James Gunn ha decidido cortar una controvertida secuencia de Superman, su esperada reinvención del universo DC, después de que una proyección de prueba revelara un fuerte rechazo por parte del público.
En la escena en cuestión, el villano Ultraman golpeaba con brutalidad al perro Krypto, mascota superpoderosa de Superman. Según ha revelado la actriz Sara Sampaio en una entrevista para el canal Jake’s Takes, la violencia fue tan gráfica que muchos espectadores la consideraron innecesaria e incluso perturbadora.
Los primeros pases han provocado la censura
Aunque en los primeros avances ya se mostraba que Krypto tendría un papel activo en las escenas de acción, la dureza del enfrentamiento con Ultraman resultó ser un límite para el público. Gunn, que suele tener un olfato fino para el tono emocional de sus películas —como demostró en Guardianes de la Galaxia— optó por eliminarla del corte cinematográfico. La decisión no solo responde a la sensibilidad del espectador medio frente a cualquier atisbo de maltrato animal, aunque sea digital, sino también a la importancia emocional que el personaje de Krypto tiene para el director.
Krypto no es solo una mascota digital generada por CGI: está inspirado en el perro real de James Gunn, Ozu, al que adoptó de un refugio donde vivía junto a decenas de otros animales y con el que mantuvo una larga relación marcada por desafíos de comportamiento. Gunn ha contado en varias ocasiones que Ozu fue un punto de inflexión en su vida y que incluyó a Krypto como un homenaje personal. La perra que sirvió de modelo físico para Krypto en el rodaje se llama Jolene y ha participado también como doble de acción en otras producciones, lo que añade una capa de autenticidad al personaje canino.
La decisión de retirar la escena no parece haber afectado el entusiasmo por la película, que se estrenará el 11 de julio. De hecho, muchos fans agradecen que se priorice la empatía del público por encima del espectáculo. En esta entrega, Krypto se perfila como algo más que un compañero adorable: es un símbolo emocional y carismático que podría rivalizar en simpatía con el propio Superman, interpretado por David Corenswet. Este enfoque más sensible hacia los animales en el cine comercial resuena con las tendencias actuales de una audiencia que exige límites éticos incluso dentro del terreno de la fantasía.