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Las 10 mejores frases de Barack Obama

El 44º presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se ha convertido en una de las figuras más influyentes del planeta gracias a su liderazgo y sus discursos. Repasamos sus mejores frases.

La llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos lo cambió todo, al menos durante un tiempo. Su figura inspiró a millones de ciudadanos, uniendo a una nación que atravesaba un mal momento. Obama pasará a los anales de la política estadounidense como el primer presidente de raza negra, y como uno de los más firmes defensores de la creación de un sistema de seguridad social que garantice a los habitantes del país una cobertura sanitaria básica. Gran orador, carismático e inteligente, en Vandal Random repasamos algunas de sus frases más motivadoras de Barack Obama.

Las 10 mejores frases de Barack Obama

Obama, hijo de Barack Obama Sr., un economista de origen keniano y de Shirley Ana Durham, doctora en Antropología por la Universidad de Hawai, pasó su infancia entre Hawai e Indonesia. Allí conoció de primera mano las condiciones de pobreza que afectan a millones de personas y comprendió lo que era el denominado Tercer Mundo. Cursó primaria y aprendió que la vida podía ser difícil antes de regresar a Estados Unidos, donde pasó dos años en el Occidental College de Los Ángeles. A comienzos de los años ochenta, ingresó en la Universidad de Columbia (Nueva York) para estudiar Ciencias Políticas, y se especializó en Relaciones Internacionales.

Pronto se trasladaría a Chicago, ciudad en la que trabajó como organizador comunitario de los servicios sociales de un grupo de parroquias católicas, intentando mejorar barrios enteros en base a acciones colaborativas.

Tenemos una capacidad sin fin para asumir riesgos y un don para reinventarnos. Queridos compatriotas, estamos hechos para este momento.

La carrera política de Obama comenzó a fraguarse en 1990, cuando tomó contacto con Judson Miller, uno de los asesores de Harold Washington. Hablamos de una figura especial dentro de la política de Estados Unidos, ya que fue primer alcalde negro de Chicago y uno de los políticos más respetados de las últimas décadas a nivel local. Barack Obama se entendía bien con él, y su influencia fue tal que. Con el paso del tiempo, Miller llegaría a convertirse en uno de los pilares de la campaña electoral de Obama, aportándole consejos muy valiosos y sirviendo de padrino en los primeros compases de su carrera política. En Chicago se labró un nombre y forjó amistades que, más tardes, serían fundamentales en su posición interna dentro del Partido Demócrata.

Hoy le digo que los retos que enfrentamos son reales. Son serios y son muchos.

En 1991 ingresó en la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachussets) para ampliar sus estudios superiores, y allí fue elegido primer presidente negro de la Harvard Law Review, una reputada publicación estudiantil tras graduarse con honores, regresó a Chicago y trabajó como abogado especializado en derechos sociales, tejiendo fuertes vínculos con las comunidades cristianas y afroamericanas de la ciudad. El paso que muchos historiadores y biógrafos consideran fundamental se produjo en 1996. Con el apoyo y el padrinazgo del juez Abner Mikua y de Emil Jones, líder demócrata afroamericano en el Senado de Illinois, Obama fue elegido miembro de la cámara estatal por el Partido Demócrata. Se convirtió en el responsable y el representante del distrito de Hyde Park, un lugar en el que ya destacó por sus convicciones liberales e idealistas y por su carisma en debates.

Siempre he creído que la esperanza es ese sentimiento tenaz en nuestro interior que insiste, a pesar de que todo indique lo contrario.

La fe no significa que no tengas dudas.

Su salto al Congreso de los Estados Unidos no tardaría en llegar. Obama tenía la seguridad de que podría aspirar a sustituir a Bobby Rush, célebre líder de los Panteras Negras de Illinois, mediante la captación de su electorado en base a sus convicciones y sus discursos. Lo intentó en el año 2000 y terminó con un fracaso enorme: acabó siendo doblado por Rush en número de votos. A la postre confesaría que dicho hecho lo dejaría tocado, ayudándolo a comprender que no todo en esta vida es imagen. Durante los cuatro años siguientes, se dedicó a afianzar su electorado y a conocer a sus votantes y sus verdaderas preocupaciones. En 2004 se involucró en el clima político de Washington, aprendiendo de cerca de grandes figuras del Partido Demócrata, como John Kerry y Ted Kennedy, auténticos pesos pesados. Gracias al apoyo de éstos y al de su electorado, rápidamente fue elegido representante nacional en la Convención Demócrata de Boston de 2004. Allí se consagró como figura y líder, venciendo a Jack Ryan, candidato republicano, por la representación del Estado de Illinois. En una campaña agria, en la que Ryan acabó involucrado en un sonoro escándalo sexual, Obama se puso a su rival político, convirtiendo así en el quinto afroamericano que accedía al Congreso de Estados Unidos y en el segundo por el Partido Demócrata.

Siempre hemos comprendido que cuando los tiempos cambian tenemos que cambiar nosotros.

La grandeza nunca es un regalo. Debe ganarse.

Obama supo aprovechar su tiempo como congresista. Durante los tres años previos a su nominación como candidato demócrata a presidir el país, se involucró en campañas por la reforma del control de la venta de armas y buscó fomentar la transparencia en el uso de los fondos federales. Ahí fue donde acudió a lo que sería su leitmotiv: el cambio. Se centró en el uso del diálogo, de la implicación política en los problemas real y en el protagonismo de la acción diplomática en detrimento del recurso a la fuerza. En febrero de 2007, presentaría su candidatura a las elecciones primarias del Partido Demócrata, imponiéndose a Hillary Clinton, esposa del ex presidente Bill Clinton, que partía con ventaja. Obtuvo una victoria justa, pero se impuso a la favorita. El 3 de junio de 2008, se confirmó como el candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, enfrentándose a John McCain, candidato republicano, y con el que tuvo varios y duros enfrentamientos.

No me opongo a todas las guerras, me opongo a una guerra estúpida.

El progreso, como ocurre desde hace más de dos siglos, es irregular. No siempre es una línea recta. No siempre es un camino llano.

Es aquí cuando todo cambia. La campaña de Obama fue muy distinta y especial, aglutinando a diferentes segmentos de población entre sus objetivos primordiales y afianzándose en convencer a su electorado en las redes sociales. El mensaje de renovación y esperanza, símbolos desde el inicio de su carrera, caló entre el electorado. Consiguió aumentar su distancia con McCain, encandiló a la población con discursos emotivos y muy necesarios en el inicio de la crisis económica mundial, y finalmente, se impuso en las elecciones del 4 de noviembre con un 64'9 % de los votos. Su mandato estaba a punto de comenzar. Un mandato que se centraría en la retirada de las tropas de Irak, en la reducción del armamento nuclear y en la construcción de un proceso de paz en Oriente Medio que sería culminado por Donald Trump en su posterior mandato. El ganador del Nobel de la Paz, se consagró como líder mundial gracias al fomento de la lucha contra el cambio climático y al intento de renovación sanitaria y económica en Estados Unidos con las leyes de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible o la Ley Dodd-Frank de reforma financiera y de protección de los consumidores.

Una gran nación tiene que proteger a los vulnerables.

Uno de sus mayores hitos, pese a su promesa de la retirada de las tropas de Irak, se produjo el 1 de mayo de 2011. Obama anunció que las fuerzas especiales de la Armada Estadounidense (miembros del DEVGRU de los Navy SEALS) había matado al terrorista Osama bin Laden en Pakistán, poniendo fin al autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre en suelo americano y finalizando una etapa de la lucha contra el terrorismo islámico. Sus progresos y logros son muchos, pese a que sus detractores no ven más allá de sus fracasos. Reelegido tras un primer mandato de ilusión, Obama es a día de hoy uno de los líderes mundiales más respetados y considerados en el panorama internacional.

No podemos confundir absolutismo con principios, o sustituir espectáculo por política, o tratar los insultos como un debate razonable.

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