Durante los años noventa, en pleno auge de su carrera pero también en medio de una creciente necesidad por controlar su imagen pública, Michael Jackson concibió una idea que rozaba lo surrealista: comprar Marvel Comics. Lo que parecía una ocurrencia extravagante escondía una obsesión personal profunda.
Quiso comprar la oportunidad de interpretar a Peter Paker
El cantante quería interpretar a Spider-Man, su superhéroe favorito, y la única forma de lograrlo —dado que los derechos cinematográficos eran prácticamente inaccesibles— pasaba, literalmente, por adquirir la compañía que lo había creado.
La historia, confirmada años después por su sobrino Taj Jackson y por el mismísimo Stan Lee, fundador y rostro emblemático de Marvel, revela que Jackson llegó a mantener conversaciones serias sobre la posibilidad de adquirir la editorial. Su motivación no era construir un emporio de entretenimiento —como luego haría Disney—, sino algo más íntimo: encarnar a Peter Parker y explorar la dualidad del superhéroe adolescente, una figura con una identidad pública y otra secreta. Una narrativa que, de hecho, resonaba con la suya propia como estrella global perseguida por los medios.
El contexto financiero de Marvel por aquel entonces parecía propicio para una propuesta así. En 1996, la editorial se declaró en bancarrota, lo que la dejó vulnerable a fusiones y adquisiciones. La idea de ceder la empresa a una figura tan mediática como Jackson no resultaba descabellada, especialmente considerando el perfil de celebridades que comenzaban a dominar Hollywood. Sin embargo, Marvel terminó fusionándose con ToyBiz, lo que cerró la puerta a una posible venta al Rey del Pop y enterró definitivamente el proyecto.
Un Peter Parker cantante y de más de 40 años
Aunque nunca se concretó ni siquiera un guion formal, Stan Lee reconoció que se exploró el concepto de una película con Jackson como protagonista. El cantante habría tenido ya más de 40 años cuando se retomó la franquicia cinematográfica en 2002 con Tobey Maguire, lo que hacía poco creíble su encarnación como el joven Peter Parker, por lo que no era una idea plausible para Lee. Aun así, este declaró años después: “Michael habría sido muy bueno. Pero debo decir que Tobey Maguire estuvo maravilloso”. Sus palabras resumen el respeto por la pasión de Jackson, aunque reconocen la distancia entre la visión artística y la viabilidad cinematográfica.
Quizás no existiría el UCM tal como lo conocemos. Lo que queda, más allá de la especulación, es el retrato de un artista que no solo revolucionó la música, sino que soñó con redibujar las fronteras entre ídolo pop y superhéroe.















