En 1999 la saga Final Fantasy pasaba por su mejor momento. Squaresoft había conseguido aterrizar en todas las regiones y las ventas y las críticas excelentes acompañaban. Solo quedaba una cosa por conseguir: hacer que la banda sonora al fin se adaptara a las ventajas del formato CD-ROM. Y eso es algo que Final Fantasy VIII iba a lograr con creces ese mismo año.
Hemos hablado de Nobuo Uematsu y de la música de algunas entregas de la saga, pero todavía nos faltaba por repasar esta octava, que fue precisamente la que introdujo el salto sonoro más grande en la serie. Así que lo traemos esta semana cuando sale a la venta —hoy, 4 de noviembre— en edición física para PS4 y Switch la versión Final Fantasy VIII Remastered.
La entrada de Shiro Hamaguchi
El desarrollo de esta octava entrega comenzó en 1997 durante el proceso de traducción de Final Fantasy VII. Avanzada su concepción, Nobuo Uematsu tomaría la decisión de abandonar la idea de ceñirse al sonido en MIDI cuando vio los resultados de Suikoden II usando instrumentación real en su cinemática de apertura con la Warsaw Philharmonic Orchestra, aunque en la mayor parte de la banda sonora seguiría empleando un Roland SC-88 para la librería sintetizada. De aquella decisión nació ese impactante «Liberi Fatalli» que abre la secuencia de introducción al son del coro en latin "Fithos Lusec Wecos Vinosec", marcando la primera pieza de toda la serie en aparecer con coro y orquesta, la Masatsugu Shinozaki Strings. Para la orquestación eligieron a Shiro Hamaguchi, que ya había colaborado en el álbum Final Fantasy VII Reunion Tracks y se convertiría desde ese momento en el principal arreglista para orquesta de la saga Final Fantasy.
Uematsu moldearía todavía más su estilo hacia algo sofisticado que encajara con la ambientación, alejada de la fantasía medieval. Por un lado están las relajantes «Balamb Garden» o «Fisherman’s Horizon», dos de las mejores piezas ambientales de localizaciones, pero también el «Blue Fields» del mapamundi o esos magnéticos arpegios de «Find Your Way» que ambientan algunas mazmorras de Balamb, Centra y Galbadia. Eso sin olvidar secuencias de acción como la espectacular «The Landing» que acompaña el asedio de Dollet. El tema de combate en esta ocasión es «Don’t Be Afraid», que pronto se torna en rock progresivo al entrar su contrapartida «Force Your Way», el majestuoso tema de los jefes —inconfundible aquí el uso del rock organ por parte de Uematsu— y en influencia electrónica con el «The Man With the Machine Gun» que sustituye al encarnar al personaje de Laguna Loire.
La historia de amor concentra algunos de los momentos musicales más especiales, empezando por el baile del «Waltz for the Moon», el tema a piano «Julia» y llegando a la balada pop por la que es famoso, ese «Eyes on Me» de la cantante china Faye Wong, que fue la intérprete elegida tras un casting exigente. El single logaría 500.000 copias solo en Japón, convirtiéndose en el disco de música de videojuegos más vendido hasta la llegada de Kingdom Hearts con el single «Hikari».
«Succession of Witches» y «Fithos Lusec Wecos Vinosec» recuperan el leitmotiv de la coral en latín con su oscuro tono concentrado. En la parte final del juego es donde está puesta toda la carne en el asador. Abre la intrincada «The Castle» cuando nos acercamos a las estancias de Artemisa, y se suceden los enfrentamientos con sus cuatro formas finales en la fusión «Premonition» / «The Legendary Beast» / «Maybe I’m a Lion» / «The Extreme», una compleja y magistral suite que se encuentra entre lo mejor del compositor. Se produce entonces la lacrimógena clausura acompañada por el medley que rescata la voz de Faye Wong, la orquesta e incluso el tema principal de la saga. La edición Final Fantasy VIII Original Soundtrack fue lanzada por DigiCube en 4 CD en 1999. Además sacarían también el disco de arreglos orquestales Fithos Lusec Wecos Vinosec: Final Fantasy VIII con Shiro Hamaguchi y su álbum respectivo Piano Collections Final Fantasy VIII con un libro de partituras de Yamaha Music en el 2000.
Al igual que las entregas más famosas de la serie, Final Fantasy VIII ha tenido su aparición en conciertos como Distant Worlds o 20020220 Music from FINAL FANTASY, así como en los discos de The Black Mages con distintos arreglos de rock. Final Fantasy VIII Remastered resucita ahora en formato físico aunque sin cambios en la banda sonora, que permanece con la notable calidad que adquirió en 1999. Esta seguirá siendo una entrega peculiar sobre la partitura: no tiene temas de personajes, explora terrenos no tan comunes y es más oscura que otras, pero es un buen momento para revivirla porque se encuentra entre las mejores bandas sonoras de la saga sin lugar a dudas.
