auténtico punto de inflexión. La OVA en cuatro partes del estudio Sunrise es uno de sus trabajos más recordados debido a la innovadora combinación entre música j-pop idol, trance y ambient con elementos tribales. Del mismo modo, 1995 quedaría marcado por su colaboración en el film Memories –obra episódica que reunía a maestros como Katsuhiro Otomo, Satoshi Kon o Koji Morimoto– durante el segmento Magnetic Rose, sin duda el más impresionante de cuantos presenta la cinta.
Sus andanzas continuarían con The Vision of Escaflowne –que más adelante llevaría a la película Escaflowne– o el tema de apertura de la serie Record of Lodoss War: Chronicles of the Heroic, así como su labor de pianista en la BSO de Hajime Mizoguchi para Jin-Roh, el anime ∀ Gundam, el "Angel Voice" de Macross 7 o la adaptación de Cardkaptor Sakura.
Ahora bien, su reconocimiento mundial llegaría de manera incontestable con la banda sonora de jazz, soul, funk y música negra para Cowboy Bebop, la que está considerada una de las grandes aportaciones compositivas en la historia del anime. Desde el opening "Tank!" queda ya claro ese estilo bebop tan heredero de los clásicos temas de apertura de detectives en series de TV a cargo de compositores como Henry Mancini o John Barry.
El resto de su carrera ha estado acentuada en especial por el anime Ghost in the Shell: Stand Alone Complex que adapta en formato televisivo el manga de Masamune Shirow que ya había tenido éxito en los 90 con la película de Mamoru Oshii. Otros trabajos que ha dejado en este tiempo son Genesis of Aquarion, Macross Frontier, Wolf’s Rain o la canción "More Than Words" de la película de Code Geass que fue estrenada en 2012.