España sigue reforzando sus fuerzas armadas. La Armada Española ha puesto rumbo al Mediterráneo al mando del S-71 Galerna, el veterano submarino que sigue siendo un pilar en la presencia naval de España. En el marco de la operación Sea Guardian, de la OTAN, su despliegue no es casual: se trata de una misión que combina vigilancia marítima, prevención de delitos y lucha contra amenazas como el terrorismo o el tráfico ilícito, en una región donde cada ruta tiene un valor estratégico que va más allá del comercio.
20 torpedos, 4 tubos lanzatorpedos y presencia en alta mar: el Galerna entra en acción
Mientras se lucha por levantar el proyecto FCAS, el regreso del Galerna sigue al reciente retorno del S-81 Isaac Peral, y consolida la estrategia de la Armada de mezclar plataformas modernas con barcos probados por décadas de servicio. El Mediterráneo central y occidental, escenario de tensiones crecientes por conflictos en Libia y Siria, presencia de potencias como Rusia o Turquía y rutas energéticas vitales, necesita ojos y oídos discretos.
Durante semanas, el submarino recopilará información sobre movimientos de embarcaciones y patrones de actividad, fortaleciendo la inteligencia de la Alianza Atlántica y asegurando que España siga siendo un actor clave en la seguridad de la zona.
Sea Guardian, activo desde 2016, es una operación flexible que combina medios aéreos, navales y submarinos para mantener control sobre rutas estratégicas y prevenir actividades delictivas en alta mar. España participa de manera constante desde 2017, demostrando un compromiso firme con la OTAN y con la protección de un Mediterráneo cada vez más disputado.
El S-71 Galerna no es un submarino cualquiera. Botado en 1981 y entregado a la Armada en 1983, es el primero de la serie S-70, basado en el diseño francés Agosta y construido en Cartagena por Bazán (hoy Navantia). Tras más de cuarenta años en servicio, sigue operativo gracias a una modernización profunda entre 2018 y 2022, que repasó más de 15.000 elementos y reforzó su sistema de combate, sensores y capacidad de sigilo.
Con 67,9 metros de eslora, 6,8 de manga y capacidad para operar durante 45 días, el Galerna combina torpedos, minas y sistemas de guerra electrónica, tripulado por 60 marinos altamente entrenados. Sigue siendo una plataforma fiable mientras la Armada espera completar la incorporación de los nuevos S-80, una transición que refleja tanto el compromiso estratégico como la brecha tecnológica temporal frente a otras marinas modernas.
En un Mediterráneo cada vez más disputado, el Galerna no solo patrulla aguas: lleva consigo décadas de historia, tecnología y un mensaje claro: España mantiene la vigilancia y la defensa de sus rutas estratégicas, combinando tradición y modernidad bajo la bandera de la OTAN.















