Wonder Woman es más fuerte, salvaje y poderosa que nunca en la línea Absolute DC, convirtiéndose en un personaje clave dentro de una nueva serie de cómics que nos narra un mundo moldeado por Darkseid y que pronto serán editados por Panini en España.
Su combinación de fuerza sobrehumana y dominio de la magia la han convertido en un auténtico torbellino de poder. Pero cuidado, que el arma que acaba de recibir en Absolute Wonder Woman #5 redefine su arsenal clásico de una manera que ni siquiera sus más formidables habilidades habían logrado hasta ahora. Y no hay comparación posible. ¿La pega? James Gunn y Warner todavía no le han dado un proyecto de película al personaje y es un grave error.
Wonder Woman desata su poder en los cómics de DC mientras James Gunn la ignora en el cine
Mientras Warner y Gunn se enfrentan a graves problemas con el estreno de Superman, en los tebeos de la Mujer Maravilla la cosa es muy distinta. La historia del nuevo tebeo arranca con Circe entregando a Diana una nueva arma, cuyo nombre, traducido, significa Sacrificio. Se trata de un lazo de energía verde que otorga a su portadora la capacidad de transformar cualquier cosa que sujete en algo completamente distinto.

El principio es sencillo: la naturaleza de la transformación depende del objeto en cuestión. El primer uso del lazo en combate no resulta precisamente fluido. Diana se siente incómoda con la brutalidad inherente al arma, ya que su poder radica en la Transmogrificación. Para ella, este nivel de fuerza parece excesivo, pero Circe insiste en que su alumna debe estar preparada para los desafíos que se avecinan.

Hécate refuerza este argumento, dejando claro que habrá batallas en las que no bastará con la diplomacia o la destreza marcial. Diana no tiene más opción que aceptar el entrenamiento de Circe para comprender el verdadero alcance de su nuevo poder. Cuando se enfrenta al Tetracida, una abominación de múltiples ojos, la amazona busca una forma de derrotarlo.
La respuesta le llega con claridad: si el lazo transforma aquello que sostiene, entonces la clave es convertirse en el propio vehículo de la transformación. Con esa resolución, Diana desata todo el potencial del arma y se metamorfosea en la legendaria Medusa, su cuerpo adoptando la serpenteante cola y la cabellera de víboras de la criatura mitológica.

El giro es demoledor. El Tetracida, incapaz de apartar la mirada, sucumbe a su propio destino: convertido en piedra ante la mirada de la nueva Gorgona. Pero el problema no termina ahí. Diana sigue siendo Medusa, atrapada en la forma de la bestia. Solo un ciego Steve Trevor, con palabras de aliento, logra devolverla a su estado original. El lazo de Transmogrificación es un arma con riesgos evidentes: su poder puede consumir a quien lo empuñe.
Sus posibilidades son casi ilimitadas, permitiendo a Wonder Woman adaptarse a cualquier escenario y adversario. En un mundo donde las leyendas y la realidad se entrelazan, Diana ha encontrado una herramienta capaz de traer los mitos a la vida, incluso a costa de su propia identidad. Ni su espada gigantesca, ni su magia, ni su Pegaso lanzallamas, ni su brazo encantado se comparan con el potencial de esta reliquia. Y todo apunta a que este no será el último truco que nos muestre su nuevo lazo. ¿Por qué James Gunn no le da una oportunidad a Wonder Woman en el cine?
El renacer de Wonder Woman en los cómics deja en evidencia un vacío cada vez más difícil de ignorar: la falta de una visión clara para Diana en el cine. Mientras Batman y Superman ya tienen nuevas versiones bajo el mando de James Gunn, la amazona sigue relegada a la incertidumbre, sin películas ni series anunciadas en su nuevo DCU. Con su potencial narrativo y su creciente poder en las viñetas, es incomprensible que Warner y DC Studios no apuesten por ella. Wonder Woman merece mucho más que el olvido estratégico al que parece condenada en la gran pantalla.