Qué mejor manera de celebrar el estreno de Alien Covenant que recordar una de las mejores recreativas inspiradas en la franquicia de los xenomorfos. Los Aliens ya llevaban muchos juegos sobre sus espaldas (aquí podéis leer el estupendo reportaje que ha realizado nuestro compañero Alberto González) , aunque pocas veces han estado en mejores manos que las de Capcom. El gigante japonés se hizo con los derechos de la licencia Alien vs. Predator para componer un brawler magistral que llegó a los salones recreativos en 1994.
Siempre se ha rumoreado que el plan inicial de Capcom era lanzar esta placa CPS-2 coincidiendo con el debut cinematográfico de la pareja más rentable de la 20th Century Fox. Pero el estudio volvió a meter el proyecto en la nevera (no se haría realidad hasta una década más tarde), cuando los japoneses ya estaban finiquitando el desarrollo.
Viendo el resultado, y de ser cierto que ambos productos partían de un mismo borrador, habríamos vendido a nuestros primogénitos por disfrutar de semejante espectáculo en una pantalla de cine. Ver a los predators y los marines espaciales zurrando aliens con la mano abierto habría sido maravilloso. Una pena.
Al menos siempre nos quedará la recreativa, que fusilaba de manera impecable la fórmula Final Fight (hasta niveles insospechados), solo que sustituyendo a los macarras de barrio por xenomorfos de diferente tamaño y pelaje. En 1994 el género brawler estaba prácticamente sentenciado de muerte, debido a la fiebre Street Fighter II, para gozo de los dueños de los salones recreativos, que ganaban mucha más pasta con los juegos de lucha que con las peleas callejeras.
Aun así, Alien vs. Predator fue uno de sus últimos y más gloriosos representantes. Una placa para tres o dos jugadores simultáneos (dependiendo del mueble que tuviéramos enfrente) en la que dos Marines Espaciales y dos Predators hicieron frente común para librar la tierra de la amenaza alien y la ambición de la corporación Weyland-Yutani.
La raza humana (aunque eran realidad eran ciborgs) estaba representada por dos personajes. La Teniente Linn Kurosawa era el equivalente a Guy de Final Fight: un personaje dotado de una gran técnica de lucha y una notable velocidad, aunque sus golpes fueron menos demoledores que los de su camarada, el Mayor Dutch Schaefer. El nombre, y las hechuras, de este coloso recuerdan, y no por casualidad, al personaje que interpretaba Arnold Schwarzenegger en Depredador. Solo que este Duch, un auténtico armario, calzaba un brazo mecánico capaz de tumbar de un bofetón a la mismísima Reina Alien.
Los otros dos personajes seleccionables pertenecían a la raza Yautja (el nombre fino para referirse a los predators) y aunque nunca supimos sus auténticos nombres (posiblemente habríamos tenido que amputarnos las lenguas para pronunciarlos) en la placa fueron bautizados como Hunter y Warrior. El primero iba armado con una lanza Naginata mientras que el segundo hacía buen uso del Combi-stick, aunque también nos deleitaron con un amplio catálogo de mamporros y patadas.
Como ya hemos mencionado, la principal influencia de Alien vs. Predator es Final Fight. De hecho, en un momento determinado de la placa nos obligan a enfrentarnos a un Mad Predator que imita a la perfección la manera de combatir de Rolento, el inolvidable fulano de la boina y las granadas. Por no hablar de la posibilidad de apretar dos botones a la vez para ejecutar un movimiento especial con el que librarnos de los aliens más cercanos, a cambio de sacrificar parte de la barra de vida.
El principal hecho diferenciador de Alien vs. Predator respecto a las andanzas de Haggar, Cody y Guy es que los cuatro protagonistas contaban con un botón extra para disparar, aunque para evitar que el juego fuera un paseo, Capcom limitó su uso. En el caso de Linn había que recargar el arma, mientras que los Plasmacaster de los predators se recalentaban con el uso.
A lo largo de siete niveles, los marines y yautjas iban enfrentándose a hordas de aliens de diversos tipos (unos embestían, otros escupían ácido), incluyendo chestbursters y facehugggers. Además, y en aras de aportar una mayor variedad de enemigos, Capcom introdujo una suerte de zombis, humanos infectados que pululaban por la pantalla y daban bastante por saco antes de que un chesburster brotara de sus tumefactas tripas.
Alien Vs Predator explotaba con mucho salero la mitología de las dos primeras películas de Alien, en especial la secuela dirigida por James Cameron (además, claro está de la tecnología de los predators, hasta el punto de poder usar puntualmente los Smart Disc de los yautjas). No solo nos ofreció la oportunidad de medirle el lomo a una colosal Reina Alien (en dos ocasiones), sino que puso en manos de los mercenarios de la Weyland-Yutani los mechas hidráulicos (como el que usaba Ripley al final de Aliens) e incluso pudimos disfrutar de un pequeño segmento de mecánica shooter sobre el techo de un vehículo de transporte APC.
Aunque la placa de Capcom no fue la pionera en eso de abofetear aliens (Activision y Jaroudan se les adelantaron en 1993 con Alien vs. Predator), sus gráficos, rebosantes de detalle y colorido, están a años luz de lo visto en el cartucho de Super Nintendo. La acción jamás se ralentiza, por muchos aliens que haya en pantalla, dando como fruto uno de los brawlers más espectaculares y trepidantes de la historia del género. Además, contó con una excelente banda sonora, compuesta por Hideki Okugawa, quien más tarde se encargaría de componer la música de Darkstalkers: The Night Warriors, las tres entregas de Street Fighter III o Apollo Justice: Ace Attorney, por citar solo unos cuantos títulos de su impresionante currículum dentro de las filas de Capcom.
Desafortunadamente, y a pesar del impacto que causó en los salones recreativos, Alien vs. Predator jamás llegó a ser adaptado a ningún sistema doméstico. Era una licencia demasiado jugosa, que no tardó demasiado en caer en otras manos, lo que además hizo imposible su aparición en los sucesivos recopilatorios de clásicos Capcom. Otro más para añadir a la lista de sueños imposibles. ¿Os imagináis cómo habría sido una película de guantazos con aliens y predators? ¿Llegasteis a ver el mueble para tres jugadores? ¿Cuánta pasta os dejasteis en la máquina? Dejadnos vuestros comentarios y batallitas, por favor…son lo mejor de estos post retro.