En tiempos convulsos, cuando la guerra vuelve a ocupar titulares y portadas, hay películas que resuenan con una fuerza especial. Y pocas lo hacen como Black Hawk derribado, una de las obras cumbre de Ridley Scott, autor de joyas como El reino de los cielos. El cineasta británico, que ha vuelto a arrasar en taquilla con Gladiator 2, dejó su sello indeleble en el género bélico con esta crónica brutal y milimétricamente coreografiada de la Batalla de Mogadiscio, un episodio tan real como sangriento que tuvo lugar en 1993.
Estrenada en 2001, la película ha envejecido con una dignidad incuestionable. Dos décadas después, sigue siendo un referente tanto para cinéfilos como para desarrolladores de videojuegos, como bien demuestra la campaña del nuevo Delta Force inspirada en los mismos acontecimientos. No es casualidad: Black Hawk derribado sigue considerándose, por muchos, como el retrato más fidedigno de la guerra moderna jamás rodado.
Un exmilitar destaca la película bélica más realista, dirigida por Ridley Scott: "Es impecable, casi perfecta, salvo por un pequeño error"
Y ahora, ese veredicto ha sido ratificado por una voz con autoridad. Bob Keller, exmiembro de los Delta Force, uno de los cuerpos más entrenados y letales del ejército estadounidense, ha revisitado el filme para Insider y le ha otorgado una nota sobresaliente: 9 sobre 10. En su análisis, destaca la precisión táctica, el realismo de las maniobras y la fidelidad con la que se representa no solo la operación, sino el espíritu mismo de las Fuerzas Especiales.
“La misión era capturar a un HVI —un individuo altamente valioso—, exactamente como lo haríamos nosotros”, explica Keller, al tiempo que elogia el retrato que la película hace de los Delta Force. “Si necesitas a los mejores, son los que llaman para estos trabajos”, sentencia con convicción. Para él, Black Hawk derribado no solo acierta en el tono, sino que respira verdad en cada plano.

Keller también destaca la inclusión de los Rangers, otro de los cuerpos presentes en la operación, y aplaude la representación de sus dinámicas de combate. “Aunque no es habitual desplegar todo un batallón, en ocasiones ocurre. Y lo han mostrado de forma muy precisa”, afirma, subrayando el rigor de la puesta en escena.
Ese realismo fue posible, en parte, gracias a la colaboración del Rey de Marruecos durante el rodaje. Scott no solo tuvo acceso a helicópteros Black Hawk y Night Birds reales, sino que contó con la participación de 125 soldados marroquíes entrenados como Rangers para filmar las escenas de combate. Un lujo de producción que elevó la autenticidad del conjunto y que Keller no pasa por alto: “Los pilotos del 160 y sus helicópteros, tal y como aparecen en la película, son exactamente los que usamos. Esa escena es 100% real”, asegura.

¿El único pero? Una cuestión de jerga militar. “Lo único que me desconcertó fue que usaran la palabra ‘extracción’. Nosotros decimos ‘Xfill’. Pero si estás sacando a alguien bajo fuego enemigo, se entiende”, comenta con una sonrisa, reconociendo que el detalle es menor frente al conjunto.
Ese matiz no empaña en absoluto el legado de Black Hawk derribado, que tras casi un cuarto de siglo sigue brillando como una de las cimas del cine bélico contemporáneo. Y ahora, con la bendición de una leyenda del ejército estadounidense, la película de Ridley Scott se reafirma como algo más que una gran superproducción: un testimonio casi documental sobre la guerra, sus sombras y sus héroes.