A pesar de que atravesó algunos años en los que bajó su popularidad, el género de los shoot’em up es sin duda alguna uno de los que más alegrías ha dado dentro de la música de videojuegos y de los que rara vez suelen defraudar. Es casi una regla no escrita: un buen juego de disparos de naves ha de tener una excelente y frenética banda sonora que acompañe las distintas fases que componen el itinerario.
Por eso esta semana traemos otra de las que faltaban, la compañía japonesa CAVE Interactive, mejor conocida como CAVE. Su catálogo incansable de infiernos balísticos ha dejado un largo reguero de bandas sonoras originales —muchas publicadas por ellos mismos— en las que se han reunido algunos de los mejores compositores japoneses, como Manabu Namiki, Masaharu Iwata o Ryu Umemoto.
Las entrañas de CAVE
La carrera de CAVE Interactive comenzó a mediados de los noventa tras la desintegración de la vieja Toaplan —responsable de clásicos como Snow Bros o Zero Wing, también hablaremos de ella llegado el momento— en 1994. Entre los miembros que venían de Toaplan no había ningún músico, pues CAVE no fue la única a la que fueron a parar los antiguos componentes, y el antaño compositor principal, Tetsuya Uemura, marcharía a la otra compañía sucesora: Gazelle. Sin embargo esto no impediría el despegue, sin duda CAVE sabría rodearse de grandes compositores de la escena nipona.
En 1995 lanzaron su primer juego, DonPachi, el arcade de la abeja líder que definió el género bullet hell. En esta primera incursión estuvo implicado Ryuichi Yabuki, uno de los músicos que ficharon en los inicios de la compañía y que creó una banda sonora con hits como «Silent Outpost Base» de la Fase 1. El sonido se benefició en el port a Sega Saturn y la selección de temas fue lanzada ese mismo año en CD a través del sello Scitron / Pony Canyon, el mismo que había trabajado con Toaplan.
DoDonPachi le siguió en 1997, otra entrega de la misma ráfaga vertical en la que lamentablemente no se acreditó a ningún compositor. Uno de los posibles sería el propio Yabuki, pues la banda sonora sigue un estilo muy similar al del primer juego, y el otro podría ser Masahiro Kusunoki de T’s Music, que compuso ESP Ra.De. justo un año más tarde. Scitron y Gamest publicaron además las bandas sonoras conjuntas en el álbum DoDonPachi / ESP Ra.De. de 1998, reforzando la idea de que fuese él quien compuso DoDonPachi.
Aquel mismo año sacaron también el arcade Dangun Feveron, compuesto por otro interno de CAVE, el señor Nanpei Misawa. La música es magnífica y se adentra en un estilo atípico a caballo entre la música disco y rock, presente en cortes como «Dancing Bomber Arrange», «Soul Supermarket» o «Disco 999», que fueron recogidos en el disco homónimo de Scitron / Gamest; además el juego fue adaptado y relanzado por M2 en PS4 y Xbox One. Guwange fue el siguiente en 1999, compuesto también por Masahiro Kusunoki, eso sin olvidar Progear, la colaboración de shooter horizontal con Capcom que firmó Yukinori Kikuchi. En ese momento salió además DoDonPachi II, que recibiría un nuevo disco junto al primer juego.
Invocando a Basiscape
En el año 2002 cambiaron muchas cosas para CAVE. En primer lugar iniciaron su propia distribución de bandas sonoras, que serían en su mayoría editadas junto al videojuego. Además de eso comenzaron a trabajar con la recién fundada Basiscape, compañía musical de Hitoshi Sakimoto en la que militan algunos de los más importantes compositores japoneses, en especial entre los shoot’em up. Manabu Namiki sería uno de los genios recurrentes entre los que colaborarían en sus juegos —terminaría dejando Basiscape pero aun así seguiría colaborando— y empezaría con DoDonPachi DaiOuJou y Ketsui: Kizuna Jigoku Tachi (abreviado Ketsui), que formaron el primer disco lanzado por CAVE, el álbum dodonpachi DAI-OU-JOU / KE-TSU-I kizunajigokutachi Original Sound Track de 2003.
El próximo lanzamiento fue Espgaluda en PS2 y arcade, otro de los grandes juegos de CAVE, para el que buscaron nuevas firmas entre las compañías Neptune, Reeb y T-FORCE. El único compositor acreditado es NOU1 de Neptune —y Reeb se cree que únicamente se encargaron del sound design— pero su contribución fue la principal, entrando dentro de estilos de electrónica como trance y j-core. «Bloody Separation ~ Bloody Arrival» para la Fase 1 o ese «Fort City» de la Fase 4 son algunos de los temas estrella que fueron editados por CAVE en la ESPGALUDA Original Sound Track de 2004.
Y sin apenas respiro, 2004 nos dejó también el quizás sea el juego más recordado de la compañía por su apartado musical, el bullet hell Mushihimesama. Manabu Namiki y Masaharu Iwata unieron sus fuerzas para crear esa banda sonora llena de complejidad y polifonía que deslumbra en piezas como «To Shinju Forest», «Walking on the Land of Flame», «Like a Night of Falling Stars» o «Requiem of the True Sky». Fue editada en 2005 como Mushihimesama Original Soundtrack, pero ha tenido varios discos más desde su salida, en especial las ediciones The Secret Lover, Double Arrange y Special Arrange.
Ibara continuó la carrera de CAVE en 2005, otro arcade compartido con PS2 para el que ficharon nada menos que a Shinji Hosoe, el veterano compositor de Namco. «Show Time», una de las más destacadas —y también criticada por su sospechoso parecido con «Black Diamond» de Stratovarius—, «Like a Rolling Stone» o «Rose Garden» son algunas de sus barrocas y rockeras piezas, que salieron en la IBARA Original Sound Track en 2006. Ese mismo año fue también el del arcade Espgaluda II, la secuela que reunió a Manabu Namiki y Mitsuhiro Kaneda para una sofisticada mezcla entre ese estilo trance del primero y la marca de Basiscape. «Mutiny - Fate is With the Girl», «Deserted - Younger Brother and Elder Sister and…» o el «Descend (Boss)» son algunos de los temas más redondos de la ESPGALUDA II Original Sound Track, que fue lanzada en doble CD junto a un disco de arreglos con músicos de CAVE.
En 2006 saldría Pink Sweets —Ibara Sorekara, secuela de Ibara— solo para arcade, un juego realizado de manera íntegra por músicos de CAVE: Daisuke Matsumoto, MASA-KING, Michihiro Yamasaki, Takeshi Miyamoto, Rieko Kakinuma, Naohiro Saito y Natsuko Naitou. Mushihimesama Futari salió también ese año con la colaboración de nuevo de Manabu Namiki y Kimihiro Abe de Basiscape, dejando otros éxitos como «Sea of Frozen Crystals», «On the Verge of Madness» o el «Cry! Scream!!» final contra Queen Larsa.
El equipo musical interno de CAVE se hizo cargo de Muchi Muchi Pork! al año siguiente, mientras Manabu Namiki preparaba Deathsmiles, una de las últimas grandes contribuciones, que tuvo un doble CD titulado Deathsmiles Original Sound Track y una secuela, Deathsmiles II, junto a Motoi Sakuraba en 2009. El arcade bullet hell Akai Katana ha sido uno de los últimos grandes juegos de CAVE y la última banda sonora de Ryu Umemoto, fallecido tristemente en 2011 a los 37 años de edad. Umemoto se había hecho cargo también de muchas de las ediciones Black Label lanzadas para Xbox 360, que tuvieron disco propio. Desde aquel DoDonPachi SaiDaiOuJou de 2012, también de Namiki, el reinado de CAVE en arcade ha pasado a consolas, donde han relanzado varios de sus juegos en HD, así como muchas BSO, disponibles en Steam.