El juego de hoy es una de las historias más curiosas que recuerdo. Puzzle & Action es un juego que traspasó las fronteras de Japón, hasta llegar a España por alguna razón que se escapa un poco para muchos, ya que, el juego fue importado directamente del país del sol naciente tal cual: si tan siquiera ser traducido.
Hace unos días, y hablando con un amigo de un barrio cercano, llegamos a la conclusión que las recreativas a las que habíamos jugado en nuestra adolescencia eran bastante parecidas y que el juego que recordamos hoy en nuestra columna fue uno de los que, jugados contra un amigo, lograban una diversión bastante diferente a todo lo conocido hasta entonces.
Ahora quizás lo veamos de otra manera el tema de los minijuegos, hoy día está bastante trillado, sobre todo en esta generación con Wii, pero lo cierto es que a principios de los años noventa, era un campo preparado para la siembra.
Y este es uno de los signos inequívocos que nos hacen confirmar que la historia detrás de la importación sin duda merecería ser contada, pues a día de hoy no se saben las razones verídicas.
Pero con la perspectiva que nos da el tiempo, y la edad que uno ya va teniendo, hacen que se entiendan quizás las razones por las que Puzzle & Action llegó hasta los muebles de nuestro modesto barrio.
Llegó con los diálogos completamente en japonés, pero lo cierto es que se trataba de un juego cuya mecánica era "universal" ya que todos y cada uno de los minijuegos de los que contaba no dependían del lenguaje.
¡Al borde del infarto!
Dieciséis alocadas pruebas serán las encargadas de demostrar la pasta de la que estamos hechos. Sega se sacó de la manga uno de los primeros videojuegos de minijuegos, algo que hoy vemos cómo se ha exprimido hasta límites insospechados, creando juegos "casual".
Pero la gracia del juego consiste en que en el año 1991, y menos en el apartado de los muebles arcade, no había nada parecido por nuestros lares, y al ser un juego de minijuegos que algunos apenas duraban unos segundos, lo hacían un título de infarto.
Lo primero que llamaba la atención si teníamos la oportunidad de ver cómo se encendía el mueble por primera vez, era que el juego era exclusivo para el país nipón. Pero sin saber cómo llegó hasta aquí, empezamos echando la primera moneda, y descubrimos el pequeño hilo conductor. Varios ladrones perseguidos por la Interpol deben ser atrapados por los personajes inspirados en el aspecto gráfico de Bonanza Bros, ya que, vestidos de Sherlock Holmes y Watson, iban tras la pista de los mencionados ladrones.
A lo largo de 16 desafíos deberemos pasar las pruebas para dar con ellos, pero a medida que superemos una prueba, otra nueva aparecerá para ser otra traba hasta llegar a ellos.
Las pruebas son de lo más divertido, y reúne gran cantidad de juegos típicos como pueden ser un "machacabotones" pero uniéndolo a hilarantes situaciones. Ni que decir tiene que juegos posteriores como la genial saga Bishi Bashi o Wario Ware son discípulos de los juegos de Sega.
Y es que aunque puede ser bastante obvio que pequeños minijuegos llevados a un videojuego resultarían tremendamente divertidos, poco se había tanteado el terreno hasta entonces, y es por ello por lo que seguramente aquella persona que decidió importarlo sabía el potencial que llevaba dentro.
Un juego que se disfrutaba mucho jugando solo, y con los amigos mirando, pero que se tornaba en locura colectiva si algún amigo echaba una segunda moneda. Todos los minijuegos en los que se requería de rapidez y precisión eran una locura viendo cómo nuestro amigo avanzaba o nos ganaba prueba a prueba. Aunque no está de más decir, que seguía siendo una lucha contra la CPU sí, ¡pero para nosotros lo que contaba era quién ganaba de los dos!
Como dijimos, llegó de manera ilegal, pero sin duda habría merecido la pena que traspasara la frontera de manera oficial, ya que nos quedamos sin sus también geniales secuelas (Ichidan y Sando) que ya no pudimos disfrutar por aquí.
Geniales pruebas y desafíos
Contar bloques antes de que acabe la cuenta atrás, inflar un globo machacando botones para asustar a una gallina, construir robot siguiendo el modelo, parar un cronómetro en el intervalo que nos dicen, hacer fotos "cazando" al objeto que se mueve cual correcaminos, encontrar al ninja amarillo, llevar al muñequito hasta la salida del laberinto, ordenar las gemas, realizar un puzle horizontal, descubrir la cifra que se nos muestra en décimas de segundo, encontrar el slot de la tragaperras, jugar a los trileros con sombreros de copas, y jugar al Simón dice, con animales, y la maldita prueba en japonés que nos hacía perder si o sí, ya que las instrucciones para superarla estaban en Japonés.
Todas estas pruebas y algunas que me dejo en el tintero, serán las encargadas de hacer de este Puzzle & Action uno de los juegos más divertidos que recordamos de nuestra adolescencia. Odiarás o amarás unas pruebas y otras, pero sin duda que volvíamos a echar otra moneda, aunque la partida durase dos minutos.
Este primer juego fue divertidísimo y con partidas antológicas, pero sus secuelas se perdieron por aquellas tierras, y mejoraron la fórmula de reunir muchos de los juegos que en los 90, habíamos tenido nosotros físicamente.
¿Jugaste a él? ¿Lograste pasártelo? Sin duda que si lo probaste, no te dejó indiferente, porque no solo fue la novedad, sino que fue aquel mueble tan diferente a todos los demás. c