Cuanto menos es curioso el contexto en el que se estrena 'El eternauta' en Netflix, con España saliendo de un apagón absoluto que se inició el 28 de abril a las 12.30 horas (hora peninsular española), generando con ello el caos entre la población: sin internet, ni luz, ni la posibilidad de volver a casa en transporte público. La serie de Bruno Stagnaro con Ricardo Darín llega a nuestro país, y a Europa, en el momento idóneo, en un contexto que rima con el apocalipsis al que se enfrentan los ciudadanos de Argentina en este oscuro e inquietante relato que va de más a menos.
'El eternauta' es la serie de ciencia ficción perfecta para ver tras el apagón de España y parte de Europa: Ricardo Darín protagoniza el nuevo apocalipsis de Netflix
'El eternauta' arranca durante una noche de verano en Buenos Aires, cuando una misteriosa nevada mortal acaba con la mayor parte de la población y deja aisladas a miles de personas: sin electricidad, sin comunicación y sin red. El relato, basado en la novela gráfica homónima de Héctor G. Oesterheld, lo conocemos a grandes rasgos y no se presenta ninguna novedad en lo que atañe a lenguaje y fórmula dentro del género en el que se enmarca, pero su desarrollo, atmosfera e inmersión narrativa es lo que hace que la serie de Darín merezcala pena.
Stagnaro y Ariel Staltari son conscientes de que 'El eternauta' no cuenta con la carta de originalidad a su favor, y de hecho incluso actualmente debe lidiar con otros competidores como 'The Last of Us' y la temporada 2 de 'The Walking Dead: Dead City', que de un modo u otro también recrean el apocalipsis con la humanidad teniendo que hacer frente a un peligro que pone en riesgo su existencia, obligando a que los supervivientes se las ingenien para buscar recursos, armas, víveres y un lugar seguro donde perdurar.

Lo que hace que 'El eternauta' merezca la pena en medio de ese mare magnum de producciones apocalípticas es, justamente, el cómo lanza al espectador dentro de esa misteriosa nevada que acaba con la vida de todo aquel que toca solamente un copo de nieve con una parte de su cuerpo; el miedo a lo desconocido, la pérdida de control, la impotencia y la falta de información impulsan al elenco principal a un terreno interpretativo hostil, nervioso e inquieto que hace vibrar la puesta en escena. Todo bañado en una fotografía que, por momentos, no tiene nada que envidiar a parte de la filmografía de M. Night Shyamalan, una de las grandes influencias de la ficción.
El estilo del director de 'El sexto sentido' y 'El incidente' es muy palpable a medida que avanza la historia y, durante su recta final, 'El eternauta' abraza sin miedo los atrevimientos del también responsable de 'El sexto sentido' para convertir su pesadilla invernal (en pleno verano) en algo totalmente diferente. Ahí, precisamente, es cuando la serie de Netflix pierde el norte, descarrila y se aleja de aquello que la hacen interesante para abrazar los estilemas puramente hollywoodienses, con hasta reminiscencias a 'Starship Troopers'.

Si bien es cierto que el computo global deja buen sabor de boca, y más para aquellos que disfrutamos de buenas historias de supervivencia y seguimos tragándonos 'The Walking Dead' sin parar, la serie de Bruno Stagnaro presenta un buen inicio y un nudo sólido, pero todo se hunde con un desenlace un tanto arcaico que rompe con la valentía de concepto apocalíptico que inicia el fin del mundo: un supuesto desastre medioambiental cargado de nieve tóxica. En cuanto empiezan los tiroteos, 'El eternauta' se vuelve un producto común en su género. Pero, hasta ese momento, es un título extraordinario con interpretaciones soberbias.