Cada vez hay más demanda de chips y los fabricantes no dan abasto, mientras, las consolas de nueva generación siguen sin tener stock y las tarjetas gráficas están encarecidas. La razón es que el problema que empezó a raíz del coronavirus, la escasez de chips, continúa sin un horizonte optimista o fijo para que termine.
Cinco de la tarde en un céntrico comercio de Madrid, sección de videojuegos, varias personas hacen cola en la caja, aunque no llevan nada en la mano, ni juegos, ni consolas, ni periféricos. Uno de ellos pregunta: "¿Os quedan PlayStation 5?". Ante la negativa pregunta por la Xbox serie X, tampoco. El dependiente avisa en alto que no tiene stock de ninguna de las consolas de nueva generación y la cola, desaparece. Esta historia, digna de una navidad sin Turboman, se repite día tras día en tiendas, tanto online como físicas, en todo el mundo. No hay consolas de nueva generación, no hay gráficas, no hay chips.
El problema de esta crisis de los chips o también llamada de los semiconductores es que estos componentes forman parte de muchas de las cosas que utilizamos a diario, desde móviles hasta automóviles, ordenadores, aparatos médicos, televisores, tablet, electrodomésticos, están en todas partes. Visto así, no poder tener una PS5 parece lo de menos, aunque lleva siendo un quebradero de cabeza tanto para Sony como para Microsoft desde que sacaron a la venta sus respectivas nuevas consolas a finales del primer año de pandemia, 2020.
Existen grupos de Telegram, que suman los casi 20.000 seguidores, que publican casi de inmediato cuando y donde hay stock de estas consolas y a día de hoy, suelen durar entre uno y cuatro minutos como máximo. Hacerse con una, ahora mismo es como encontrar un unicornio, y por mucho que se haya especulado sobre sí esta falta de stock está propiciado por las propias empresas para generar expectación o promover las ventas, la realidad es que se trata de una escasez a nivel global y multisectorial.
Estas teorías llegaron a cobrar fuerza durante las navidades pasadas, según cuenta un dependiente de una tienda situada en la calle Preciados. "Vino un padre a por una PS5 para su hijo y no teníamos. Ante la negativa trató de pagarnos para llevarse la exposición, aunque le insistí varias veces en que solo es una carcasa, que dentro no hay nada. Desesperado, sacó el móvil y empezó a grabarnos a mí y a mi compañera, diciendo que si no era verdad que teníamos consolas escondidas en la trastienda", relataba aún sin terminar de asimilar la situación.
Ninguna empresa fingiría tener menos consolas de las que realmente tiene, es decir, a una empresa le interesa vender su producto, es decir, le interesa el dinero. Para hacerse una idea de cómo las propias compañías están siendo realistas teniendo en cuenta esta crisis, Sony ha reducido su perspectiva hasta los 18 millones de unidades de PlayStation 5 vendidas para este año fiscal, cuando su proyección anterior era de 22,6 millones.
Sony
De hecho, el propio Hikori Totoki, director financiero de Sony, fue quien reveló este objetivo durante la reunión de presentación de los resultados fiscales del año anterior de la compañía, a la que tuvo acceso VGC. "18 millones de unidades es para lo que nos sentimos muy cómodos, podemos obtener las piezas y los componentes", ha explicado Totoki. "Creemos que hay una demanda un poco más alta que eso, por lo que si la pregunta es si podemos satisfacer la demanda, creo que todavía nos falta un poco", ha añadido el director.
A pesar de las informaciones que vinculaban el continuar fabricando PlayStation 4 con una estrategia para calmar la demanda de la consola de Sony de nueva generación, a principio de año, la propia compañía nipona informaba de que seguir fabricando y vendiendo la generación pasada entraba en sus planes y no es una respuesta a la falta de stock.
Nintendo
Obviamente Sony no son los únicos afectados. Nintendo espera un descenso del 10% de las ventas de Nintendo Switch por culpa de los problemas en la cadena de suministro. "Nintendo espera vender solo alrededor de 20 millones de consolas Switch en el año fiscal actual, una reducción del 10% con respecto al año fiscal 2021, a pesar de la fuerte demanda", recoge Nikkei. Parece que el reciente bloqueo de Shanghái y la escasez de chips complican los planes de producción para el año fiscal 2022.
Microsoft
Lo mismo ocurre con Microsoft. En una entrevista en The New York Times, Phil Spencer, director de Xbox y vicepresidente de la división de juegos de Microsoft, declaró que para Microsoft el problema no es la falta de oferta, sino la alta demanda de las consolas Xbox Series a nivel global, que además se suma al problema añadido de la escasez de chip para fabricarlas. Además, esta generación se está vendiendo más rápido que cualquiera de las anteriores. De hecho, este panorama ya fue vaticinado por el propio Spencer el año pasado durante su participación en The Wrap.
"Creo que es más complejo hablar de ello solo como un problema de semiconductores. Cuando pienso en lo que significa obtener las piezas necesarias para construir una consola hoy en día, y luego llevarla a los mercados donde se demanda, hay muchos puntos en ese proceso. Pienso que, lamentablemente, seguiremos así durante meses y meses, definitivamente hasta el final de este año y durante el próximo", explicó Spencer.
Aunque parece que Microsoft ha optado por la estrategia de invertir para asegurarse un flujo de componentes para poder seguir fabricando consolas. La información proviene de Shpeshal Nick, cofundador de Xbox Era, que durante un podcast, explicó que Microsoft pagó el año pasado para tener más chips. "Alrededor de abril de 2021, recibí un mensaje privado que decía que Microsoft iba a tener muchas consolas disponibles este otoño. Y al final lo hicieron, ¿no? Microsoft pagó por la prioridad de chips en las fábricas, razón por la cual vimos muchas más consolas, y todavía estamos viendo mucho más stock de Xbox", afirmó Nick.
Una situación que puede durar hasta 2025
El director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, mencionó durante una entrevista con la CNBC, que la escasez tendrá un impacto al menos hasta 2024. La razón ha pasado de ser por falta de componentes, a falta de maquinaria para fabricar los microchips, ya que además hay una gran acumulación de pedidos. "Esta es una de las razones por las que creemos que la escasez general de semiconductores se trasladará a 2024, en comparación con nuestras estimaciones anteriores de 2023, ya que la escasez ha afectado a los equipos y algunos de los incrementos (de producción) de las fábricas se verán más afectados", subrayaba Gelsinger.
ASML, empresa proveedora de equipos para el proceso de fabricación, por el momento, con toda su capacidad, solo pueden atender hasta el 60% de la demanda. Para este año, todavía tienen un 40% de pedidos atrasados que no podrán cumplir. Otras compañías, como Apple, no tendrán tantos problemas, ya que en su caso, tienen prioridad con Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), la empresa de fundición de semiconductores más grande del mundo que también fabrica para NVIDIA y AMD, por delante de los fabricantes de automóviles.
Aunque su punto de vista sobre la escasez de los chips es algo pesimista, según su Vicepresidente Senior de Investigación y Desarrollo, Dr. Y.J. Mii, estos problemas pueden durar hasta el 2024 o el 2025. Según dijo este directivo durante una entrevista, el coronavirus no ha tenido una importancia particular y cree que en general, el aumento de la demanda de semiconductores no fue previsto por los fabricantes de chips, que ahora están comenzando a tomar medidas como la de construir nuevas fábricas (como es el caso de Intel en territorio europeo). Explica también que los microchips cada vez requieren una mayor complejidad para su fabricación, impactando directamente al ritmo al que pueden ser elaborados.
Un posible aumento de precio en los productos
Intel, además, anunció este enero una subida del un 20% en el coste de la fabricación de chips, lo que afectará a las tarjetas gráficas de NVIDIA y AMD, además de las consolas de nueva generación. Una circunstancia que empeorará el problema actual de los jugadores de PC, para los que es más difícil encontrar una tarjeta gráfica, ya que las pocas que llegan al mercado lo hacen con un precio por encima del recomendado.
AMD, cuyos chips se encuentran en PlayStation 5 y Xbox Series X/S, confirmó el año pasado que para 2022 aumentaría su producción. Lisa Su, responsable de la compañía, auguró que el 2022 será otro gran año para Sony y Microsoft, apuntando a que, para ella, el 2023 podría ser el más fuerte de la actual generación de consolas.
"Lo primero de todo, creo que el negocio de consolas en este ciclo, si lo miras en su totalidad, ha sido increíble. Quiero decir, estamos en el segundo año y la demanda es tan alta. Hemos estado enviando mucho producto y el hecho de que la demanda sea tan alta dice algo sobre la gran cantidad de aficionados que han escogido Sony y Microsoft para el ciclo actual de las consolas", apuntaba Su. "Podemos esperar que tal vez el 2023 sea el año más fuerte (de PS5 y XSX/S)", añadía la responsable durante la presentación de la 25.ª conferencia telefónica sobre tecnología de ‘Credit Suisse’.
Parece que aún dejando atrás el coronavirus, aún se avecinan turbulencias en el sector tecnológico, arrastrando aún las consecuencias del parón y sumándose la creciente demanda de chips. Cada vez hay más gente que vive rodeada de tecnología, de hecho, el uso del smartphone se ha extendido ya por todo el mundo. Incluso los países calificados como en vías de desarrollo, son actualmente consumidores de tecnología de este tipo. Ahora les toca a las empresas buscar un equilibrio para poder cumplir la demanda y a la vez, seguir sacando beneficios de la venta de sus productos.