Esta semana se ha saldado una deuda pendiente desde hace más de dos décadas: Final Fantasy VII, uno de los juegos más aclamados e importantes de la historia, llega por primera vez a una consola de Nintendo con su lanzamiento en Nintendo Switch, a la vez que en Xbox One.
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Por todos es bien conocida la historia de cómo Squaresoft rompió sus relaciones con la Gran N a mediados de la década de los 90 tras haber sido una de sus mayores aliadas durante las generaciones de los 8 y los 16 bits, pero nunca viene mal un pequeño repaso a cómo se llegó a este punto.
Una ruptura histórica
Para ello tenemos que retroceder hasta 1994, año en el que un pequeño equipo de Squaresoft formado por apenas 20 personas comenzó a trabajar en una primera versión de la séptima entrega de la saga para Super Nintendo, un proyecto que tuvo que ser aplazado por el ambicioso desarrollo de Chrono Trigger.
Sin embargo, cuando en 1995 se quiso retomar el trabajo, el estudio se encontró con la inminente llegada de la nueva generación de consolas con PlayStation y Nintendo 64, motivo por el que decidieron comenzar a experimentar con las 3D para comprobar cómo luciría un Final Fantasy con esta nueva tecnología, lo que dio origen a la famosa demo técnica de Final Fantasy VI: The Interactive CG Game, una que muchos medios de la época confundieron asegurando que funcionaba en Nintendo 64, o como se la conocía por aquel entonces, Ultra 64, cuando no era así.
Considerando que las seis primeras entregas de la serie habían conocido el éxito en Famicom y Super Famicom, todo el mundo daba por hecho que Final Fantasy VII vería la luz en Nintendo 64, incluso dentro de la propia compañía. Tras un intenso debate entre sus máximos responsables sobre si apostar por un apartado gráfico 2D o tridimensional (Hironobu Sakaguchi, el padre de la saga, era un gran fan del pixel clásico), finalmente venció la segunda opción, lo que dio lugar a que el equipo de desarrollo se pusiese a experimentar con el hardware de la consola de 64 bits.
Sin embargo, los problemas no tardaron en llegar y se encontraron con numerosas dificultades para hacer que se moviese con una tasa de imágenes aceptable. Además, al querer incluir multitud de escenas de vídeo, el limitado espacio de los cartuchos de esta plataforma se antojaba demasiado, por lo que iban a tener que depender del 64DD, un accesorio con lector de CDs para Nintendo 64.
Todo esto llevó a Squaresoft a tomar una decisión histórica que lo cambió todo: abandonar las consolas de Nintendo y desarrollar Final Fantasy VII oficialmente para PlayStation, una decisión que los de Kioto no se tomaron nada bien y que llevó a una ruptura de relaciones que duró toda una generación, dejando a la mítica plataforma de 64 bits huérfana de grandes juegos de rol, salvo unas contadas y honrosas excepciones.
El impacto de una obra maestra
El resto, tal y como se suele decir, es historia. La séptima Fantasía Final vio la luz en 1997 y revolucionó a toda la industria con una obra maestra que tuvo un impacto gigantesco en todos lo que tuvimos la suerte de disfrutarlo en su momento. Gráficos de infarto, una banda sonora inolvidable, personajes carismáticos y que todavía perduran en nuestra memoria, una historia que te atrapaba y no te soltaba hasta llegar a los títulos de crédito, un sistema de combate a prueba de bombas, un mundo enorme y repleto de misterios y secretos que invitaba a explorar hasta su último rincón, emocionantes batallas contra numerosos y grandes jefes finales, un sistema de personalización a través de materias que nos abría innumerables posibilidades, etcétera.
Además, si tenemos en cuenta que en Europa no habíamos olido la serie ni de casualidad (fue la primera entrega en estrenarse en nuestro continente) y que los JRPG que nos habían llegado previamente se podían contar con los dedos de una mano, resulta fácil de entender el tremendo impacto que nos causó, ya que fue todavía mayor que en el resto del mundo al descubrirnos un género que pasó de ser conocido por tan solo unos pocos a convertirse en la nueva moda.
De hecho, el esfuerzo que se realizó por popularizar el juego y que llegara a todo el mundo llevó incluso a que se tradujera a nuestro idioma. Aunque los resultados no fuesen precisamente los esperados y su calidad dejase muchísimo que desear (a veces costaba incluso identificar lo que leíamos como español), no vamos a negar que nos dejó con frases tan míticas y parodiadas como "Tu fiesta te está esperando arriba" o la favorita de muchos, "Muy bien, allévoy".
En definitiva, un título legendario que ha dado origen a multitud de spin-offs, secuelas, merchandising, conversiones hasta para dispositivos móviles, fantásticos cameos (a destacar Ehrgeiz y Super Smash Bros.), películas y, próximamente, a un esperadísimo remake para PlayStation 4 que se está haciendo demasiado de rogar y del que seguimos sin tener fecha.
¿Cuáles son vuestros mejores recuerdos de Final Fantasy VII? ¿Cuál era vuestro personaje favorito? ¿Conseguisteis todas las invocaciones? ¿Cuántas vueltas disteis por la Mansión Shinra hasta encontrar el código de la caja fuerte? ¿Llegasteis a matar a Arma Esmeralda y Arma Rubí? ¿Os hicisteis con un Chocobo dorado? ¿Qué minijuego os gustó más del Gold Saucer? ¿Cuántos rumores probasteis para resucitar a "ese" personaje antes de desistir? ¿También os comprasteis Ehrgeiz solo por poder jugar con Cloud, Tifa y compañía en un juego de lucha? ¡Esperamos vuestras respuestas!