Ubicada en el Bolsón de Mapimí, una vasta extensión desértica entre los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua, en México, la denominada "Zona del Silencio" ha sido fuente de especulación y misterio durante décadas. Se le atribuyen fenómenos inexplicables, desde la supuesta imposibilidad de transmitir señales de radio hasta anomalías magnéticas que desconciertan a científicos y curiosos por igual, al igual que avistamientos ovnis. Sin embargo, ¿Qué hay de cierto en estas afirmaciones y qué dice la ciencia al respecto?
Una prueba estadounidense cayó en la región en 1970
Las leyendas en torno a esta zona comenzaron a consolidarse en la década de 1970, cuando un cohete de prueba estadounidense Athena RTV V123D para pruebas balísticas de la NASA, lanzado desde Utah, perdió su trayectoria y terminó cayendo en este sector del desierto. Al recuperar los restos, los investigadores supuestamente detectaron alteraciones magnéticas en el área, lo que alimentó la idea de que las ondas de radio no podían propagarse con normalidad.
Además, relatos previos, como el del aviador Francisco Sarabia en los años 30 y el ingeniero Harry de la Peña en los 60, señalaron fallas en sus dispositivos electrónicos en la misma región. Estos antecedentes sentaron la base de lo que con el tiempo se convertiría en un mito arraigado en la cultura popular mexicana. Pero la ciencia tiene otra versión. Geólogos y expertos en electromagnetismo han analizado la zona y no han encontrado evidencia de anomalías magnéticas inusuales.
Se han realizado pruebas actuales y han demostrado que no existen zonas de silencio distintas a las de otros desiertos
Estudios de gravimetría y magnetometría llevados a cabo por PEMEX y otras instituciones han descartado la existencia de masas ferromagnéticas subterráneas capaces de afectar brújulas o señales de radio. Es decir, la zona que lleva años desconcertando a los científicos tiene algunos mitos alrededor que no son tal. Además, las pruebas realizadas con distintos equipos de comunicación han demostrado que no existen zonas de silencio en esta región distintas a las que podrían encontrarse en cualquier otro desierto con topografía similar.

¿Hay más meteoritos en la zona?
Otro punto de debate ha sido la supuesta abundancia de meteoritos en la zona, un hecho que ha sido exagerado en el imaginario colectivo. Si bien es cierto que en 1969 fragmentos del meteorito Allende fueron hallados en el estado de Chihuahua, esto no significa que la Zona del Silencio sea un imán de cuerpos celestes. La presencia de fósiles marinos en el área, que algunos interpretan como indicios de una mutación geológica extraordinaria, es en realidad testimonio de que la región estuvo sumergida en el Mar de Thetis durante la era Mesozoica, como lo confirman los registros geológicos de otras áreas desérticas de México.

Además, en la zona existen recorridos guiados que invitan a conocer la biodiversidad de la región, donde habitan especies adaptadas a las condiciones extremas del desierto, como la tortuga del desierto y la icónica cactácea Opuntia violácea, cuyo color morado es una respuesta natural al estrés ambiental.