La aclamada actriz francesa Isabelle Huppert protagoniza La condesa sangrienta, una película que promete redefinir el cine de vampiros con un enfoque artístico y provocador. Dirigida por la influyente cineasta alemana Ulrike Ottinger, la cinta se inspira en la enigmática figura histórica de la Condesa Elizabeth Báthory, conocida por sus crímenes atroces en el siglo XVI, que la convirtieron en una de las figuras más oscuras del folclore europeo.
El guion, coescrito por Ottinger y la ganadora del Premio Nobel de Literatura Elfriede Jelinek, combina elementos de la historia con una narrativa contemporánea cargada de humor negro, según recoge Variety. La trama sigue a Báthory (Huppert) despertando de su letargo para embarcarse, junto a su leal criada (Birgit Minichmayr), en una búsqueda barroca por Viena en busca del elixir rojo de la vida. En su travesía se cruzan con personajes tan excéntricos como un sobrino vegetariano (Thomas Schubert), su psicoterapeuta (Lars Eidinger) y un par de vampirólogos, entre otros.
Un elenco de talentos europeos destacados
El reparto de la película cuenta con talentos europeos destacados como Minichmayr, Schubert, Eidinger y André Jung, quienes aportan una riqueza dramática que se suma a la presencia magnética de Huppert. La película también destaca por su imponente apartado visual, a cargo del cinematógrafo Martin Gschlacht, conocido por su trabajo en "The Devil's Bath", y del diseñador de vestuario Jorge Jara, cuyas creaciones acentúan la estética gótica y decadente de la historia.
Ottinger, considerada una pionera del Nuevo Cine Alemán, describe La condesa sangrienta como una obra que dialoga con el presente: "Este es el momento adecuado para que la Condesa despierte de su sueño profundo y saboree el presente. El mundo está al revés y los acontecimientos se repiten de forma inquietante", señala. Viena, con su atmósfera atemporal y su arquitectura histórica, se convierte en el escenario perfecto para este relato de intriga vampírica.

Una producción europea de alto nivel
La producción corre a cargo de Alexander Dumreicher-Ivanceanu de Amour Fou Vienna, Bady Minck de Amour Fou Luxembourg y Bettina Brokemper de Heimatfilm, quienes aportan su experiencia en cine de autor europeo. Magnify, la compañía responsable de la distribución internacional, presentará la película en el European Film Market (EFM), donde se espera que genere gran interés por su audaz propuesta.
Con La condesa sangrienta, Ottinger y Huppert no solo exploran la mitología vampírica, sino que también reflexionan sobre el poder, la inmortalidad y la obsesiva búsqueda de la belleza eterna, todo envuelto en una estética visual que promete ser tan hipnótica como perturbadora.
Lo de que guerra la condesa sangrienta está en entredicho según algunos historiadores
La condesa Elizabeth Báthory (1560-1614) es conocida como una de las asesinas en serie más infames de la historia. Según los testimonios recopilados tras su arresto en 1610, Báthory habría torturado y asesinado a cientos de jóvenes sirvientas en su castillo de Csejte, en la actual Eslovaquia. Relatos macabros sugieren que la noble húngara se bañaba en la sangre de sus víctimas para preservar su juventud, una leyenda que le valió el apodo de "La Condesa Sangrienta". Aunque estos crímenes la convirtieron en una figura de terror gótico, nunca fue sometida a un juicio formal; en cambio, fue condenada sin derecho a defensa y encerrada en una celda dentro de su propio castillo hasta su muerte.

Sin embargo, algunos historiadores modernos han puesto en duda la veracidad de estas acusaciones, sugiriendo que la historia de Báthory podría haber sido una maniobra política para despojarla de su poder y riqueza. En un contexto de rivalidades nobiliarias y un reino en crisis, su inmensa fortuna y su influencia en la región la convirtieron en un objetivo fácil para sus enemigos. Se ha argumentado que los testimonios en su contra fueron obtenidos bajo tortura y que la monarquía húngara, liderada por el rey Matías II, tenía un gran interés en deshacerse de ella sin manchar su reputación con una ejecución pública. De esta manera, la figura de Báthory oscila entre la historia y la leyenda, quedando en la memoria colectiva como un enigma sin resolver.