Sam Altman, tras hablar sobre la desaparición de trabajos sobre la irrupción de la inteligencia artificial, ha dado un golpe sobre la mesa en el mundo de la tecnología: OpenAI ha completado una venta de acciones que eleva su valoración a 500.000 millones de dólares, superando a SpaceX y consolidándose como la startup más valiosa del mundo.
Sí, se trata de un hito que marca un antes y un después en la carrera de las grandes empresas de innovación, y que le hace anotarse un punto en la personal lucha que mantiene con Elon Musk. La venta de acciones involucró a empleados actuales y antiguos de OpenAI, que pusieron en el mercado aproximadamente 6600 millones de dólares.
Entre los compradores se encuentran inversores de renombre como Thrive Capital, SoftBank, Dragoneer, MGX (Abu Dhabi) y T. Rowe Price. Esta operación eleva la valoración de la compañía desde los 300.000 millones de dólares que había alcanzado en una ronda previa liderada por SoftBank, confirmando la acelerada escalada de OpenAI en los últimos meses.
Sam Altman y ChatGPT superan a Elon Musk: la startup más valiosa del mundo deja atrás a SpaceX
El crecimiento de OpenAI refleja el enorme interés que despierta la inteligencia artificial. Productos como ChatGPT han transformado la manera en la que empresas y usuarios interactúan con la tecnología, mientras que inversiones estratégicas de gigantes como Microsoft refuerzan su posición de liderazgo. A pesar de que la empresa aún no es plenamente rentable, los inversores apuestan por su capacidad de definir el futuro del sector digital.
Superar a SpaceX en valoración no es solo un símbolo o una victoria a nivel personal para el propio Altman: es un reflejo de cómo la tecnología y la innovación están cambiando el mapa del poder económico global. Mientras SpaceX sigue siendo un referente en la industria aeroespacial, OpenAI demuestra que la inteligencia artificial se ha convertido en la gran protagonista de esta nueva era tecnológica. Con estas cifras, se demuestra que OpenAI no solo rompe récords de valor: redefine la ambición y la percepción de lo que una startup puede alcanzar en pleno siglo XXI.











