El fondo de nuestros océanos, durante mucho tiempo más misterioso que la Luna, acaba de ser revelado como nunca antes gracias al proyecto SWOT (Surface Water and Ocean Topography), una colaboración entre la NASA y la agencia espacial francesa CNES. Los científicos han identificado casi 100.000 montañas sumergidas —montes submarinos—, más del doble de las registradas previamente.
Un mapa oculto bajo el mar
Este avance revoluciona la cartografía marina y transforma nuestra percepción del paisaje abisal terrestre. Hasta ahora, el estudio del lecho oceánico dependía de lentos escaneos con sonar desde buques, lo que dejaba enormes zonas sin mapear. El satélite SWOT escanea el 90% del planeta cada 21 días, midiendo con una precisión milimétrica las variaciones en la altura del agua que revelan la presencia de estructuras bajo la superficie.
El geofísico David Sandwell, del Instituto Oceanográfico Scripps, lidera la integración de estos datos para construir el primer mapa verdaderamente global del fondo marino. Estos montes submarinos no son simples formaciones geológicas: actúan como oasis de vida en zonas oceánicas que, de otro modo, estarían desiertas. Al concentrar nutrientes y atraer peces y otros organismos, juegan un papel crucial en la biodiversidad marina.
Biodiversidad, estrategia y el nuevo tesoro azul
Además, su ubicación precisa puede tener consecuencias geopolíticas y económicas, al ser potenciales reservorios de recursos minerales estratégicos Conocer la orografía del fondo oceánico es también una ventaja táctica y científica: mejora la navegación, el modelado de corrientes y hasta las capacidades de detección submarina.
There are better maps of the Moon’s surface than of the bottom of the ocean.
— NASA Earth (@NASAEarth) March 28, 2025
But now, the SWOT mission has delivered one of the most detailed maps yet of the ocean floor! More accurate maps help improve navigation and our understanding of deep-sea currents and tides. pic.twitter.com/30KS3zZZxj
Por eso, este hallazgo va más allá del conocimiento puro y se convierte en una herramienta vital para la seguridad marítima, la economía azul y el transporte global sostenible.
Aunque aún queda trabajo por hacer, los científicos creen que estamos más cerca que nunca de cartografiar el planeta bajo las olas. “No llegaremos a 2030 con todo el fondo marino trazado por buques, pero SWOT nos acercará como nunca a ese objetivo”, afirma Sandwell. En plena carrera por explorar y proteger los océanos, este mapa submarino podría ser uno de los legados científicos más trascendentales de nuestro tiempo.















