WhatsApp ha dado un paso decisivo en su evolución con la llegada de Meta AI, su nuevo sistema de inteligencia artificial integrado, fácilmente reconocible por un distintivo círculo azul que empieza a aparecer en los móviles europeos. Este asistente, que funciona como un chatbot al estilo de ChatGPT, ya está disponible de forma gratuita para algunos usuarios, y se irá desplegando de manera progresiva durante las próximas semanas.
Su integración en la app de mensajería más usada del mundo supone no solo un cambio funcional, sino un intento claro de Meta por consolidarse como un actor relevante en la creciente carrera de la inteligencia artificial conversacional.
La principal ventaja de Meta AI es su acceso directo desde WhatsApp, sin necesidad de descargar aplicaciones externas ni suscribirse a servicios adicionales. Al pulsar el icono azul, ubicado en el botón de nuevo mensaje, se abre un chat privado con la IA, capaz de responder preguntas, traducir textos, ayudar con redacción, editar fotos e incluso ofrecer resultados de búsqueda a través de Bing.
Tecnología integrada y dilemas por resolver
Además, también se puede invocar en conversaciones grupales con el comando @Meta AI, lo que amplía su versatilidad como herramienta colaborativa dentro de chats cotidianos. Basado en el modelo de lenguaje LLaMA 3.2, Meta AI puede interpretar lenguaje natural sin necesidad de comandos específicos, una apuesta por la usabilidad que busca acercar la inteligencia artificial a un público masivo.
Esta IA, según datos de la propia Meta, ya cuenta con más de 700 millones de usuarios activos mensuales a nivel global. La compañía ha incorporado esta tecnología en Instagram, Messenger y Facebook, y ve en WhatsApp el campo de pruebas perfecto para medir su adopción antes de implementar nuevas funciones, como la generación de imágenes, que por el momento no estará disponible en Europa debido a la regulación sobre IA generativa.
Pero no todo son ventajas. Aunque se presenta como una herramienta intuitiva y poderosa, Meta AI también plantea nuevos retos en materia de privacidad y desinformación. Las conversaciones quedan registradas en los servidores de la compañía, y las respuestas generadas, como ocurre con cualquier otro sistema de IA, pueden contener errores o sesgos. Además, el icono azul no se puede desactivar ni eliminar, lo que ha generado ciertas críticas entre usuarios que preferirían mantener una experiencia de uso más tradicional.















