Will Smith lleva dos años caminando por una cuerda floja. Desde que abofeteó a Chris Rock en los Oscar de 2022, el actor de El príncipe de Bel-Air ha visto cómo su imagen pública se tambaleaba y cómo algunos de sus proyectos más ambiciosos quedaban en pausa. Pero Bad Boys: Ride or Die ha demostrado que el público sigue dispuesto a verle en pantalla, al menos cuando hace lo que mejor sabe: acción y carisma a raudales.
En medio de este proceso de redención, Smith se había comprometido con Sugar Bandits, un thriller de acción con 80 millones de presupuesto, basado en la novela Devils in Exile de Chuck Hogan —autor de The Town y cocreador de The Strain junto a Guillermo del Toro—. El propio Hogan firmó el guion y Stefano Sollima (Sicario: El día del soldado, Suburra) se sentaría en la silla del director. El plan era rodar en Montreal en los próximos meses con Smith como única gran estrella del reparto. Pero ha decidido abandonarlo todo.
Will Smith deja atrás un prometedor thriller mientras sigue reconstruyendo su legado en Hollywood
La historia no podía ajustarse más a su perfil: un exsoldado de élite que lidera a un grupo de justicieros dispuestos a borrar del mapa al narcotráfico de Boston. Es entonces cuando descubre que su guerra personal no es tan limpia como creía. Todo estaba en marcha, pero algo se torció. Según Deadline, Smith abandonó el proyecto por "conflictos de agenda", aunque seguirá vinculado como productor a través de Westbrook Studios, su compañía.
Y lo cierto es que razones no le faltan. Smith tiene ahora mismo media docena de películas en desarrollo: desde la esperada secuela de Soy leyenda hasta The Council, un true crime ambientado en el Harlem de los 70, pasando por comedias y thrillers.
Su agenda vuelve a estar llena y Sugar Bandits se ha quedado sin su mayor atractivo, aunque no son pocos los que creen que habría encajado en su planteamiento. Parece que Smith prioriza y se rearma. Hollywood no olvida fácilmente pero tampoco da la espalda a quien aún sabe cómo llenar salas.















