Tras 66 años de incógnita, el British Antarctic Survey (BAS) ha confirmado por análisis genético la identidad de unos restos humanos hallados en enero de 2025 en la bahía del Almirantazgo (isla Rey Jorge, Antártida): pertenecen a Dennis “Tink” Bell, geólogo de 25 años que desapareció en 1959 mientras trabajaba para el entonces Falkland Islands Dependencies Survey (FIDS).
El hallazgo lo realizó un equipo de la estación polaca Henryk Arctowski, que además recuperó más de 200 efectos personales —entre ellos una radio, un cuchillo sueco, bastones de esquí y un reloj con inscripción— preservados bajo el hielo y el sedimento del glaciar Ecology. Las muestras de ADN remitidas a Londres y cotejadas con familiares vivos cerraron definitivamente el caso, según detalló el BAS.
Un explorador que cayó por una enorme grieta
La tragedia de 1959 está documentada en los partes de campo: Bell avanzó por delante de sus compañeros hacia el glaciar Ecology y se precipitó por una grieta de casi 30 metros. El entonces director del organismo británico, Vivian Fuchs, intentó izarlo con una cuerda; Bell se la ató al cinturón, pero éste cedió cuando ya casi tocaba la superficie y el joven volvió a caer, desapareciendo de la vista. Aquel verano austral la meteorología impidió reanudar el rescate y el suceso quedó sin cuerpo. El reciente reconocimiento, unido al relato técnico y testimonial de la época, permite reconstruir con precisión las últimas horas del investigador.
El equipo polaco localizó los restos y los objetos durante una prospección costera habitual en torno a Arctowski y a continuación activó un protocolo de documentación y custodia, antes de transferir evidencias para su análisis forense en el Reino Unido. Los hermanos de Bell, informados del resultado, han agradecido públicamente la cooperación internacional que ha permitido “traerlo a casa” tras más de seis décadas. La lista de piezas personales —que incluye linterna, boquilla de pipa y equipo de comunicaciones— aporta una cápsula de tiempo del trabajo científico de finales de los 50 en una base británica ya desaparecida en la zona.
El contexto físico del hallazgo también es importante: el frente del glaciar Ecology lleva décadas en retirada, un fenómeno bien documentado en la isla Rey Jorge y su entorno, con pérdidas de masa y retrocesos frontales que se aceleran en el registro satelital desde finales del siglo XX. Estudios específicos sobre este lugar y el sistema adyacente Sphinx han cuantificado balances negativos y adelgazamiento del hielo entre 1979 y 2012; trabajos más recientes amplían la serie hasta 2018 y 2020, confirmando un retroceso sostenido de los glaciares terrestres de la isla.
No es posible atribuir un único hallazgo a una causa concreta, pero la dinámica de deglaciación regional ayuda a explicar por qué materiales sepultados durante décadas quedan hoy expuestos en zonas costeras.















