El clima político y social es más inestable que nunca. Mientras los expertos advierten de unos años turbulentos por las amenazas de Rusia, el general Ben Hodges, excomandante del Ejército de EE. UU. en Europa entre 2014 y 2017, una figura clave en el análisis estratégico de la seguridad del continente europeo, advierte: las cosas van a ir a peor en los próximos tiempos y la presencia militar estadounidense se verá disminuida por motivos políticos y estratégicos.
Su mensaje, en consonancia con las recomendaciones de la Unión Europea a sus ciudadanos, demuestra su larga experiencia en estas lindes. Hablamos de un militar cuya carrera comenzó en 1980, llevándolo a participar en importantes operaciones internacionales, como Tormenta del Desierto, Bosnia, Kosovo y Afganistán, jugando un papel crucial en la consolidación de la OTAN en Europa del Este tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.
Con una visión clara de las amenazas rusas, ha sido un firme defensor de una presencia militar robusta de EE. UU. en la región, abogando por el envío de tropas y equipos a países como Polonia y los Estados bálticos. Su advertencia es clara y directa.
Un general retirado de EE. UU. advierte sobre el futuro de Europa: "Ese tiempo ha llegado a su fin"
A lo largo de su carrera, Hodges ha criticado la actitud expansionista de Rusia y la respuesta tardía de Occidente ante la invasión de Ucrania en 2022, defendiendo el suministro de armas avanzadas para enfrentar la agresión rusa. En los últimos meses su preocupación se ha ampliado, centrando ahora su atención en la posible retirada o reducción de las tropas estadounidenses en Europa, una medida que, según él, podría tener consecuencias devastadoras para la seguridad del continente y la disuasión frente a Rusia.
Actualmente, las fuerzas estadounidenses en Europa suman entre 70.000 y 90.000 efectivos, una cifra mucho menor que los más de 400.000 desplegados durante la Guerra Fría. Un informe del Instituto Económico Alemán (IW Colonia) advierte que Europa podría tardar entre 10 y 12 años en reemplazar las capacidades militares de Estados Unidos, lo que refleja el impacto estratégico que tendría una retirada.
El general Christopher Cavoli, comandante de las Fuerzas Estadounidenses en Europa y la OTAN, ha emitido una advertencia similar, subrayando la necesidad de mantener la presencia militar actual. La partida de Cavoli este verano plantea la duda sobre quién asumirá su puesto. Estados Unidos estaría evaluando la opción de un líder europeo al mando de la OTAN, un hecho que alteraría las dinámicas internacionales.
El debate sobre la reducción de las tropas estadounidenses se ha intensificado en las últimas semanas. Se ha especulado con una disminución de hasta 10.000 efectivos en Europa Central, especialmente en Polonia y Rumania, aunque el Gobierno de EE. UU. ha desmentido estos rumores. Los expertos aseguran que una retirada no solo debilitaría la seguridad de Europa frente a las amenazas externas, sino que también afectaría la propia seguridad estadounidense.
En este contexto, la política de defensa en Europa está tomando una dirección crucial. Cada vez son más países los que se están rearmando y mirando al futuro con nuevas armas y dispositivos. La reciente declaración del presidente Pedro Sánchez sobre el aumento del gasto en defensa, alcanzando el 2% del PIB, refleja el compromiso de España con la seguridad europea, haciendo caso a las críticas. Sin embargo, los analistas coinciden en que, a pesar de estos esfuerzos, la presencia de las tropas estadounidenses sigue siendo fundamental para garantizar la estabilidad y disuasión ante las amenazas globales.
