La semana pasada hablamos de algunos conceptos técnicos que nos servirán mejor que nunca para poder ver con claridad el tema que vamos a presentar esta semana. Y es que el nuevo Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido ha estado siendo objeto de debate con motivo de su apartado de audio, en especial por la banda sonora, que no ha parecido gustar a buena parte de los jugadores y no han dudado en criticarla.
La música del juego está a cargo del veterano colaborador Koichi Sugiyama, que como vimos hace tiempo en su columna dedicada, lleva más de 30 años trabajando para Dragon Quest y posee casi tanto poder en la licencia como el propio creador, Yuji Horii. Hoy veremos por qué a este señor de 87 años, que fue el responsable de introducir la orquesta en los videojuegos, ahora se le acusa precisamente de no hacerlo.
©Sugiyama Kobo
Dragon Quest XI: Echoes of an Elusive Age llegaba a las tiendas el pasado 4 de septiembre cosechando críticas excelentes, aunque lo hacía más de un año tarde respecto al lanzamiento en Japón. Pero al igual que ha sucedido en otros juegos de la saga, esta gran diferencia de fechas se suele traducir en una serie de cambios que hacen superior a la versión occidental. El primero de esos cambios ha sido el doblaje, ya que en la edición japonesa no hay voces, se grabarán en su idioma coincidiendo con la versión de Switch.
El otro cambio importante, debería haber sido la música. En la edición internacional de Dragon Quest VIII: El Periplo del Rey Maldito sucedió eso mismo: la banda sonora original de la versión japonesa —que salió en noviembre de 2004— se creó en MIDI aprovechando el hardware de sonido de PlayStation 2, pero para cuando salió en el territorio norteamericano un año después, se reemplazó por la grabación orquestal que realizaron con la Tokyo Metropolitan Symphony Orchestra en enero de 2005. En la edición para Europa, que no saldría hasta abril de 2006, por supuesto se mantuvo este mismo cambio.
Quien sea seguidor de la serie seguramente sepa que Koichi Sugiyama suele proceder así. Buena parte de su actividad se encuentra en los conciertos, de los cuales lleva haciendo ediciones cada año desde el inicial Family Music Concert de 1986, el primer concierto de música de videojuegos con orquesta en la historia. Además, es miembro importante de la JASRAC —la SGAE japonesa— y mantiene una estricta opinión sobre los derechos de autor, pero nunca se niega a usar su música si es mediante el debido pago de royalties.
Esto nos conduce a que en su propia página web, Sugiyama argumenta esa decisión que se cierne sobre la banda sonora de Dragon Quest XI y el resto de entregas recientes de la saga: la música secuenciada, el built-in sound al que él hace referencia. En Internet leeréis acusaciones de todo tipo, pero los motivos que salen de boca del autor son los de su web, y en ellos sostiene que componer para videojuegos de esta forma le resulta mucho más fácil porque puede editar semitonos, escribir fraseos difíciles de interpretar y utilizar instrumentos que no funcionan bien dentro de la orquesta debido a cuestiones de dinámica, como sería un piano acústico tapado por un grupo de cuerdas tocando fortissimo.
Habrá quien piense que esto se puede solventar y que hay videojuegos de gran presupuesto que utilizan música orquestal sin problemas, pero es innegable que la instrumentación MIDI mediante librerías de sonido es mucho más asequible y sencilla de implementar. De hecho, se suele recurrir a ello a menudo por falta de presupuesto para grabar, nos sorprendería la de juegos que se crean de esta manera. Lo que quizás más choca en esta ocasión es el intencionado sonido retro de la orquestación secuenciada, algo que, si bien puede gustar más o menos, no deja de ser una decisión creativa y encaja con el espíritu Dragon Quest.
MIDI in-game (PS4 / PC): "Unflinchable Courage (Battle Theme)"
Symphonic Suite: "Unflinchable Courage ~ Battling Race ~ Endless Battle"
Todo esto digamos que podría ser bien recibido si no fuese porque Koichi Sugiyama acostumbra a grabar todas las bandas sonoras con la Tokyo Metropolitan Orchestra, y la de este no es una excepción. Es más, dicha grabación se encuentra a la venta a través de su sello SUGI Label desde el 24 de enero de este mismo año. De ahí que, si bien no estaba lista para el lanzamiento japonés, se podría haber usado al salir en Occidente.
¿Y qué es lo que impide toda esta maniobra? Bueno, pues por mucho que se cargue contra este señor, no es cosa suya, sino de lo que Square Enix esté dispuesta a invertir. La grabación del álbum Symphonic Suite Dragon Quest XI: Sugisarishitoki wo Motomete (2018) no corre a cargo de la compañía que nos brinda los juegos, sino de SUGI Label y King Records, que lo editan y distribuyen. La música no le pertenece a Square Enix en ningún caso, dado que al compositor le pagan por usar la música en MIDI, no por la orquestal. Esto se traduce en que Square Enix tendría que pagar de nuevo la licencia de sincronización correspondiente al uso de la grabación orquestal, algo que han hecho alguna vez anteriormente —a la edición internacional de Dragon Quest VIII hay que sumar el remake de PS2 de Dragon Quest V y ciertos temas de las versiones japonesas de 3DS—, pero no para esta entrega. Por lo tanto, la última palabra la tiene Square Enix.
Quizás sí que podemos encontrar una prueba de que Sugiyama hace esto por vender más discos o entradas de conciertos en la edición coleccionista del juego, que venía con los 2 CD de la Symphonic Suite, pero a nivel legal está en su mano hacerlo así porque los derechos de toda la música de la saga le pertenecen a él. La solución que se ha tomado rápidamente entre los jugadores ha sido la de crear un mod que habilita la música orquestal en PC, pero dado que esto infringe el copyright de ©Sugiyama Kobo, Square Enix y la JASRAC perseguirán estas modificaciones, como han hecho al deshabilitarla con la última actualización.
La ira de la comunidad con Sugiyama se ha visto avivada por las duras declaraciones que ha ido virtiendo en programas sobre política en la TV japonesa, negando crímenes de guerra o haciendo comentarios anti LGTB. A raíz de esto ha habido fans que han cargado contra él, pero han defendido la labor de Armor Project y el resto del equipo, mientras que en otros casos se ha llegado a boicotear el lanzamiento o a hacer peticiones igual de graves que las de este señor. Square Enix, por su parte, salió a desligarse de su opinión:
Los puntos de vista de un individuo no reflejan ni los esfuerzos ni los puntos de vista de la empresa. SQUARE ENIX emplea un personal multicultural global de diversas creencias, orientaciones sexuales e identidades de género. Como cuestión de política, no aprobamos la discriminación ni el acoso de ningún tipo y respetamos la diversidad en la sexualidad y la identidad de género de todas las personas en todo el mundo.
Dragon Quest es todo un fenómeno en Japón, y como bien sabemos, a pesar de la ambición de la nueva entrega aún se mantiene fiel a sus raíces. Es por eso que no tiene demasiado sentido señalar únicamente el desfase del audio, dado que el juego es todo un conjunto con su propia idiosincrasia. Vale que puede resultar un paso atrás volver a eso después de haber recibido aquel Dragon Quest VIII orquestal, pero no significa que en este caso la música sea peor ni quede mal realmente. Debemos empezar a dejar de pensar en la orquesta real como una huida hacia delante para copiar al cine, porque el uso del MIDI es tan válido como cualquier otro, y no solo porque hayamos vivido los años 90 y nos resulte nostálgico, es un recurso creativo al servicio del autor.
Puede también que el señor Sugiyama ya no sea el gran compositor que una vez fue, pero su formación clásica sigue teniendo un valor incalculable que no sería tan fácil de reemplazar. En lo que sí se puede notar más es en que la cantidad de temas que no vienen de otras entregas —en el libreto se mencionan 40 piezas nuevas— cada vez es menor.
En cualquier caso, Sugiyama no vivirá eternamente, por lo que Square Enix tendrá que buscar sustituto en algún momento. Nosotros pensamos que no habría nadie mejor que Hayato Matsuo, que además de ser un músico excepcional que ha compuesto para Final Fantasy XII, Front Mission 3 o la saga Ogre Battle, ha realizado numerosas orquestaciones para Sugiyama-san —desde la serie de anime, titulada Dragon Quest: Las aventuras de Fly (1991)— así como para otros grandes juegos de la talla de Shenmue o Nights into Dreams...
Siguiendo la vía legal, la mejor recomendación que podemos hacer en caso de querer evitar el MIDI es la de adquirir el CD o la edición coleccionista y reproducirlo mientras jugamos, en especial en PS4, donde no hay más alternativa.