The Legend of Zelda es una de esas sagas de videojuegos con tanta importancia y relevancia que han acabado creando escuela. A lo largo de los años hemos visto cómo muchos estudios han intentado ofrecernos algo similar a las distintas aventuras de Link, tanto en 2D como en 3D, pero pocos han conseguido lo que Matrix Software en 1997 con el lanzamiento de Alundra para la primera PlayStation.
En vez de apostar por crear un clon más, la desarrolladora fue mucho, pero que mucho más allá y nos trajo un producto único, con mucha personalidad y que conquistó los corazones de todos los que tuvimos la suerte de poder darle una oportunidad.
Aunque partiera de una base similar (aventura de rol y acción de vista cenital en la que avanzaríamos superando mazmorras y obteniendo objetos que nos permitirían resolver todo tipo de situaciones), lo cierto es que el viaje de Alundra consiguió diferenciarse lo suficiente de su referente como para sentirse como un juego muy diferente.
Aquí encarnaríamos a Alundra, un elfo de un clan especial con la habilidad de introducirse en los sueños de otras personas que tendría que salvar a una ciudad de una terrible y desconocida amenaza. Esto daba pie a una historia inolvidable, larga, repleta de giros y, sobre todo, madura, adulta y sorprendentemente oscura, en la que se tratarían temas muy profundos y delicados, como la forma en la que afrontamos la muerte, la depresión o la religión.
Como podréis intuir, el hecho de que se desarrolle entre el mundo real y el de los sueños permitió a sus desarrolladores jugar mucho con la narrativa y retorcerla hasta niveles insospechados en los compases más avanzados, creando secuencias de gran impacto emocional y dejando para el recuerdo una de las historias mejor escritas de toda la generación de 32 bits.
Evidentemente, el guion no fue lo único que hizo de él el juegazo que hoy todos recordamos, ya que su jugabilidad fue prácticamente intachable. Los controles respondían a la perfección, la exploración era tremendamente gratificante, los combates muy variados y repletos de fantásticos jefes finales, las mazmorras tenían un diseño sobresaliente e impredecible, y los puzles eran una auténtica pasada.
Eso sí, estamos hablando de un juego difícil como él solo, y no precisamente por los combates. Encontrar el camino, especialmente en las mazmorras ambientadas en los sueños, podía convertirse en un auténtico infierno, y los rompecabezas a los que nos teníamos que enfrentar hicieron que más de uno, de dos y de tres sintiéramos el irremediable impulso de tirar de guía más veces de las que nos gustaría admitir, ya que suponían todo un desafío para nuestras mentes. Podíamos ver los mecanismos, pero encontrar la lógica de lo que teníamos que hacer y el cómo era una cuestión muy diferente, provocando que nos atascásemos con bastante frecuencia.
De hecho, no fueron pocos los que consideraron que la dificultad de la aventura fue excesiva y que abandonaron a mitad de trayecto, aunque en nuestra opinión aquí residía gran parte de su encanto, ya que pocos juegos fueron capaces de poner tan a prueba nuestra materia gris al mismo tiempo que nos ofrecían una aventura tan variada como enriquecedora en lo narrativo.
Otro detalle bastante llamativo fue lo enormemente presente que estaba el plataformeo a lo largo de toda la aventura, con multitud de momentos que nos obligaban a medir muy bien nuestros saltos para no caernos. Al igual que el resto del título, muchas de estas secuencias no eran precisamente fáciles y requerían mucha precisión y coordinación.
Como veis, Alundra fue una aventura inolvidable y única que se ganó por derecho propio estar entre los mejores juego de la primera PlayStation. No es de extrañar, por tanto, que para muchos haya supuesto una decepción que no haya sido incluido en PlayStation Classic Mini. Y es una auténtica pena, ya que habría sido una buena oportunidad para darlo a conocer a todos aquellos que se lo perdieron en su momento.
Si bien hacerse con una copia PAL española a día de hoy es algo que nos puede salir por un buen pico (más todavía si conserva el mapa que incluía), también tenemos la opción de adquirirlo a través de PlayStation Store para disfrutarlo en nuestra PSP, PS Vita o PS3 por un precio mucho más asequible. Eso sí, os advertimos que esta versión digital está únicamente en inglés, por lo que no cuenta con su traducción española original.
Para cerrar este breve repaso, señalar que tuvo una secuela en 1999 llamada Alundra 2: A New Legend Begins también para PlayStation. Por desgracia, cualquier parecido con la obra maestra de su predecesor fue pura coincidencia, ofreciéndonos una aventura 3D que apenas consiguió hacer nada bien, suponiendo de esta manera el fin de la saga.