Durante mucho tiempo parecía que el récord de El juego del calamar era un muro imposible de derribar. La serie coreana había dejado el listón en 265,2 millones de visualizaciones, una cifra tan abrumadora que ni siquiera Miércoles —con sus 252,1 millones— logró alcanzar. Pero lo que pocos esperaban es que el golpe definitivo llegara desde otro fenómeno inesperado: Las guerreras K-Pop, la producción que ha convertido a Netflix en un auténtico escenario de récords.
Netflix sufre un vuelco histórico: ‘El juego del calamar’ cae del trono y un nuevo número 1 arrasa en el streaming
Lo curioso es que el ascenso de Las guerreras K-Pop, una película que adquirió a Sony por muy poco dinero, ya había dado señales de que podía ir más allá. Primero tumbó a Alerta roja para coronarse como la película más vista de la historia de la plataforma, y ahora ha hecho lo propio con el título más difícil de todos: la serie más vista de Netflix. Sus cifras hablan solas: 266 millones de visualizaciones en apenas 73 días, superando a El juego del calamar, que necesitó 91 para alcanzar sus 265,2 millones.
Y lo más impresionante es que su empuje no se ha frenado; en su undécima semana aún fue capaz de sumar 30,1 millones más, lo que apunta a que el horizonte de los 300 millones está cada vez más cerca. Todo esto nos deja ante un caso inaudito: una producción que, lejos de desinflarse con el paso de las semanas, sigue creciendo como si acabara de estrenarse. La lógica indica que la vuelta al colegio y la rutina podrían frenar ligeramente la avalancha de visualizaciones, pero incluso en ese escenario es muy probable que la cinta se mantenga entre los títulos más vistos del Top 10 de Netflix durante bastante tiempo.
La gran incógnita ahora no es si seguirá batiendo récords, sino hasta dónde llegará su escalada. Con 18 días aún por delante para que Netflix cierre su periodo oficial de conteo, la duda es si Las guerreras K-Pop firmará un número tan descomunal que, como ocurrió en su día con El juego del calamar, resulte casi impensable que alguien lo supere en el futuro inmediato. Lo que está claro es que el fenómeno no tiene techo y que la plataforma ha encontrado en él su nueva carta de presentación para el mundo.















