¿Habéis visto Estación Once (Station Eleven)? Quizás la hayáis encontrado en portada de HBO Max, la nueva aplicación y servicio de HBO, pero no ha tenido el boom de otras series o películas. Protagonizada por Mackenzie Davis, se trata de una ambiciosa producción en forma de miniserie que se estrenó el pasado 16 de diciembre y que se encuentra completa en el citado portal. Estación Once, de la que os hemos hablado en alguna que otra ocasión en Vandal Random, es una adaptación notable la novela de Emily St. John Mandel de mismo título y parece ponerle las cosas muy difíciles a los responsables de la futura serie de acción real de The Last of Us.
Una gripe mortal que diezma a la población y que aboca a la civilización al colapso
Estación Once nos cuenta cómo un puñado de supervivientes intentan salir adelante tras una pandemia de gripe que acaba destruyendo la civilización y extendiéndose con especial virulencia por todos los rincones del mundo. En un primer momento se puede pensar que se trata del enésimo producto surgido a raíz de la crisis del coronavirus, una que siga atenazando al mundo entero y causando infinidad de problemas sociales, políticos, sanitarios y económicos. Pero nada más lejos de la realidad. Estación Once se publicó en 2014, llevando a ganar a la citada Emily St. John Mandel el prestigioso premio literario Arthur C. Clarke.
Abarcando múltiples líneas de tiempo, nos narra una historia tan esperanzadora como demoledora, relatándonos con exquisito gusto las maneras que tienen los supervivientes de este virus mortal en lo relativo a reconstruir y reimaginar el mundo de nuevo. Mientras se aferran a todo aquello que perdieron, intentando pensar en un mañana mejor que no replique los errores del pasado. Como curiosidad, y para zanjar y disipar ese halo exploitation que muchos no tardan en adjudicarle de manera errónea, hay que destacar que el rodaje y la producción de Estación Once arrancó meses antes de que la pandemia de coronavirus irrumpiera en nuestras vidas, paralizándose su filmación cerca de ocho meses entre dimes y diretes.
Protagonizada por Mackenzie Davis, Himesh Patel, Daniel Zovatto, David Wilmot, Matilda Lawler, Philippine Velge, Nabhaan Rizwan y Lori Petty, con Gael García Bernal y Danielle Deadwyler, Estación Once está conducida por Patrick Somerville como showrunner, creador de Maniac y coguionista de varios episodios de The Leftovers, producción con la que guarda no pocos elementos en común. Es más: si tuviéramos que elegir una serie sucesora de la joya de HBO, sería ésta. Sin lugar a dudas. Por la manera en la que expone sus temas, la forma en los que se resuelvan y el estilo con el que todo se nos presenta en pantalla. No obstante, la serie de HBO Max está dirigida por un conjunto de realizadores de demostrada calidad, con Jeremy Podeswa (Juego de tronos) Helen Shaver (Vikingos) y Lucy Tcherniak (The End of the F***ing World) encabezando la filmación de los diferentes episodios que componen esta producción.
Una serie que retrata a la humanidad en los peores tiempos imaginables y que resalta el poder de las historias
Estación Once no es una simple serie postapocalíptica y no se centra en los habituales tropos o tics del género. No esperéis un The Walking Dead ni una serie en la que todo el mundo es taimado o retorcido, y en el que la humanidad no es más que el origen de todos los males imaginables. Esta producción tiene más en común con La carretera de Cormac McCarthy que con The Stand (Apocalipsis) de Stephen King, si bien hay ciertas características que podrían ser similares a las vistas en videojuegos como The Last of Us si pasáramos todos y cada uno de los temas por una piedra de toque.
La serie decide no centrarse en el virus como foco de su narración, siendo simplemente el detonante de la historia, ahondando en el pasado, presente y presumible futuro de los supervivientes al colapso de la civilización. Entre todos ellos seguiremos a Kirsten (Mackenzie Davis), una de los miembros más destacados de La sinfonía viajera. Se trata de un grupo de teatro ambulante que se desplaza por los diferentes asentamientos durante los veranos, siempre buscando entretener a los habitantes de los mismos con obras de Shakespeare. Capítulo a capítulo iremos descubriendo quién es y de qué manera, 20 años después, ha encauzado su vida desde que viviese siendo una niña el inicio de la pandemia.
Al igual que en The Last of Us existe una Ellie y un Joel, será la relación de Kirsten con Jeevan (Himesh Patel), la que marque el tempo de la serie, girando alrededor de la misma algunos de los grandes temas de la producción. ¿Puede un desconocido ser lo más parecido a una figura paterna o un padre de verdad? ¿Hay vínculos más poderosos que el existente en la propia sangre?
Estación Once va avanzando mientras mira hacia atrás de forma constante, trasladándonos al principio del fin y presentándonos los primeros 100 días del fin del mundo para luego centrarse en el estado de las cosas 20 años después. No sobra ni un capítulo, ni una sola secuencia, y todos y cada uno de los episodios que conforman la producción, aportan contexto y elementos indispensables para comprender este complejo y rico crisol de culturas existentes en el oscuro mañana tras el virus. Conforme avanza la serie, y esto se agradece especialmente, comprenderemos que todos los personajes tienen un sentido y una conexión emocional entre ellos, invitándonos a unir todos los puntos existentes de cara a construir un rico tapiz que será capaz de estremecer al más pintado.
Estación Once es una serie que enaltece y celebra el significado y la trascendencia de la humanidad en los peores momentos imaginables. Usando ese totémico cómic llamado Station Eleven, que alguien escribió y dibujó para superar su propio trauma y ruptura sentimental, la obra de Patrick Somerville consigue reflejar los miedos, inseguridades y esperanzas de un grupo de personas que necesitan las historias para seguir viviendo. Es quizás el tema central de toda la miniserie: el poder que ejercen las historias en el ser humano. Si La sinfonía viajera viaja de un lado a otro representando a Shakespeare y usando sus tramas como catalizadores para superar la aciaga era que les ha tocado vivir, este tebeo produce el mismo efecto en Kirsten y en el misterioso personaje de El Profeta, que lo usa como una suerte de fábula y refugio de la que extraer enseñanzas.
Es por eso por lo que hay que ver y disfrutar de Estación Once e intentar abstraerse de cualquier parecido con la realidad. Es una gran historia postapocalíptica sobre el resurgir de la humanidad, en la que se realza la importancia de aquellas relaciones forjadas a raíz de los encuentros fortuitos y casuales, capaces de rivalizar y superar a los existentes en los mismísimos lazos de sangre. Es una producción cuidada y detallista, que presenta a la ficción y el arte como un elemento conciliador capaz de curar el alma y la mente. Como el propio cómic que da título a la serie.
¿Tendrá Estación Once una segunda temporada o es una miniserie conclusiva?
No, nada de segunda temporada. Estación Once es una serie autoconclusiva que adapta de manera bastante fiel la novela original. Al igual que otras producciones de HBO, consta de diez episodios y abarca el argumento en su totalidad.