José Elías ha vuelto a dejar claro que, cuando se trata de dinero, prefiere el cálculo frío a la tradición. El empresario español abordó su negativa a participar en la Lotería de Navidad durante una charla en su pódcast Búscate la vida, donde explicó con bastante claridad por qué nunca ha comprado un décimo y por qué no piensa hacerlo ahora.
José Elías, empresario español de 49 años: "La Lotería de Navidad es un timo; yo nunca participo, últimamente apenas ganas unas migajas"
Lejos de apelaciones supersticiosas o discursos emocionales, su postura nace de un análisis puramente racional. Para Elías, el sorteo navideño no tiene sentido desde un punto de vista financiero: las probabilidades son mínimas, el retorno esperado es bajo y el atractivo real del premio se diluye cuando se observan los números con detenimiento. En su opinión, el sistema está diseñado para sostener la ilusión colectiva más que para beneficiar al jugador medio.
@blvpodcast “Nunca compro lotería, no estoy de acuerdo como se reparten las comisiones con los loteros” #blv #podcast #loteria #comisiones ♬ sonido original - Búscate la vida
El empresario también pone el foco en la estructura que rodea al negocio de la Lotería de Navidad. Considera que se trata de una maquinaria extremadamente rentable para el Estado y cuestiona cómo se reparte el dinero que mueve el sorteo, mostrando especial escepticismo con el papel de los intermediarios. Según Elías, los loteros no salen tan bien parados como podría parecer a simple vista, pese a ser una pieza clave del engranaje.
Uno de los puntos más críticos de su discurso tiene que ver con la diferencia entre la expectativa creada y la realidad del premio. Cuando no se alcanza un gran bote, muchas de las cantidades que se reparten apenas compensan el gasto inicial, algo que, según él, genera una falsa sensación de ganancia. A esto se suma el impacto de la fiscalidad, que termina de restar atractivo a los premios menores.
Elías compara esta dinámica con otros juegos de azar, como el bingo, donde percibe probabilidades más claras de recuperar parte de lo invertido. No porque sean una mejor opción, sino porque al menos el jugador entiende mejor a qué se enfrenta. En definitiva, su rechazo a la Lotería de Navidad no es una provocación, sino una conclusión lógica: cuando las cuentas no salen, la tradición pesa poco.
