Prime Video sabe en qué objetivos poner su interés. La plataforma de streaming ha sido clara a la hora de producir su nuevas y futuras series, escogiendo sabiamente entre géneros young adult como el encarnado por la exitosa The Wilds o en el misterio aderezado con caras conocidas como con Nine Perfect Strangers. Mientras The Boys arrasa con sus superhéroes desquiciados y La rueda del tiempo sirve de adelanto a la esperada Los anillos de poder, julio nos trae La lista final, un thriller con mucha acción protagonizado por Chris Pratt (Jurassic World: Dominion).
Hablamos de una serie que está destinada a ser uno de los grandes éxitos de la plataforma este verano, convirtiéndose, si tiene suerte, en una carta recurrente en el catálogo en los próximos años. La producción está basada en la novela superventas de Jack Carr y se estrenará el próximo 1 de julio en el servicio de Amazon, contándonos una intrincada historia de soldados retirados, conspiraciones y asesinatos. En Vandal Random ya hemos podido verla al completo y os contamos qué nos ha parecido en nuestra crítica sin spoilers.
La trágica historia de James Reece: un hombre que busca la verdad
Lo primero que llama la atención cuando nos ponemos delante de La lista final es el arrebatador y conquistador estilo que destila desde el minuto uno. Sí, estamos acostumbrados a esa frase cliché, repetida por los publicistas y los departamentos de marketing de que el producto que vamos a consumir o disfrutar 'está concebido como una película larga'. Es un recurso manido, a veces torticero, que busca engañar al espectador de cara a dar postín a lo que se está a punto de estrenar o consumir por las masas. Con La lista final sí podemos decir que estamos ante lo que podría considerarse una clara película episódica, una producción bien montada, ejecutada y dividida con cierta inteligencia en capítulos que intentan romper constantemente la baraja mientras oculta sus evidentes y espectaculares cartas, demostrando hasta qué punto se ha puesto toda la carne en el asador con esta obra de ficción. Una obra de ficción que, al igual que nos pasó con Reacher, embruja desde el minuto uno por su apabullante presentación y diseño de producción.
No obstante, los ocho episodios de la serie, en la que el propio Pratt, Antoine Fuqua y David DiGilio son productores ejecutivos, están basados en la citada novela de Carr y nos narran con todo lujo de detalles y crudeza la historia de James Reece (Chris Pratt) después de que todo su pelotón de la marina sufra una emboscada en una operación de alto riesgo. Arrastrando un fuerte trauma, Reece regresa a casa con su familia con recuerdos contradictorios y preguntas sobre su culpabilidad en el incidente. Sin embargo, a medida que salen a la luz nuevas pruebas, Reece acabará descubriendo que existen unas fuerzas oscuras que trabajan en su contra, poniendo en peligro no solo su vida, sino también la vida de sus seres queridos.
La lista final nos presenta la faceta más dramática de Chris Pratt, un actor que arrancó en la comedia como el tipo bonachón y que fue transformándose hacia la figura de acción eje de los blockbusters más formulaico como el representado por sagas como Guardianes de la galaxia o Jurassic World. Sin embargo, Pratt esconde una serie de registros a explotar si está bien dirigido y encauzado, muchos de los cuales se mostraron en la excelente Everwood, un drama televisivo producido por Warner Bros. a reivindicar. En cualquier caso, se hace más que patente el especial cariño con el que Pratt se ha aproximado a la serie, dejándose llevar por el torturado personaje de Reece, un líder militar que sabe que hizo lo correcto en la maltrecha operación especial de los Navy SEAL que da pie a la serie. No obstante, el actor se reunió con Jack Carr, autor de la saga de novelas que inspira la ficción de Amazon Studios, y estuvo preparándose a conciencia el papel. ¿Cómo? Pues más allá del consabido entrenamiento militar al que fue sometido durante semanas, Carr y él estuvieron reuniéndose y diseccionando la novela Once an Egale, de Anton Myrer.
La novela, que recomendamos encarecidamente, narra la historia de la vida profesional y privada de dos oficiales del ejército, Court Massengale, un incompetente militar que no se preocupa por sus hombres, y Sam Damon, un líder heroico y cariñoso desde la Primera Guerra Mundial hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. A través de distintos capítulos, momentos y conflictos bélicos aprenderemos, a través de una notable yuxtaposición de pareceres y de visiones, las distintas aproximaciones al liderazgo y a la habitual cadena de mando. En el más profundo núcleo de la novela de Carr, si la despojamos de todos los recursos literarios y accesorios narrativos, se encuentra esta visión: la honestidad y la defensa de la verdad por parte de un líder frente a sus hombres y su país.
La fallida operación de La lista final marca todas y cada una de las acciones posteriores de Reece, que se ve arrastrado a una espiral de recuerdos, reales y ficticios, que se entremezclan ante sus ojos. La serie trata esa consabida lucha del hombre contra el estado y la administración, el clásico David contra Goliath de nuestros días, con un soldado que cree haber hecho lo correcto y que topa con muros, funcionarios y otras fuerzas aún más peligrosas de forma constante. También hay espacio para la cada vez más presente obsesión por parte de los Estados Unidos de la privatización de sus fuerzas armadas, pulsando las teclas de las corporaciones de mercenarios y militares, las conspiraciones relativas al deep state y las fuerzas que operan detrás de la cortina o el uso de la cronificación de los problemas de salud mental entre los veteranos que libran guerras en nombre de la libertad en países distantes. Quizás la serie no arriesgue tanto como la novela -que es una crítica feroz a este aspecto-, pero es de agradecer que se hayan mojado.
La lista final: Una serie entretenida que cuenta con un gran reparto y una espectacular presentación
Más allá de Pratt, que recalcamos que está excelente, también debemos destacar los papales de Taylor Kitsch como Ben Edwards y Constance Wu como Katie Buranek, dos auténticos secundarios de lujo que ayudan a aderezar la narración con tramas secundarias. Como curiosidad digna del Trivial, también os tenemos que destacar el papel de Donny Mitchell, encarnado por Patrick Schwarzenegger, cuñado en la vida real de Pratt, y que sigue encadenando papeles pequeños en Hollywood llevando uno de los apellidos más míticos de la industria cinematográfica. Pero si nos quedamos con un papel interesante es el de Steven Horn, encarnado por Jai Courtney, un auténtico villano entregado a los amos de títeres que operan en la sombra de esta ficción. Pero nada de ello serviría si el apartado técnico hiciese aguas.
La dirección de Faqua vuelve a su mejor nivel, haciendo alarde de sus mejores artes como realizador del género de acción, permitiéndose el lujo de reinterpretar secuencias o feelings cinematográficos ya vividos en producciones como Lágrimas del sol (2003), El tirador (2007) o las recientes entregas de The Equalizer. Sí, sabemos que es un director muy irregular, capaz de lo mejor y lo peor, pero en esta serie aprueba con nota, confiriendo un estilo tangible y fácilmente indentificable por el espectador. Sin embargo, no todo brilla.
En La lista final nos hemos encontrado con un problema ya visto en otras producciones, de diferentes plataformas, y géneros que parece repetirse una y otra vez como el sino de los tiempos. Hablamos de la duración y la obsesión de los portales de streaming por hacer series largas o que mantengan la atención del respetable durante el mayor tiempo posible. La ficción de Amazon cuenta con ocho episodios, muy bien equilibrados entre ellos en cuanto a trama si los comparamos con otros casos más sangrantes, pero que nos parecen demasiados teniendo en cuenta lo que se quiere contar. Sí, hay pasajes de la novela que han sido adaptados de forma detallista y muy cuidada, pero creemos que se podía haber contado lo mismo con dos o tres episodios menos, y la sensación de producto algo estirado en varios de sus tramos sobrevuela en varias ocasiones todo el conjunto. No llega a molestar del todo pero sí se hace patente.
En un primer momento podemos pensar que La lista final es una serie de acción y suspense que acaba cristalizando en una mezcla entretenida pero que no deja sabor alguno en nuestro paladar. Un thriller resultón que puede destacar entre las citadas novelas de Jack Reacher, y que apoyado por la cara bonita de turno y el esfuerzo titánico de un gigante del entretenimiento como Amazon para venderlo, puede hacer tilín a un determinado público o suscriptor. Sí, es cierto. No obstante, también cuenta con el añadido de tener a un personaje imponente como protagonista, todo un irreprochable héroe todoterreno con problemas de memoria como Jason Bourne, aquel que dio vida el bueno de Matt Damon en la célebre saga de acción cinematográfica que renovó por completo el género.
Pero al mismo tiempo creemos que hay algo más, y al igual que en las obras literarias de Carr -que sirvió como francotirador en los Navy SEAL-, se esconden muchas lecturas dentro de su propuesta de entretenimiento. Dependerá del espectador y sus ganas de empatizar con según qué aspectos de la trama. En cualquier caso, si habéis disfrutado de otras producciones anteriores de marcada naturaleza bélica como las firmadas por el maestro Tom Clancy -Prime Video tiene varias adaptaciones en su haber, por si os interesa esta faceta- y os pirran los thrillers políticos con sorpresas y numerosos giros como los mostrados por películas como El mensajero del miedo y su remake, no os la podéis perder. Os conquistará si podéis perdonarle esas pegas citadas más arriba, como las relativas a la duración o la estructura. Os prometemos que perdurará en vuestra memoria durante el tiempo suficiente como para reclamar y pedir una segunda temporada.
Hemos visto la primera temporada de La lista final al completo gracias al acceso anticipado ofrecido por Marco Agency y Amazon.
