Hemos llegado ya a los 200 artículos de la columna VGM, y ese número redondo merecía un fascículo especial del que todavía no se hubiese hablado aquí en profundidad. En unos pocos días se cumplirá el 20º aniversario del que sin duda es uno de los JRPG más queridos, y no es otro que Final Fantasy IX, la novena fantasía final. Y ya que esta sección tomará un descanso durante el verano os lo hemos adelantado para que no quede sin su debido homenaje.
El repaso que vamos a hacer sobre la banda sonora se podría aplicar perfectamente a un texto general sobre el juego, porque es imposible hablar de este Final Fantasy sin mencionar la música. No ya porque sea de una calidad excepcional, algo que cumplían todas las obras de la gran Squaresoft de mediados y finales de los 90, sino porque está pensada de esa manera, como un viaje melancólico que evoca los recuerdos de la aventura que nos llevará más de cuarenta horas. Así que veamos qué es lo que hace tan emocional este Final Fantasy IX que llegó a ser reconocido como el favorito del propio Sakaguchi.
Una canción de su memoria
Acercándose al término del desarrollo de Final Fantasy VIII en 1998, un nuevo equipo al mando de Hiroyuki Ito e Hironobu Sakaguchi se embarcó en el siguiente proyecto de Final Fantasy. La idea que se había tomado era la de romper con la ambientación futurista de las dos anteriores entregas y volver a las raíces de la saga, retomando esa fantasía medieval que la caracterizaba en sus inicios. Para ello, todo el personal se establecería en Hawaii, un entorno peculiar que ayudó a la concepción del juego.
Mientras tanto, Nobuo Uematsu, que volvería a trabajar en la BSO, emprendió un viaje por Europa para extraer ideas musicales basadas en el folclore del viejo continente. En sus periplos, en los que visitó algunos castillos germánicos, vio clara la necesidad de integrar instrumentos como el dulcimer, que se utilizaban en la música medieval. Además, contaría por segunda vez con la ayuda de Shiro Hamaguchi para las orquestaciones, que le había ayudado con Final Fantasy VIII y había sido recogido en los álbumes Final Fantasy VII Reunion Tracks y Fithos Lusec Wecos Vinosec FFVIII.
Final Fantasy IX abre con «A Place to Call Home (The Place I'll Return to Someday)», una pieza que es ya toda una declaración, tanto por el título como por ese exótico sonido de folk medieval con las flautas entrelazadas creando una armonía. Tras una intro orquestal que presenta Alexandria llegará el primero de los temas, el mágico tema de Vivi, siguiendo la idea del director Hideyuki Ito de dedicar un motivo a cada personaje, igual que en la sexta entrega. Toda esa parte inicial desemboca en el famoso duelo entre Yitán y Blank al ritmo de «Vamo’alla Flamenco» (https://youtu.be/kQ7jRcrDR4s), donde es la música con su cadencia andaluza lo que convierte el momento en memorable y lo aleja de simple escena con QTE.
Al salir al exterior chocaremos con «Over the Hill», una de las piezas más increíbles que se han escrito para un mapamundi, pues integra la melodía principal del juego sobre un fraseo etéreo de sintes que encogen el alma cuando se vuelve a escuchar tiempo después de haber acabado el juego. Ahí irán dando paso a los distintos temas de los poblados, como el emotivo «Village of Dali», el ritmo étnico de «Lindblum», el ragtime de «Dark City Treno» o la triste y desoladora «Kingdom of Burmecia», que va asociada al motivo de Freija, como no podía ser de otra manera. Entonces entra el siniestro piano del «Kuja’s Theme» como magnífica presentación del que acabará siendo villano principal. Eso sin olvidar joyas musicales como «Roses of May», «A Song from Her Memory» o los temas de batalla.
Claro que si hay un momento clave, un punto de inflexión en la música de Final Fantasy IX, es en la llegada al Pandemonium —que recupera el tema de Final Fantasy II— con «You’re Not Alone», una pieza fundamental que va asociada a la motivación de los personajes y el pasado del protagonista. El siniestro tema de piano inicial de Kuja se torna en «The Darkness of Eternity» absorbiendo el hard rock de los 70 con su riff demoledor y su órgano Hammond. Al llegar a Tiniebla Eterna el rock progresivo se desata por completo con la marcha fúnebre psicodélica «The Final Battle». Final Fantasy IX Original Soundtrack fue publicada en 4 CD por DigiCube y sucedida de Final Fantasy IX Original Soundtrack PLUS con las cinemáticas orquestadas por Hamaguchi y su propio Piano Collections Final Fantasy IX.
La música es uno de esos pocos elementos a los que no les afecta ser destripados, pues cuanto más escuchemos una canción o fragmento más habrá calado en nuestra memoria. Ese es justo el truco que realiza Final Fantasy IX con nuestros sentimientos, sabiendo que tras escuchar el leitmotiv cientos de veces en el mapamundi o en las escenas de Garnet, esa escena final que da paso a los créditos con el «Melodies of Life» cantado por Emiko Shiratori nos hará pedazos sin remedio. Es la propia letra la que nos está dando ese mensaje, haciendo referencia a la melodía, la memoria y el recuerdo musical.
A voice from the past, joining yours and mine
Adding up the layers of harmony
And so it goes on and on
Melodies of life to the sky beyond the flying birds
Forever and beyond
If I should leave this lonely world behind
Your voice will still remember our melody
Now I know we'll carry on
Melodies of life
Come circle round and grow deep in our hearts
As long as we remember
Ahora sabemos que ese «lugar al que regresar» del que habla el juego… es su propia música. La banda sonora encierra todos los recuerdos de la aventura de una forma que quizás nunca se vuelva a ver; y es que no es necesario siquiera que pongamos el juego para que nos transporte, basta con darle al play.
