Dakota Johnson se convirtió, sin querer, en un fenómeno viral gracias a su promoción tan honesta como catastrófica de Madame Web. No era tanto lo que decía, sino cómo lo decía. Aquel desplome taquillero fue una de esas catástrofes que uno ve venir en cámara lenta, y ella —junto a Sydney Sweeney— optó por no fingir. Ni entusiasmo ni compromiso. Lo suyo fue una confesión pública en directo: entrevistas donde se declaraba perdida, sketches en Saturday Night Live cargados de sarcasmo y, cómo no, frases que han quedado para la posteridad como aquella de “no encajaba en este mundo”.
“En esta industria a veces te apuntas a una cosa y, cuando te das cuenta, estás en otra completamente distinta. Y no es agradable estar en algo que acaba hecho pedazos”, confesó Johnson en su ronda promocional. Una actitud que recordó a la de Christian Bale renegando de Thor: Love and Thunder, aunque a su paso por Gotham no le puso ni una pega. Pues bien, parece que Rachel Brosnahan no está para esas.
Rachel Brosnahan lanza un dardo envenenado a quienes critican sus propias películas… ¿y si va por Dakota Johnson?
La actriz, que se enfunda el traje de Lois Lane en el nuevo Superman de James Gunn —que aterriza en cines el próximo 11 de julio—, ha dejado clara su postura en una entrevista para Interview Magazine junto a Amanda Seyfried. Aunque no menciona nombres, la sombra de Dakota Johnson sobrevuela sus declaraciones. Y no con cariño.
“Puedes notar cuándo alguien está haciendo estas películas con pasión, con curiosidad, con ganas", indica la intérprete. "No entiendo por qué algunos actores aceptan un proyecto solo para luego quejarse públicamente de él”, soltó sin titubeos. Lo dice alguien que está orgullosa de su participación en el nuevo DC. Brosnahan, además, parece harta de que se haya puesto de moda tirar por tierra el trabajo propio: “Hazlo o no lo hagas, pero si lo haces, apóyalo”.
Mientras tanto, Dakota Johnson sigue desmarcándose de Madame Web como si fuese un exnovio del que no quiere ni ver una foto. Hace apenas unas semanas culpó directamente a los productores, acusándolos de ahogar cualquier intención artística bajo decisiones tomadas “por comité”, por gente “sin un solo hueso creativo en el cuerpo, algo que no gustó en Sony. En resumen: una hizo la película y la defiende. La otra aún se pregunta por qué dijo que sí.
