En el competitivo mercado de los snacks, las patatas Pringles ha demostrado que la innovación en el diseño de envases puede ser tan crucial como el producto en sí. Frente a la intensa competencia de marcas como Doritos, Pringles optó por mantener su emblemático tubo cilíndrico, resistiendo la tentación de modificarlo para facilitar el acceso al producto.
Como un oso buscando comida
Esta decisión se basó en la idea de que la ligera dificultad para alcanzar las patatas genera en el consumidor una experiencia similar a la de un oso buscando comida, lo que incrementa el deseo de comer. Este enfoque se alinea con estudios que destacan cómo el envase influye en el comportamiento del consumidor. Un diseño distintivo no solo atrae la atención en el punto de venta, sino que también enriquece la experiencia de consumo, tal y como explican en un documental de Movistar+ sobre .
El tubo de Pringles, con su forma única y funcionalidad, no solo protege el producto, sino que también ofrece una experiencia de consumo diferente al permitir que las patatas se mantengan apiladas y frescas, gracias a su tapa resellable. Por otro lado, Doritos ha buscado diferenciarse mediante estrategias de marketing innovadoras. En 2021, lanzó una campaña publicitaria en la que eliminó por completo su logotipo, confiando en que los consumidores reconocerían la marca por la forma y el sabor distintivos de sus productos.
Esta audaz maniobra subrayó la confianza de la marca en su identidad y en la lealtad de sus consumidores. Mientras Pringles se centra en la funcionalidad y la experiencia sensorial asociada a su envase, Doritos apuesta por campañas publicitarias disruptivas que desafían las convenciones tradicionales.