En 1987, Depredador (Predator) se convirtió en uno de los títulos más emblemáticos del cine de acción y ciencia ficción, consolidando a Arnold Schwarzenegger como una estrella capaz de ir más allá de Terminator. En la cinta, dirigida por John McTiernan, el actor austriaco encarnaba a Dutch, el líder de un grupo de mercenarios contratados por la CIA para una misión de rescate en la selva centroamericana.
Lo que empezaba como un enfrentamiento contra guerrilleros humanos se transformaba en una cacería letal contra un enemigo extraterrestre invisible y tecnológicamente superior. El duelo final entre Dutch y la criatura se convirtió en una secuencia icónica que marcó el género y dejó al personaje como un claro candidato a regresar en una secuela.
La ausencia en la segunda entrega
Por eso, cuando el estudio anunció Depredador 2 a comienzos de los noventa, muchos daban por hecho que Schwarzenegger retomaría su papel. Sin embargo, el actor declinó la propuesta, algo que durante años alimentó rumores y teorías entre los fans. En una sesión de preguntas y respuestas en 2015, la propia estrella de Terminator aclaró que su decisión no fue solo económica: también tuvo que ver con su visión crítica sobre cómo Hollywood gestiona las franquicias. “A veces los estudios hacen un gran trabajo con las secuelas y a veces las arruinan por completo… y todo tiene que ver con la avaricia”, señaló, según recoge The Hollywood Reporter, lamentando que en demasiadas ocasiones las continuaciones se planteen con presupuestos recortados y sin el equipo artístico adecuado.
La versión del productor
No obstante, años antes, el productor John Davis había dado una explicación más directa y concreta. En declaraciones a Collider, Davis aseguró que el acuerdo con Schwarzenegger se rompió por una diferencia de 250.000 dólares en el salario. Según su versión, todo estaba encaminado para que Dutch regresara, pero el desacuerdo económico acabó por cerrar la puerta. Davis no ocultó su pesar, afirmando que la ausencia de Arnold obligó a replantear la secuela, que trasladó la acción de la selva a la ciudad y presentó a un nuevo protagonista, interpretado por Danny Glover.
Un cambio de rumbo para la franquicia
Depredador 2 (1990) mantuvo la premisa de la cacería alienígena, pero apostó por un tono más urbano y violento, ambientando la trama en un Los Ángeles distópico y sofocante. Aunque la película ha ganado un estatus de culto con el tiempo, en su estreno recibió críticas dispares y muchos espectadores sintieron la ausencia de Dutch como un vacío difícil de llenar. La decisión de no contar con Schwarzenegger no solo afectó al tirón comercial de la cinta, sino que marcó un punto de inflexión en la saga, que a partir de entonces experimentó continuas reinvenciones, crossovers y reinicios con resultados irregulares.
Pese a sus críticas, el tiempo parece haber suavizado la relación de Schwarzenegger con la franquicia. Prueba de ello es su reciente cameo como Dutch en Predator: Asesino de asesinos, una producción animada que recupera al personaje décadas después.















