El pasado viernes 6 de octubre se estrenó Blade Runner 2049, una película de la que personalmente no esperaba demasiado cuando se anunció el proyecto, pero que cuando supe que iba a estar dirigida por Denis Villeneuve (La llegada, Sicario), vi los tráilers que apuntaban a que al menos visualmente iba a estar muy cuidada, y aparecieron las primeras críticas, muy entusiastas, se generó en mí bastante expectación.
Cual fue mi sorpresa al acudir a la sala de cine y descubrir que no solo no me pareció para tanto, sino que además la considero una película bastante floja, de lo peor que ha hecho su director, y que tiene una serie de lagunas y problemas que no entiendo cómo están pasando desapercibidas dentro de un entusiasmo generalizado.
Me siento un poco solo, para que vamos a engañarnos, así que necesitaba compartir con todos vosotros los principales motivos por los que no me ha gustado Blade Runner 2049, que no considero un desastre, pero sí una película fallida, que podría y debería haber sido muchísimo mejor.
1. La historia es un fanfic mediocre
No quiero destriparos la película por si todavía no la habéis visto, pero la historia parece más propia de un fanfic que de un proyecto serio y respetable, con una necesidad imperiosa y un tanto inexplicable de no solo conectar con el film original, sino además de reeinterpretarlo y meter algunos de sus personajes con calzador, en una especie de fan service un tanto rancio, que convierte un un complejo thriller noir existencialista en un vulgar drama familiar.
Partiendo de que era una secuela innecesaria y que nadie había pedido, el universo de Blade Runner y todo su trasfondo filosófico y político daba perfectamente de sobra para crear una interesante historia original con nuevos personajes, y no hacía falta mancillar el film de 1982 para crear una nueva película.
De hecho, en las semanas previas se habían estrenado unos cortos muy interesantes, que nos ponían en contexto y servían para explicar algunos de los acontecimientos más importantes ocurridos entre 2019 y 2049, y la peli arranca bien, con nuevos personajes y con lo que parece una nueva historia. Pero poco a poco la cosa se va torciendo, y se acaba yendo al traste en el tramo final, desaprovechando un universo muy interesante, en el que se podía haber prescindido perfectamente de la historia Rick Deckard, salvo algunas referencias a modo de curiosidad.
2. Mete mano de manera obscena en un clásico del cine
Como decíamos antes Blade Runner 2049 no solo termina siendo una secuela directa de la original, sino que además se atreve a reeinterpretar algunos de los aspectos claves de su argumento, lo que me parece bastante grave. Vale que Holywood se ha quedado sin ideas y desde hace años abundan los remakes y las secuelas innecesarias, y podemos llegar a entender que se haya recuperado una marca tan conocida entre el público cinéfilo como esta.
Pero no era necesario darle un nuevo significado a un clásico del cine, del que hemos disfrutado durante 35 años teorizando e interpretando, y que cada nuevo nuevo visionado te regala un detalle, matiz o nueva reflexión que antes no habías percibido. Una película con un encanto incuestionable, y que juntó una serie de elementos en estado de gracia.
Me parece obscena la manera en la que se atreven a tocar un clásico como Blade Runner, y más si tenemos en cuenta que repite uno de los guionistas de aquella (Hampton Fancher), y su director, Ridley Scott, ahora como productor ejecutivo, aunque lo de este último no nos sorprende demasiado viendo lo que ha hecho con la saga Alien en sus últimas películas.
3. Trata al espectador como si fuera estúpido
Si algo ha convertido a Blade Runner en un clásico es que durante más de 30 años ha dado pie a crear todo tipo de teorías y reflexiones, ya que no te daba las cosas mascadas, aunque con matices. En el montaje original, el que se estrenó en cines en 1982, había una irritante voz en off que se impuso en contra de la voluntad de Ridley Scott y su equipo, y cuya única finalidad era explicar la película al público, para que este no se perdiera.
En 1992 por fin Ridley Scott se pudo redimir con el montaje del director, en el que ofreció la visión original de la película, quitando la voz en off, y convirtiéndola automáticamente en algo mucho más inteligente y complejo, una película con una historia sencilla, pero que daba pie a muchas interpretaciones y lecturas, y que con cada nuevo visionado descubres algo nuevo.
En Blade Runner 2049 no hay voz en off, pero la película se las apaña a través de diferentes personajes y la pareja virtual del protagonista (una especie de Cortana) para ser irritantemente explicativa, no vaya a ser que te pierdas en algún momento de su excesivo metraje.
Me sentí que me trataban como si fuera tonto, algo que ya me espero de la típica superproducción de Hollywood, pero no de un film de Denis Villeneuve, un director al que tenía en muy alta estima, y que había hecho películas bastante atrevidas hasta el momento. Estoy seguro que el realizador canadiense no tiene mucha culpa de esto, y sí los casi 200 millones de dólares de presupuesto, que por cierto, van a recuperar a durar penas si además tenemos en cuenta la costosa campaña de promoción.
Hubiera preferido una película mucho más barata pero con más libertad creativa para Villeneuve, porque este genero tan preciado, el de la ciencia ficción, nunca ha jugado en las grandes ligas en cuanto a taquilla, y los tozudos números se lo están recordando a Warner Bros. y Sony Pictures.
La original fue un fracaso en taquilla, pero se acabó convirtiendo en un clásico, algo que no va a ocurrir con esta, que va a caer bastante rápido en el olvido, a pesar de haber detectado en el desarrollo de la película algunas intenciones de construir aquí un nuevo universo cinematográfico, que no creo que vaya a poder ser.
4. Es demasiado larga (y lenta)
No tengo nada en contra de las película largas, siempre y cuando tengan algo que contar. Blade Runner 2049 son 163 minutos de puro tedio, totalmente innecesarios, ya que, sin exagerar, se podría haber contando la misma historia con una hora menos de metraje.
Tanto por mi experiencia como por lo que he leído y me han contado otras personas, hacía tiempo que en una sala de cine no se escuchaban tantos ronquidos, la gente iba tanto al baño, o directamente abandonaba la saga para irse a su casa o a tomar algo.
Incluso a los que os ha gustado mucho no me podréis negar que se le pueden cortar fácilmente 30 minutos y aquí no pasaría nada, bueno sí, que el resultado final mejoraría bastante. Así que ya sabéis, si vais a verla tomaros un café antes de entrar a la sala, o entregaros a los brazos de morfeo sin poneros colorados, que tampoco os vais a perder nada importante.
5. Un envoltorio tan bonito como vacío
Sí, visualmente Blade Runner 2049 es una pasada, gracias a un soberbio diseño de producción y al director de fotografía Roger Deakins, quien ya ha demostrado su talento en anteriores películas de Denis Villeneuve o films como Skyfall y El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, entre otras muchas.
Pero me llevo las manos a la cabeza cuando leo que han conseguido recuperar el espíritu y la ambientación de la película de 1982, cuando realmente no se parecen en casi nada. Blade Runner 2049 ofrece unas postales muy bonitas, que dan ganas de ponerlas de fondo de pantalla en tu ordenador, pero no se parecen en casi nada al futuro construido en el film original, que creaba una atmósfera sucia, agobiante y opresiva, que hablaba de un mundo en el que el capitalismo más extremo había llevado a la humanidad y a la naturaleza al garete, y que conectaba con la propia trama, en la que nos contaban que unos robots (los replicantes), se habían vuelto más humanos que los propios seres humanos.
Blade Runner 2049 será muy bonita, pero no ha entendido (o no ha querido entender) la atmósfera y ambientación de la original, que redefinió el ciberpunk para siempre.
Viendo la gran aceptación que ha tenido la película y lo poco que se está hablando de la insípida trama o los agujeros de guion, entre otros aspectos, da la sensación de que a mucha gente le ha cegado su bonito envoltorio, que no sirve de nada si recubre un cascarón vacío.
6. La trama con Ana de Armas es un Her de baratillo
Una de las cosas que me ha sorprendido positivamente de la película es que la actriz española Ana de Armas (Mentiras y gordas) no es tan mala actriz como creía, y sale airosa de la mayor producción de Hollywood en la que ha participado hasta el momento.
El problema es que su trama se la podían haber ahorrado perfectamente, ya que parece una especie de secuela ciberpunk de Her, la magnífica película de Spike Jonze en la que Joaquin Phoenix se enamoraba de una inteligencia artificial.
Esta parte de la historia no solo tiene demasiado peso en el excesivo metraje de la película, sino que además tiene una perversa función argumental, ya que en algunos momentos sirve para explicarle al espectador de una manera nada sutil algunos de los puntos claves de la trama, como si se tratara de una especie de Pepito Grillo del protagonista.
7. El personaje de Jared Leto: Paulo Coelho ciberpunk
Al actor y cantante Jared Leto, quien no deja de ofrecernos grandes interpretaciones últimamente como el Joker en Escuadrón suicida, le toca ser el villano de la función, y protagonizar alguno de los momentos más bochornosos de la película. Un trasunto de Paulo Coelho que suelta frases de filosofía muy barata, y que mueve unas piedras voladoras para demostrarte que en el futuro los malos tienen una tecnología "to wapa".
No sale ni diez minutos en la película, pero su personaje no puede estar más desaprovechado, y todo el peso de "los malos" recae en su lacaya, Sylvia Hoeks, una especie de Terminator muy, muy mala, que protagoniza algunas de las escenas de acción de la película, que por el ruido de los efectos de sonido y la machacona música de Hans Zimmer son capaces de sacarte momentáneamente del sopor que causa el resto del metraje.
8. Harrison Ford ni está ni se le espera
Es una pena ver a grandes estrellas de Hollywood como Harrison Ford aparecer por pantalla para cobrar un suculento cheque, sin ponerle ningunas ganas ni pasión en lo que hace. Si antes comentaba que la interpretación de Ana de Armas me ha sorprendido para bien (y la de Ryan Gosling, en un papel perfecto para él: hacer de sí mismo), también quiero destacar que Harrison Ford le pone un poquito más de ganas de lo que nos tenía acostumbrados últimamente, a diferencia de films como Star Wars: El despertar de la Fuerza, donde el joven y nuevo reparto sacaba a relucir todas sus carencias interpretativas.
Poco más puede hacer con un papel que apenas dura 20 minutos y que está metido con calzador en este mastodóntico proyecto, en el que nos habían hecho creer, a través de una ruidosa campaña de publicidad en la que ha dado múltiples entrevistas, que iba a contar con un rol mucho más importante del que finalmente ha tenido. En cualquier caso tiene tiempo suficiente para protagonizar junto a Jared Leto una de las escenas más patéticas del film: Hollywood, por favor, deja de recrear a actores reales por ordenador, respeta a los seres humanos y al buen gusto.
Si no lo impide un nuevo accidente en avioneta, todavía le volveremos a ver desfilar por pantalla para cobrar un sabroso cheque en la nueva película de Indiana Jones, prevista para 2020.
9. Un buen reparto totalmente desaprovechado
La película cuenta con un buen reparto, y tanto sus protagonistas (Ryan Gosling, Ana de Armas), como la multitud de secundarios que aparecen, hacen de una manera más que digna su trabajo. Además de los ya mencionados Harrison Ford y Jared Leto que tienen un papel entre lo breve y lo testimonial, también aparecen las televisivas Robin Wright, Mackenzie Davis y luchador Dave Bautista (que poco a poco ha ido creciendo como actor), que hacen lo que pueden con unos roles totalmente desdibujados y que no se han molestado en construir mínimamente.
Si la película tuviera un gran ritmo y una duración moderada le perdonaríamos que no pierda demasiado tiempo en desarrollar a sus personajes secundarios, pero prefiere invertir decenas de minutos en mostrarnos lo bonitos que les han quedado los escenarios y paisajes, en vez dar peso en la trama a un gran reparto de actores.
10. La banda sonora es un Vangelis de Hacendado
El músico islandés Jóhann Jóhannsson se había encargado de poner música de manera excelente a los últimos films de Denis Villeneuve, como La llegada, Sicario y Prisioneros, convirtiéndose en uno de los compositores más interesantes del panorama actual.
Cuando ya había comenzado a trabajar en Blade Runner 2049 decidieron desechar su trabajo, en palabras del propio Villeneuve porque "quería algo más cercano a Vangelis", el compositor del film original, que creó una de las bandas sonoras más míticas de la historia del cine, para una película sin cuya música no sería lo mismo.
Nunca sabremos qué estaba preparando Jóhannsson y cómo hubiera sido su partitura, pero el resultado, a cargo de Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch, me ha parecido muy flojo, con un Zimmer que intenta imitar a Vangelis de manera bastante lamentable.
De hecho al final la película tiene que echar mano del mítico "Tears in the Rain" de Vangelis, no sabemos si en un nuevo ramalazo de fan service, o porque no fueron capaces de hacer nada original o mejor, lo que es muy probable.