El actor Johnny Depp ha financiado con 65.000 de ayuda la reapertura de la escuela del CIM de Massanassa (Valencia), devastada por la DANA del 29 de octubre de 2024. La aportación se canaliza a través de su fundación y llega justo en el primer aniversario de la catástrofe, cuando el municipio sigue rehaciendo su tejido educativo y cultural. El centro perdió sede, archivo e instrumentos y ahora destinará el dinero a equipar y acondicionar el nuevo local social adquirido tras las riadas.
Las crónicas difieren en la moneda: parte de la prensa local y nacional habla de 65.000 euros, mientras que otras cabeceras publican 65.000 dólares. Más allá de la conversión, todas coinciden en el importe aproximado y en el destino del donativo: apuntalar la vuelta a la actividad docente y musical del CIM. La organización ha agradecido públicamente el gesto, que llega tras meses de trámites.
Moneda, cifra y destino del donativo
La gestión, según el propio CIM, se fraguó gracias a la intermediación del emprendedor Juan Luis Hortelano y se materializa ahora, con la transferencia ya cursada por una entidad estadounidense que tramita estas donaciones. El presidente del centro, Jesús Mateo, ha explicado que, aunque la ayuda es sustancial, no cubre todas las reformas pendientes y la asociación seguirá movilizando recursos para completar la reconstrucción.
El golpe de la DANA en la “zona cero” de l’Horta Sud fue profundo: además de locales culturales, el CEIP Lluís Vives quedó inservible y su reconstrucción estuvo marcada por incidentes, incluido el derrumbe de una estructura que causó un fallecido en noviembre de 2024. Un año después, la comarca sigue combinando duelo y obra pública, con alumnado reubicado y asociaciones culturales tratando de renacer. En ese paisaje, la donación de Depp funciona también como palanca simbólica.
Reconstrucción y contexto tras la DANA
No es la primera vez que el intérprete de Pirates of the Caribbean deja gestos de proximidad con España: ha pasado temporadas por compromisos profesionales y se ha dejado ver en iniciativas solidarias —incluidas visitas hospitalarias caracterizado como Jack Sparrow—, algo que facilita el encaje narrativo de la ayuda a Massanassa. En lo práctico, el CIM planea invertir la aportación en instrumental, insonorización y adecuación de espacios, los cuellos de botella que han frenado su reapertura plena.
Con cerca de 500 socios y más de un centenar de alumnos, el CIM es uno de esos vertebradores culturales típicos de la Comunidad Valenciana —taller, escuela, banda— cuyo regreso marca la normalidad tras la emergencia. Si la transferencia se consuma en los plazos previstos y las obras avanzan, la banda y la escuela podrían acelerar su regreso al calendario local. Queda, en todo caso, la agenda difícil: cerrar financiación para lo que no cubre la donación y sostener en el tiempo la actividad pedagógica.















