Retomamos una semana más los contenidos musicales con otra de las legendarias casas de videojuegos europeas que nos quedan por tratar, una de las reinas a inicios de los 90 que creó una genial colección a base de cuidar tanto sus envidiables diseños –a cargo de Roger Dean, el gran dibujante de fantasía para Yes, Asia o Uriah Heep– como la música.
Se trata de Psygnosis, el famoso búho de la industria que alimentó durante mucho tiempo los microordenadores hasta pasar a consolas PlayStation. Son muchas bandas sonoras las que se recuerdan casi más que el propio juego, por ello hoy repasaremos esas obras que firmaron principalmente tres nombres: Tim Wright, Ray Norrish y David Whittaker.
Los inicios de Psyclapse
Esta longeva compañía sufrió varias transformaciones a lo largo de su vida. Para empezar nació de las cenizas de lo que era Imagine Software durante los 80, y buena parte de lo que sacaron entonces ni siquiera utilizaba música. Brataccas fue el primero de sus títulos en incorporar una sintonía de introducción, pero el creador es desconocido, algo que de manera lamentable ocurre en ocasiones por no haberse documentado en la época. Quizás lo sangrante de este caso es que Brataccas es importante en la historia de Psygnosis, ya que salió de Bandersnatch, un ambicioso y esperado proyecto de Imagine que se canceló.
Ray Norrish sería el primer compositor en aparecer, debutando con Baal en 1988, en el que su nombre se podía leer en la pantalla de menú. Un año más tarde haría la BSO de Blood Money con aquella intro tan synthpop del "Where is the Money?". Las partes musicales empezaban a llenar los niveles en todo su esplendor con instrumentación sampleada, pues de hecho aquí la supremacía de loops dejó mudo de efectos el juego. Otros juegos por los que pasó Ray Norrish fueron Captain Fizz Meets the Blaster-Trons, Spellbound, Ballistix o Anarchy, ya el último en 1991.
En aquel mismo momento Ray Norrish coincidió con otro compositor, alguien que llevaba mucho tiempo ya dedicándose a ello y nunca llegó a trabajar en exclusiva para Psygnosis, pues su carrera destaca precisamente por lo prolífica que ha resultado. Ese hombre no era otro que David Whittaker, que a pesar de su breve implicación en la compañía dejó una huella imborrable tanto por su música como por el driver de audio que creó para Amiga, que llevaba su nombre y lo utilizaron otros compositores en juegos de Psygnosis.
Whittaker empezó a colaborar con ellos en 1988 con Menace y Obliterator, donde destaca de manera notable su "Ingame Music", una completa y contundente pieza que sacaba jugo al chip Paula de Commodore Amiga. Pero la joya de la corona llegaría en 1989 con un juego que marcó tanto su historial como el de la propia Psygnosis. En efecto ese fue Shadow of the Beast, el primero de la famosa saga protagonizada por una bestia.
La música de Shadow of the Beast es toda memorable y por muchas razones. La calidad y el protagonismo del audio dentro del juego se suman a las brillantes composiciones étnicas de Whittaker, con la mítica "Intro", el "Eerie Forests", "The Cavern" o "Underwater", que sonaban genial en Amiga pero mejoraron aún más al aparecer en Turbografx-CD y FM Towns en 1992 con arreglos. El único CD donde se registró la música fue el recopilatorio Immortal de Monteiro Music.
Tim Wright aparecería para tomar el relevo en la música de Shadow of the Beast II y Shadow of the Beast III, en los que utilizaría el mismo sintetizador Korg M1 que se había usado en el primer juego para samplear. De estas entregas son muy recordados temas como "Beast II", "Land of Karamoon", "Beast III" o "Forest of Zeakros". Nunca han tenido su álbum dedicado y solo se encuentran algunas en ciertos Best of.
Desde ese momento Wright pasaría a ser el principal compositor de la compañía, puesto que también participaría en el clásico Lemmings junto con Brian Johnston. En aquellos años, entre otras colaboraciones en efectos de sonido y conversiones, se haría notar con la música de intro de Agony, que esconde una curiosa anécdota. La pieza provocó un alarmante caso de plagio por parte del teclista de la banda de black metal noruega Dimmu Borgir, que sin consultar al resto del grupo utilizó el tema de Wright como base para escribir el piano de "Sorgens Kammer" en el álbum Stormblåst (1996). Al tiempo se supo y por motivos de derechos no pudieron regrabarla en la edición lanzada en 2005. PC Music Ltd (The Adventures of Lomax) y Matt Furniss (Wiz ‘n’ Liz) también dejaron su marca.
Pasando a la plantilla de Sony
En 1993 Psygnosis fue adquirida por Sony, que se preparaba para entrar en el mercado con PlayStation, por lo que aún tardaría un tiempo en integrarlos. El punto de partida fue el famoso videojuego de carreras Wipeout, en el que Tim Wright empezaría a utilizar su alias CoLD SToRAGE, bastante asociado a sus trabajos de electrónica. "Cairodrome", "Cold Comfort", "Cardinal Dancer", "Messij", "Operatique" o "Tentative" son algunos de los temas de trance que hizo para aquella primera entrega, una banda sonora muy popular además por empezar a incorporar música licenciada promocional con el CD Wipeout – The Music.
Tim Wright continuaría aportando composiciones a la saga Wipeout hasta Wipeout Pure de PSP –que recibiría su propio álbum dedicado con el tema "Onyx" de CoLD SToRAGE–, pero dejó Psygnosis en 1997 para continuar por su cuenta, eso sí, no sin antes habernos dejado otros juegos de interés como Colony Wars o Lifeforce Tenka. Ahí es cuando el camino de Wright y el de la compañía que pasaría a ser SCE Studio Liverpool, se separan.